bts jimin ; historias

idol in love

Desde que Jimin confesó en un variety show que estaba enamorado de ti, prácticamente todo el mundo comenzó a shippearlos. Eras integrante del girl group más famoso en ese momento y él el integrante del boy group más famoso también, de alguna manera, eso los hacía la pareja perfecta para los fans de ambos grupos. Tú sabías sobre esto ya que tanto tus compañeras como tus admiradores no tardaron en decírtelo y spamearte  todas las redes sociales.

Decidiste no hablar públicamente sobre el hecho, la empresa bajo la cual estaba tu grupo te aconsejó que no hicieras más revuelo del que había y además tenías algo de miedo ya que no importara cual sea tu respuesta, lo más probable es que recibieras odio o comentarios malos de todas maneras. Jimin te parecía atractivo, e incluso ya habían hablado varias veces durante su etapa de rookies, incluso todos las miembros tu grupo había entablado conversación con BTS en los camerinos, pero te intimidaba saber que Jimin era considerado el it boy de Corea y del mundo, era el más deseado dentro de los idols masculinos y la fama de BTS crecía cada día más. No tenías problemas de autoestima para nada, pero creías que para igualar la perfección de Jimin, su pareja tenía que ser igual de apuesto que él y si bien tu eras considerada hermosa, no sentías que tenías el nivel de hermosura del joven. No creías que estabas a su altura de ninguna manera.

Hoy se encontraban en una entrega de premios, a tu grupo le tocaba presentar su nueva canción y cuando finalizaron volvieron a sentarse en sus respectivos asientos, recibiendo felicitaciones por otros idols sentados cerca de ustedes de los cuales eran amigos. Echaste un vistazo general a los asientos y divisaste a Jimin mirándote, cuando conectaron miradas él te sonrió. "Que lindo eres, sunbaenim" pensaste y no dudaste en sonreírle de vuelta para después saludarlo apenas con la mano. Jimin bajó la mirada algo avergonzado, porque cuando se trataba de ti, por más coqueto que sea, no podía evitar ponerse nervioso. Ese pequeño momento desató una guerra de miradas y sonrisas por el resto de la noche, trataban de no hacerlo muy obvio, pues había fansites y camarógrafos por doquier que apuntaban a sus rostros la mayoría del tiempo. Aun así, cada vez que podían se coqueteaban desde lejos. Lo que estaban haciendo era bastante osado y arriesgado, pues un sólo video de ustedes haciéndose miraditas y tendrían a todo el país con los ojos puestos en ustedes, pero te estaba gustando este coqueteo audaz y te llenaba de adrenalina.

—Pensé que iba a desmayarme ahí arriba —comentó una de tus compañeras, quien estaba nerviosa por la presentación, aunque terminó saliendo perfecta.

—Lo hicimos muy bien, estoy segura —respondió otra.

Se encontraban detrás del escenario conversando entre ustedes, con el staff y con otros idols que andaban por ahí. La entrega de premios había terminado y estaban esperando a que el staff recolectara todas las cosas del camerino para poder irse. Viste a todo BTS aparecer en el lugar, saludando a artistas, conversando con amigos y descansando, ya que hace poco habían terminado su presentación. Disimuladamente te escondiste detrás de tu compañera, no querías cruzarte a Jimin, estabas nerviosa y no creías poder hablar con él. Una cosa era mirarse de lejos y otra era estar a pocos centímetros.

Simulaste buscar una botella de agua y fingías mirar por el piso, tratabas de no cruzar miradas con él, por las dudas. Dos toques en el hombro hicieron que tu corazón dejara de latir momentáneamente, te giraste despacio encontrándote a quien menos querías. Jimin te miraba sonriente sin mostrar sus dientes, y con una ceja enarcada te acercó una botella de agua sin abrir.

—Supuse que estabas buscando esto —dijo. La cercanía del chico te comenzaba a poner más nerviosa de lo que estabas, y eso que estaban a una distancia razonable y normal en la que dos personas podían hablar tranquilamente.

—Gracias —la tomaste y sentiste un calor subir hasta tus mejillas. Estabas sonrojada a más no poder y Jimin no lo pasó por alto, te veías tan tierna a sus ojos que no pudo evitar soltar una risita.

—Felicitaciones por la nueva canción —sonrió. —La presentación estuvo genial —te elogió con nerviosismo.

—La de ustedes también, sunbaenim, aunque deberías saber que todas sus presentaciones me gustan —reíste. —Me considero una gran fan de BTS.

—Eso me pone más contento de lo que estoy.

Ambos soltaron una pequeña risa y no supieron que más decir. Tanto Jimin como tú estaban nerviosos, tanto así que parecían dos adolescentes enamorados. Lo observaste completo de manera rápida, se veía hermoso con ese atuendo y el cabello partido en dos, dejando un poco descubierta su frente. No cabía dudas de por qué era un hombre tan deseado por todos. Y un modelo a seguir, también.

Tus compañeras te llamaron, pues se tenían que ir. Te giraste otra vez hacia Jimin y lo saludaste con la mano, querías seguir hablando con él pero sabías que nadie te iba a esperar. Él hizo una mueca y te devolvió el saludo, pero antes de que te vayas te tomó suavemente del brazo haciendo que voltearas a verlo una vez más.

Carraspeó y desvió la mirada. —¿Podrías... darme, eh, tu número? Sólo si quieres, eh... —exclamó nervioso. —Me gustaría hablar seguido contigo y... quedar algún día.

Tu corazón latió con fuerza ¿Acaso el mismísimo Park Jimin te estaba pidiendo el número de teléfono? Te volviste a sonrojar, ya parecía tu especialidad. Asentiste con timidez y le dictaste tu número el cual él guardó en su Kakao Talk. Le dedicaste una última sonrisa al joven antes de irte y lo dejaste ahí parado, observando anonadado tu caminar. 

Jimin finalmente tenía el número de su crush y sentía que iba a desplomarse en el piso en cualquier momento. Lo tenías tonto tonto. Se dirigió con el resto de sus compañeros de grupo y con gran entusiasmo les comentó lo sucedido, recibiendo cumplidos y felicitaciones por parte de sus amigos. De camino a casa te mandó un mensaje y tú sonreíste cuando viste su notificación.

—Uhhhh ¿Es quién yo creo que es? —escuchaste una voz a tus espaldas, una de tus compañeras que iba en el asiento de atrás miraba la pantalla de tu celular. 

—Cállate —reíste nerviosa, pero todas entendieron de quién se trataba y, sin dejarlo pasar, comenzaron a molestarte con ello. Te esperaba un largo recorrido hasta tu casa.