Capítulo 07: Estupor post-party.

147 9 0
                                    

Cuando desperté a la mañana siguiente casi quedo ciega.

Al abrir mis ojos, lo único que vi fue una luz cegadora; probablemente, había mirado directo a la luz de mi habitación. Pero cuando quise agarrar la almohada y tirarla contra el velador, me di cuenta que no podía mover las piernas y algo aprisionaba mis dos brazos juntos.

Abre los putos ojos, Alice.

Sabio consejo. Los abrí y me di cuenta que no estaba en mi habitación, no era mi cama en lo que estaba acostada, lo que no me permitía mover las extremidades estaba vivo. Era una persona, mi persona menos favorita del mundo: Alexander Hook.

Estábamos en medio de un bosque, acostados sobre una manta, él me estaba ''abrazando'' -aunque creo que la palabra más adecuada sería ''estrangulando''- y alrededor había al menos una docena de botellas de cerveza. ¡A mi ni siquiera me gusta la cerveza! Traté de moverlo, pero fue como intentar mover una roca gigante y pesada.

- Suéltame tú, maldito saco de papas - comencé a removerme inquieta y conseguí despertarlo, un poquito.

- Cinco minutos más -balbuceó.

- Cinco más, tu hermana -moví mi codo para posicionarlo estratégicamente en su estómago, y lo golpeé logrando que finalmente me soltara.

- Eres malvada, Cassidy -gruñó. Se dio la vuelta y siguió durmiendo como si nada de esto hubiese pasado.

¿¡QUIÉN CARAJOS ES CASSIDY?!

Muy mal momento para jugar de celosa.

Me levanté rápidamente para investigar mejor dónde mierda estábamos, y ahí fue cuando me di cuenta que el montón de cervezas no estaba ahí sólo porque sí. Mi cabeza dio vueltas, el piso bajo mis pies desapareció y me encontré a mí misma cayendo de culo al piso.

Luego de varias caídas, mareadas y casi haber vomitado, logré salir de mi estupor post-party y me hice camino hacia la casa de Mía. En realidad, no estábamos en un bosque sino en uno de los recónditos escondites que tiene el patio trasero de la casa de mi amiga. ¿Que cómo confundo un patio con un bosque? El puto patio es inmenso, ¿vale?

Mientras atravesaba el patio y trataba de evitar los objetos desperdigados por el piso, gritaba el nombre de Samantha. Como supuse, estaba despierta y sobria, tomando un té con los pies colgando sobre la piscina.

- ¿Cómo amaneciste, bella durmiente? -dijo sonriente. La muy cabrona vivía para vernos con resaca- Así que dime, ¿quién es el afortunado?

- ¿De qué hablas? -ella me lanzó esa mirada de ''Si serás tonta''.

- Cariño, estás semidesnuda.

Miré hacia abajo y ella tenía razón. Mi conjunto negro había desaparecido, así que estaba luciendo mi sexy ropa interior de leopardo.

- Mierda -murmuré.

- Bueno, mira el lado positivo: puede que en realidad no hayan tenido sexo. Ya que dudo mucho que se despierten a mitad de la noche sólo para vestirse.

- ¿Quién tuvo sexo con quién? -dijo la voz ronca de Nick.

- Todavía no estamos seguras -le respondió la sonriente Sam.

- ¿Cómo es que no te ves echo mierda? -exclamé indignada hacia Nick.

- El truco es contar los tragos -me enseñó la parte interior de su antebrazo izquierdo, donde se veían cinco rayas-, yo solo tomé cinco. Lo suficiente para estar contento y no sentirme como si miles de elefantes estén peleando una guerra dentro de mi cabeza al día siguiente -sonrió y señaló mi brazo izquierdo-. Tu también lo hiciste.

Yo te he visto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora