- ALICE-
- ¿Por qué miras tan fijamente a mi helado? -pregunté.
Alex y yo estamos en una heladería, disfrutando de nuestra "no cita".
- Porque no puedo creer que con toda la variedad de deliciosos sabores que hay hayas elegido el soso helado de vainilla.
- No es soso. ¡Es lo más delicioso que existe! -digo lamiendo mi helado- Además no me gustan mucho los otros sabores -me encojo de hombros-.
- ¡¿Cómo que no te gustan?! ¿No te gusta el helado de chocolate.
- Bueno... no -el parpadea varias veces antes de volver su mirada hacia mi-.
- Acabo de tener un dèja vu -me dice con los ojos bien abiertos-.
- Creo que ya afirmaron que en realidad no existen, es solo que tu cerebro procesa de una manera más lenta lo que está pasando a tu alrededor. Y por eso crees que ya lo viviste.
- Pero yo podría jurar que ya tuve esta conversación antes.
- Es solo tu cerebro jugándote una mala pasada -dije quitándole importancia-. ¿Verdad o reto?
- ¿Qué?
- Menos mal que eras un genio -dije rodando los ojos-. ¿Verdad o reto? El juego en el que eliges...
- Ya, ya entendí. Verdad.
- Qué nenita -mascullo. No me gusta cuando la gente elige verdad porque nunca sé qué preguntar. De repente, se me viene algo a la cabeza-. ¿Quién es Cassidy? La mencionaste el otro dia cuando... em... dormimos juntos -murmuré la última parte, el sonrió ampliamente-.
- Te acabas de sonrojar.
- Eso no es cierto, yo no me sonrojo -digo a la defensiva-.
- Si lo haces, apenas se nota un pequeño rubor aquí -dijo acariciando mis pómulos-.
- Ya cállate y responde -dije apartándome de su toque-.
- No sé quién es Cassidy -se encogió de hombros-. Debi haber estado muy dormido y balbuceé cualquier nombre al azar.
- Ya, eso no...
- ¿Verdad o reto? -me interrumpe-.
- ¿No te enseñaron que es descortés interrumpir a la gente?
- ¿No te enseñaron que es descortés responder una pregunta con otra pregunta?
- Esta conversación no va a ningún lado.
- Tu solo responde -dice sonriendo-.
- Verdad.
- Qué nenita -dice con una voz demasiado aguda, tratando de imitarme.
- Yo soy una nenita -digo sacándole la lengua-. Ahora pregúntame.
- ¿Cuál es tu opinión acerca de mí? -termina su helado y lo deja a un lado-.
- Lo que pienso de ti cambia constantemente. En estos precisos intantes solo pienso en lo caliente que te ves con tus cabellos alborotados y esa remera ajustada que te marca completamente -digo sin rodeos y mirándole fijamente a los ojos-.
- Claro, si la mujer lo dice todo está bien. Pero si yo te digo que esa musculosa deja lucir completamente apetitosos a tus senos, probablemente me gane una bofetada -bufa-.
Yo no puedo evitar estallar a carcajadas, una señora que estaba sentada cerca nuestro mira de mala manera a Alex y se aleja con el ceño fruncido.