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- Era invierno, hacía un frío de la mierda y yo mendigaba por las calles, estaba sentado bajo un árbol tratando de calentarme, pero eran las siete y ya no había sol. Ibas envuelto con millones de prendas buscando tu tarjeta del bus, un hombre te tomó por el brazo, tú forcejeabas y al parecer él quería abusar de ti. Con las pocas fuerzas que tenía me levanté y te lo quité de encima, lo golpe con rabia hasta que se fue corriendo. Me diste las gracias, incluso se abrazaste sin importar que oliera a mierda. Me diste tu abrigo, tu bufanda, casi todo lo que llevabas puesto para abrigarte, después te marchaste con una sonrisa en tu rostro. Creo que ahí fue cuando me enamoré de ti.

- Recuerdo a la perfección esa noche, pero olvidé tu rostro...- recuerdo aquel hombre que me defendió, tal vez no presté suficiente atención.

De un momento a otro caí dormido entre sus brazos.

Hoseok.
3 de enero del 2017.

El idiota de Jiyong me dejó tirado en la calle; después de cumplir con otro de sus sucios trabajos, simplemente me dijo que esperara hasta mañana. En realidad no podía quejarme o hacer algo, me daba de comer e incluso aveces me permitía dormir en su casa, eso no le quitaba lo hijo de puta.

Me acurruqué sobre las hojas secas de un gran árbol intentando encontrar calor. El sonido de unas botas llamó mi atención, levanté la mirada viendo a un chico maldecir en voz alta por no encontrar su tarjeta del bus, era realmente lindo, sus mejillas estaban rojas al igual que su nariz.

- Espero que así de sucio como hablas, la mames - un hombre salió detrás de una cerca y jaló el brazo de él, su mochila cayó al suelo en su intento de defenderse.

- ¡Ayuda! ¡Aléjate maldito asqueroso!

Me levanté temblando y corrí hacia ellos, empujé al hombre al suelo, le di una patada directo en la entrepierna, golpeé su cara múltiples veces hasta que logró empujarme y salir corriendo. Normalicé mi respiración y me giré viendo al chico recoger su mochila.

- ¿Estás bien? - pregunté.

- Sí, gracias... Enserio - sus brazos envolvieron mi torso por unos segundos, - dios santo, ¿no tienes frío?

- Cuando vives en las calles te acostumbras a todo...- levanté los hombros indiferente viendo mi camisa negra de manga corta, pantalones rotos y botas desgastadas.

- Toma esto...- retiró su bufanda y la envolvió en mi cuello, se quitó el abrigo y me lo tendió también.

- ¿Y tú?

- Yo tengo más en casa...- sonrió, me dio otra sudadera más - gracias de nuevo. -se dio la vuelta y siguió caminando.

- Gracias a ti...- susurré.

Las facciones de su cara estaban grabadas en mi mente.

(...)

- Hola, Hoseok... - Jiyong llegó frente a mí.

- Hola...- mascullé entre dientes.

- Te tengo otro trabajo - sacó una pistola de sus pantalones.

- Estás loco si crees que voy a matar a alguien...- retrocedí.

- No vas a matar a nadie, solo quiero que les de un pequeño susto, así se retira el seguro - el sonido de unas botas me hizo voltear, era él - Mira qué lindo jovencito...- se relamió los labios - ¿Te has dado cuenta que los jóvenes de dieciocho años son unos manjares? - tensé mi mandíbula reprimiendo una maldición.

Estaba furioso, nunca me había dado cuenta realmente de con quién estaba tratando.

- ¿Te has acostado con alguno? - pregunté.

- Pues...- se mofó - puede que haya tenido la suerte de cazar uno...

- ¿Cazar?

- Ya sabes...abusar. Como te decía, el seguro de la pistola se quita así...- vi detenidamente cómo me mostraba, una imagen de él abusando del chico atravesó mi mente.

- Hay que ir un poco mas atrás, ya sabes, alguien puede escucharnos.

Caminamos una calle atrás hasta llegar detrás de un edificio abandonado.

- Sólo necesito que los asustes, la pistola esta cargada por si algo sale mal - tomé el arma entre mis manos y retiré el seguro.

- Estoy listo para matar cuando sea necesario - sonreí.

- Ten cuidado, puedes cometer un accidente.

- Sí...- la levanté y coloqué el cañón en la frente del hombre, sonreí aún mas antes de disparar el arma de fuego, gotas de sangre salpicaron en mi cara -. Estoy cansado de ser uno más de tus títeres, es momento de que el titiritero cambie. Ahora solo eres un títere sin hilos.

Saqué de sus bolsas las llaves del auto, su teléfono, llaves de su casa, y un llavero de rana. Activé la alarma del auto y subí a éste después de encontrarlo, manejé directo a su casa.

Tomé un baño de agua caliente por primera vez en mucho tiempo, escogí un traje negro el cual me puse viendo cómo quedaba a la perfección en mi cuerpo. El celular comenzó a timbrar, lo tomé entre mis manos y contesté.

- ¿Diga?

- ¿Jiyong? Ya tenemos el dinero, ¿quiere que lo depositemos en la cuenta?

- Jiyong se ha ido, todos ustedes están bajo mi mando ahora; a cualquiera que se rebele le volaré los sesos sin pensarlo dos veces. Los veo en una hora en la fábrica, lleven el dinero en efectivo.

Llegué a la fábrica donde él solía llevarme para recoger dinero. Los hombres estaban ahí, podía ver sus miradas confusas ante mí.

- ¿Qué le hiciste a Jiyong? - se acercó un hombre, llevaba su pistola en la mano.

- Lo he asesinado - sonreí - ¿Tienen el dinero? - el hombre me empujó haciéndome retroceder.

- No voy a darte nada...- suspiré y saqué el arma descargando dos balas en su pecho, se desplomó al suelo.

- ¿Tienen el dinero? - volví a preguntar sin bajar el arma. Un tipo tatuado me entregó el maletín plateado - gracias.

Actualidad.

- Pero de eso tú no tienes por qué enterarte, mi amor...

están preparadxs emocionalmente ¿? pq yo no

kidnappé ✦ hopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora