III

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- Bajemos a desayunar, Natalia-

Dice cogiendo mi muñeca y yo la retiro con fuerza, este hombre por más dios griego que parezca, no puede llevarme a donde le dé la gana

- Me voy a cambiar-

Él asiente y se va de la habitación me visto lo más rápido posible, miro por la ventana cojo las sábanas y las ató. ¿Debería ser escapista? Lo considerare por lo pronto ¡Hasta la vista puto!, me lanzo sin ningún miedo, morir es mejor que ser prisionera.

Por suerte o destino, caí bien supe manejar la caída y empecé a correr lejos de la mansión de ese loco. Veo un especie de plaza pública al salir, todos me miran raro, supongo que no hay turismo por aquí. Después de esta ciudad solo hay árboles y más bosque.

Me acerco a una niña, que sostiene una cesta de flores hermosas, se cae y la ayudó a levantarse, ella sonríe extendiendo una flor morada hermosa. La recibo con una sonrisa y la huelo.

- Gracias, luna-

Dice la niña para después correr hacia quien parece ser su madre. Siento que esta interacción puede ser una señal de que ahora todo va ir bien y suspiro. Ya no estoy en las garras de un psicópata.

Camino por la ciudad, reviso en mis bolsillos y encuentro trescientos dólares, creo que con esto podría regresar, veo una panadería y la señora llevaba muchos panes, mientras se le iban cayendo unos cuantos, por moverse para ver adónde va.

- ¿Necesita ayuda?-

La señora asiente y sonríe, dividimos el trabajo en dos tandas de panes una la cargo yo y la otra ella.

- Ahora, ¿Hacia dónde?-

- Soy la sra. Woodson-

Dice alegre y yo asiento

- Yo me llamo Natalia Morgan-

Ella hace un gesto con la cabeza y la sigo, está repartiendo el pan para cada familia. ¡Qué bella comunidad! Al acabar chocamos los cinco

- Gracias, luna-

Dice la señora y yo rio

- ¿Así se refieren de las señoritas?-

La señora niega y luego regresa a su panadería

- Luego, no vemos, luna-

Asiento, pensando 'O tal vez no' Me siento observada y veo unos ojos café intenso y me acerco

- Hola, soy Natalia, ¿y tú?-

Me presento ante la chica que me observa es muy hermosa y tiene unos ojos cafés divinos

- Soy la hechicera Fiorella-

Lanzó una carcajada cuando dice ¨hechicera¨, veo su cara de disgusto ante esto

- ¿Me enseñas tu magia?-

Ella asiente y me jala de la mano a una casa realmente ordenada y nada fuera de lo común.

- ¿Qué desea tu corazón, luna?-

La miro y toco mi pecho

- Deseo regresar a la universidada-

Su rostro palidece

- ¿No eres feliz aquí?-

Niego y veo los títulos de los libros de sus estanterías ¨Magia sobrenatural¨ ¨Encantamientos y pociones¨

- Extraño a mis amigas, Ela-

Ella arquea una ceja

- ¿Me acabas de llamar ¨Ela¨?-

Asiento y suspiro.

- Es tu sobrenombre, Ela-

Su cara oscila entre la felicidad y la sorpresa

- ¿O sea somos amigas?-

- Por supuesto-

Ella se sienta en el sillón

- Jamás tuve una amiga-

- ¿Por qué? te ves agradable-

Digo abriendo un libro ¨Magia de la medicina¨

- Es que aquí todos son hombres-lobo y yo soy una maga o bruja mitad vampiro-

La escucho, no tomó en serio lo que dice, pero de todas formas, debe ser por esto por lo que no encaja en ningún grupo, está algo loca.

- Además, él único de mi edad es el alfa y él es inaccesible-

- ¡Lo sé! ¿Puedes creer que él lo sea?-

Ella asiente con emoción, riendo. Luego escucho como tocaban la puerta y le digo

- Es el loco de la mansión-

La cara de mi amiga se descompone

- El loco de la mansión, por favor ayúdame a escapar-

- Perdón, pero yo le debo la vida-

Dice abriendo la puerta mientras entraban un montón de hombres que me pedían que vaya con ellos por las buenas y asentí.

- 'Pensé que eramos amigas--

Can't take my eyes of youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora