BIENVENIDA A CASA...¿BLAIR?

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*Egil*

-¿Interrumpo algo?- Nos despierta Dina con voz enojada, reacciono más rápido que Dhalia la cual solo voltea la cabeza al lado opuesto, recuerdo entonces que nos quedamos dormidos anoche, Dhalia duerme plácidamente sobre mi pecho, ni siquiera se quitó los lentes, está tan profunda que no se depsiert con la voz de Dina. Max sube las patas delanteras sobre las pantorrillas de Dina mientras le ladra, que gran guardian. Dina se aclara ruidosamente la garganta despertando por fin a Dhalia.

-¿Qué pasa?- apenas abre los ojos, busca acomoda torpemente sus lentes hasta que ve a Dina, se aparta de mi enérgicamente empujando mi pecho aclarandose también la garganta.- Yo eh...buenos días Dina ¿Cómo entraste?

-Por la ventana- ¡¿Ella también?! ¿Qué pasa con mi ventana?

-No es lo que crees...

-¡¿Qué Dhalia?! ¡Maldita sea! Me largo a trabajar y cuando regreso no estás, no respondes tu celular, no te dignas ni a comunicarte conmigo ni a aparecer en toda la noche, luego me doy cuenta que tú fuiste a... bueno, todo para al final encontrar que pasaste toda la noche aquí haciendo quien sabe que.

-¡No pasó nada aquí!

-En verdad Dina, no pasó nada- apoyo a Dhalia, no quiero malentendidos.

-¿Y te creo a ti? No me dirías si pasó.- silencio.

-Agh, piensa lo que quieras.- Dhalia se pone en pie, se pone sus zapatos e intenta irse pero Dina la detiene.

-¿Qué demonios te pasó en el ojo?

-No es nada, solo fue ayer cuando fui a pagar, se molestaron porque llegué tarde.- Dina respira profundo y cambia su expresión a una más calmada y abraza pasando sus brazos tras la nuca de Dhalia. Dina es mucho más alta que Dhalia, tanto que reposa su barbilla sobre la cabeza de su hermana.

-Descuida, por cierto, Egil ya sabe de todo esto.- Dina aparta a su hermana por un momento y la mira a los ojos, luego me voltea a ver a mi.

-Dhalia espérame en la sala, tengo que hablar a solas con Egil.

-Está bien.- sale dejándonos solos, Dina lleva una camisa manga larga negra y un gorro, un fleco sobresale del mismo cubriéndole medio ojo izquierdo la nieve afuera da un resplandor blanco en la habitación.

-Escúchame Egil - su tono molesto cambia a uno más reprochante.-Me caes bien, nos conocemos desde hace mucho, sé que eres buen chico, no sé hasta dónde sabes pero mi madre desapareció desde hace algún tiempo, de mi padre no sé nada desde mis siete años y ahora me veo sola tratando de cuidar a mi hermana de unos bastardos que nos amenazan a muerte si no les pagamos.- aunque ya sabía eso me limito a escucharla sin abrir la boca.

-Dhalia es lo único que me queda- continúa tomando una pequeña estatuilla en mi estante de libros- y espero que tengas claro que voy a defenderla a uñas y dientes de cualquiera que quiera hacerle daño, eres buen chico pero espero que esto, y escúchame bien Egil, jamás se vuelva a repetir, también debo asumir el papel de papá celoso con mi hermana, voy a confiar en tu palabra de que aquí no pasó nada, pero si me doy cuenta que si pasó o si se vuelve a repetir esto me dará igual que seas tú de quién tenga que cuidar a Dhalia.- solo asiento con la cabeza en respuesta, Dina suele ser bastante fría pero realmente nunca la había visto así, se da vuelta saliendo por la puerta de mi habitación.

A LA MERCED DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora