Capítulo 02

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Ya está. Por fin ha terminado.

Mi sufrimiento ha llegado a su fin.

No me va a torturar más, al menos durante este día.

La hora de Matemática terminó, ¡hagamos una fiesta!

De las siete páginas que pidió la profesora, había logrado completar tres y media. Pero, viendo el lado positivo, Nick había logrado solo dos. No estoy tan mal después de todo.

- ¿Qué tienes ahora? -me pregunta mientras salimos del aula.

- No tengo ni idea. Tu recogiste mi horario, ¿recuerdas?

- Nope. Ya te dije que anoche me infiltré...

- Ajám ajám y lo leíste de pura casualidad -ruedo los ojos- Ya dame el horario. -Dije parándome frente a el y extendiendo mi mano.

- A ver si te limpias los oídos: NO TENGO TU HORARIO.

- Vamos, Nick, no estoy de humor para...

- Señorita O'connor, se necesita su presencia en la oficina del director para una junta de último momento. Repito: señorita O'connor, se necesita su presencia en la oficina del director.

Oímos la voz proveniente de los viejos parlantes distribuidos por las paredes. Todos me miraban con curiosidad, comprensible. Que te llamaran por los altavoces comunicándote que el director quería tener una reunión de último minuto, siendo que ni siquiera habían pasado las dos primeras horas del inicio de clases confundiría a cualquiera.

Miro a Nick y el solo se encoje de hombros diciendo: - Al menos podrás recoger tu horario. Iré a buscar a Sam.

Wow, qué gran amigo. En vez de apoyarme se va a estar con su ''noviecita''. Vale, puede que no sean novios, pero harían una linda pareja.

Antes de que desaparezca completamente de mi vista, le arrojo la manzana que tenía guardada en la mochila.

Mala idea.

 Bueno, yo nunca tuve muy buena puntería que digamos y el hecho de que un chico se atravesara en la trayectoria de la manzana empeoró las posibilidades de que mi proyectil llegara a su blanco, la nuca de Nick.

El chico atrapó la manzana, no sin antes recibir un fuerte golpe en la frente. Siguió la que suponía era la dirección desde donde voló la fruta, y sus ojos chocaron con los míos. ¡Era pecas!

Muy bien, Alice. Le pones al chico más caliente que hayas visto un apodo tan tonto como ''Pecas''.

Sabes, creo que últimamente solo te enfocas en regañarme.

Ya cállate y pidele perdón al pobre chico.

De ninguna manera. Me di media vuelta y salí corriendo a la oficina del director. De verdad, creo que ya hice el ejercicio equivalente a todo un año.

Wow. ¡Qué valiente eres, Alice!

¿Podrías apoyarme al menos una vez en todo el día?

Está bien. *suspira* Alice, Alice. Ra ra ra.

Imagino a la vocecita en mi interior vestida de porrista y haciendo piruetas por toda mi cabeza. Lanzo una carcajada, lo cual hace que algunas personas se me queden mirando.

¿Acaso hoy es el día de mirar raro a Alice?

Llego a la oficina del director y su secretaria me atiende. Es una rubia oxigenada, con tetas de silicona y sonrisa falsa. Creo que se llama Megan, o Nicole, quizás Ruth... ¡Yo qué sé!

Yo te he visto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora