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2004

― ¡Basta! ―dije entre carcajadas.

― Es verdad, si admito que este tipo tiene un buen cuerpo y trasero además estaba con un vestido pensé que era una chica no un fan obsesionado por besarme.― tomó un sorbo de su bebida y mientras fumaba un cigarrillo.― Pero sabes, fue una gran noche.

― ¿Qué? ― pregunté parando las risas. ― Tú y ese chico...

― Sí, bueno. Nunca tuve problema con eso ¿Sabes? Me gusta divertirme con todos, no es que me considere gay, claro que no, no es lo mío, solo que no me gustan las etiquetas, no lo sé. ¿No tienes problemas con eso verdad?

― No. ― respondí indiferente. ― También lo hago.

Bert McCracken, era genial, siempre tenía algo que decir para hacerme feliz aunque será un completo desquiciado, sé que tenía sentimientos en locmas profundo solo que no tenía idea si sería capaz de demostrarlos. Y era algo que me agradaba, al cambio, a mi me encontraban llorando a todas las horas posibles.

Me cuesta demasiado superar.

Y luego aparece él diciendo que el amor es una mentira y que no lo siente ni lo sentirá "lo importante es divertirse". Y era cierto. Yo quería ser como él.

Después de conocerlo en la gira nos hicimos grandes amigos, mucho más que eso, era mi mejor amigo. Ciertamente me ayudó su compañía a mantener una firme visión de la realidad, sin amores y con diversión completa aunque la sensación de querer morir nunca se iba.

― Ven.―me jaló del brazo bruscamente, quizss no se podía limitar en su uso de fuerza por la gran cantidad de latas de cerveza que había bebido y yo aún poco consciente me dejaba llevar.

Recordé que los chicos me gritaron al frente de unos tipos por andar ebrio todo el tiempo, pero que importaba, ellos hacían lo mismo y no decían nada.

― ¿Dónde estamos? ― llegamos a una casa enorme, de ella salian los gritos de las personas y la música en alto volumen.

― Este lugar es el Paraíso. Toma, lo necesitarás.― me extendió una bolsa pequeña con alguna droga dentro de ella.― Creo que eres genial, pero te falta un poco de carácter, ya sabes, creo que solo actuas ser así de fuerte y rebelde pero ambos sabemos que aun no puede hacerlo sin verte ridículo.

― No entiedo. ― contesté un poco molesto. Entramos al lugar y el olor muy fuerte a bebida me hizo sentir un poco mareado.

― Vamos, no has hecho ni la mitad de las cosas que yo hice.

― ¿De qué hablas? Claro que sí, bebí hasta desmayarme, cancele conciertos por andar drogado...

― Buen intento, pero aquí, es donde perderás tu virginidad por segunda vez.― rió.― Acá pasan miles de cosas, Gerard. Es otro nivel ¿sabes que cosa nunca hiciste? ― negué con la cabeza. ― Besarte con todos en una fiesta.

― ¿Todos?

―  Todos.― Respondió firme.― Chicas, chicos. Tranquilo, no hay menores de edad. Ganará el que hace mayor cantidad de besos en quince minutos. Y no me refiero a uno pequeño, no. Estaré pendiente de ti, más te vale.

Alternos |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora