Y después de todo solo buscamos refugio en palabras, en nuestros propios versos.
Grandes soñadores muertos por vivir.
Desahogando sus penas en frases anónimas, en silenciosas lágrimas.
Y es que no hay vida más bonita que estos desolados versos, no hay mayor libertad.
Pese a todo estos textos me representan, mis dedos lo escriben mi cabeza los piensa, mi cuerpo los intuye.
Leerte a tí mismo.
Y vivimos de letras ordenadas con un sentido que a veces no encontramos, somos una especie de mecanismo.
Adoro tanto escribir, cuantas veces me has salvado de la soledad, cuantas veces me has hecho sentirme a mí misma.