bts jimin ; historias

romeo & juliet

A Chaeyoung le encantaban las fiestas, pero llegaba un punto en el que tenía que alejarse del resto para tener un poco de tranquilidad y recargar energías. La noche estaba particularmente calurosa, por lo que, salir a tomar un poco de aire a un lugar no tan poblado era sumamente necesario. Se fue al balcón de la casa de esa persona desconocida y dueña de la fiesta. Allí arriba no había nadie más que ella y la música no se escuchaba tan fuerte, era perfecto para descansar un rato. El descanso no le duró mucho, pues escuchó a alguien murmurando unos metros más abajo que ella. Se asomó al borde del balcón para encontrar a un chico mirándola con una sonrisa traviesa. 

—¡Oh! pensé que estaba amaneciendo, eres como el sol que ilumina mis días —expresó con una mano en el pecho. Con la otra sostenía una botella de algo que no alcanzaba a leer. 

Le dedicó una mueca de desagrado, no estaba con el humor necesario para escuchar piropos de desconocidos. 

—Piérdete.

—¿Julieta? ¿Por qué me tratas así? Soy yo, Romeo. Estoy admirando la belleza que se asoma por la ventana. —arrastraba un poco las palabras, pero seguía siendo coherente. Cerraba los ojos perdiendo el equilibrio y volvía a recomponerse a los segundos. —Este Romeo bebió un tanto más de lo habitual, lo siento. 

Chaeyoung rió ante su comentario y él le devolvió la sonrisa.

—Oh, Romeo, Romeo, me da lástima lo que veo. 

Jimin simuló ofenderse y la miró boquiabierto. —¡Julieta! ¡Que amargada! ¡Yo sólo quiero gritar lo bonita que eres!

—Estamos pasando vergüenza, tú mas que yo —le advirtió al ver que unas chicas que pasaban por ahí reían por lo bajo. 

—Lo siento —rió. —Perdí a mis amigos ¿No los viste de casualidad?

—No los conozco, imposible saberlo —carcajeó. 

—Estoy solo —se encogió de hombros. Bajó la mirada y se tocó el abdomen. Sacudió la cabeza y se quedó estático en el lugar. 

—¿Estás bien? —le preguntó la chica desde allá arriba.

—Me mareé de tanto mirar hacia arriba —respondió rápidamente, rezando por dentro para no vomitar y no seguir haciendo el ridículo. 

Chaeyoung iba a responderle, pero lo vio perder el equilibrio, esta vez sin intentar reincorporarse, cedió y cayó al suelo. Hacía lo posible para mantenerse compuesto y no vomitar, por lo que no se movió y se quedó tirado en el piso. 

—Ugh, sería una mala persona si lo dejo ahí tirado —se dijo a si misma. Rodó los ojos y después de soltar un suspiro, bajó para acercarse a él. 

Le dio un par de palmadas suaves en la espalda y el extraño no respondió. De todas maneras, sabía que estaba vivo porque abría y cerraba los ojos. 

—Julieta —bromeó, a pesar de su estado deplorable. 

—Romeo —sonrió. —¿Necesitas una ambulancia?

 El chico negó con la cabeza. —Sólo debo esperar a que se me pase el malestar. 

La joven se sentó a su lado para hacerle compañía. 

—¿Eres de embriagarte seguido?

—Oh genial, ahora quedé como un alcohólico ante la chica más linda de la fiesta —se quejó él. 

Chaeyoung soltó una carcajada. —Oye, no te juzgo. 

—Estaba festejando mi cumpleaños.

—Feliz cumpleaños.

—Gracias, Julieta.

—De hecho, se pronuncia Chaeyoung. 

—Jimin, mucho gusto —le lanzó un beso. 

—Jimin ¿Te sientes mejor?

—Si, sólo tenía que recostarme un rato. 

—Qué bueno —sonrió ella. —Entonces me voy.

La chica iba a levantarse pero los quejidos de Jimin lo evitaron. —¡Ay, me siento mal otra vez! ¡Debes quedarte aquí conmigo o moriré! —bromeó. 

La joven rodó los ojos, este chico era lo más gracioso que había sucedido en toda la fiesta. 

—Tal vez me quede, la estoy pasando bien aquí contigo. 

Jimin se incorporó del suelo y se sentó a su lado. —Si me pasas tu número podemos quedar cualquier día, prometo no estar ebrio. 

Chaeyoung carcajeó y acto seguido comenzó a dictar su número de teléfono. Qué bueno que esto no terminó como la historia original.