II

15 3 0
                                        

Antes de intentar subir me acomode la bata y cerré la puerta del baño con seguro, deje las pantuflas que me pidieron que me coloque afuera y como loca me subí como sea, no sé muy bien, creo que fue la adrenalina, pero lo logré. Me volví a acomodar y camine hasta un lugar donde paraban los taxis. Subí al primero que me dijo que sí me llevaría, estábamos muy lejos del campus.

— ¿Podría prestarme su celular? Me robaron el mío y necesito hacer una llamada—

El taxista asiente y me alcanza su celular. Marco a Marissa, que me contesta casi de inmediato.

— ¿Aló, quién habla?-

Dice desde la línea

— Soy Natalia—

Escuchó un suspiro

— Escúchenme estoy lejos y en un taxi, voy en camino, necesito dinero—

El taxista me mira entre riendo por el retrovisor

— Claro, ¿Cuánto será?—

El taxista dice noventa dólares

— Dice noventa—

Ella suspira

— Está bien supongo que están muy lejos—

— Sí, estamos cruzando la carretera—

Me estiro sobre el asiento—

¿Cuanto tiempo me fui?

— Dos días, ¿Dónde estuviste?—

Miro el taxista y suspiro

— Cuando llegue te digo—

Empiezo a ver por el parabrisas que el conductor va más rápido

— ¿Qué pasa, señor?

— Estoy escuchando en la radio en vivo que un lobo gigante, está atravesando y destruyendo carros por esta carretera—

Mi corazón se siente como una bomba y empiezo a sentirme nerviosa

— Sé que es estúpido, pero ¿puede ir más rápido?—

Miro hacia atrás y siento que estoy a punto de sufrir un ataque cardíaco, un lobo de metro y medio, a cuatro patas, viene hacia nosotros

— ¡Señor!

— Creo que es tarde para eso—

Escucho que mi amiga dice algo por el teléfono, pero mi mente está con el lobo gigante fuera del auto, que empieza a golpear el auto desde mi puerta de copiloto, el señor se quita el cinturón

— ¡Me largo!—

Sale del auto corriendo.

Dejándome con el lobo gigante y cuando trato de hacer lo mismo, él sube por el lado de píloro y se transforma en un hombre hermoso, explotando mi mundo.

— ¿Qué eres?—

Él me mira sonriente y maneja el carro para el lado contrario hasta que puedo sentir que esto no tiene sentido

— ¡No me lleves!—

Él cierra las puertas con el control del piloto.

— Mejor duerme, Natalia—

Saca un pañuelo, veo polvos lilas en ese pañuelo que sopla y sin querer lo aspiró. Los brazos de Morfeo me arrastran al mundo de los sueños.

— Uhmm—

Me estiro, la verdad no quisiera abandonar esta cama jamás, es realmente cómoda, siento como alguien me acaricia la mejilla regresandome los sentidos, abro los ojos y veo a ese hombre guapo de ayer

— Ya es hora de despertar, bella durmiente—

Dice alejándose a abrir las cortinas de lo que viene siendo la habitación más glamourosa que he visto jamás.

— ¿Qué es este lugar?—

Dije asustada y levantándome en posición de ataque, él me mira y ríe.

— Te derribaría muy rápido, nena—

Dice señalando unos jeans y una camisa de chico

— Dudo que esa camisa me entre—

Digo señalando lo ancho que es mi pecho y él se muerde el labio.

— ¿Qué hago aquí?— 

Can't take my eyes of youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora