Siempre fue un jovencito detestable con los de su misma edad, era indisciplinadoy ,ingobernable y temerario, haciendo de las suyas, pero en el colegio sabía cómo ganarse a los maestros para salir bien sin estudiar mucho y esforzándose muy poco, le encantaban las películas de terror, en especial la de Drácula, que veía en su oscura habitación a través de un proyector. Drácula era para Isaac lo que para otros niños era Superman o Spiderman. Cuando los padres de Hanna y los de él se reunían, Isaac siempre estaba en la planta del edificio manejando bicicleta o jugando en la cancha, lo que le producía a Hanna bastante envidia ya que a ella no se le permitía salir a jugar sola a la calle. Su hermana Ababel jugaba con las amiguitas en la habitación pero eran bastante crueles, simplemente no la aceptaban en su círculo y Hanna prefería pasar el rato sola mirando por el balcón, jugueteando con el gato, leyendo o coloreando. Isaac no era más amable que la hermana, pero en sus escasas interacciones con Hanna le gustaba hacerle bromas pesadas o asustarla, solía voltearse los párpados hacia arriba porque disfrutaba enormemente el horror que le causaba a la niña ver sus ojos desfigurados, le dañaba sus dibujos, cuando se descuidaba le escondía algún juguete y se deleitaba viendo su cara de desconcierto y su histeria al buscarlo pensando en su misteriosa desaparición, luego descubría que había sido Isaac y lo odiaba, lo maldecía en secreto, pero muy en el fondo le agradaba esa atención maliciosa que él le ofrecía.
A medida que Isaac fue creciendo se fue tornando más problemático, fue empeorando su conducta en la escuela y no guardaba respeto a las personas de autoridad, se volvió agresivo e intolerante, por lo que siempre estaba metido en peleas, constantemente a la defensiva, exigiendo sus derechos a capa y espada pero sin respetar los de los demás. Fue expulsado de la escuela a los 16 por conducta disruptiva y por dañar inmobiliario propiedad de la institución. Y entonces empezó en una escuela nocturna donde no iba más que a hacer de las suyas.
Pero Isaac , que al parecer era un rebelde sin causa, nadie sabía la gran consternación que le causaba presenciar cada escena de discusiones, de violencia, de improperios y desmanes entre sus padres, desde que tiene uso de razón Isaac ha tenido que soportarlo haciéndose el indiferente, pero sufriendo por dentro, finalmente la traición de su madre, siéndole infiel con el propio Franco Hiedra era más de lo que podía soportar, sin embargo calló, y lo expresó en conductas terriblemente violentas en la calle y la escuela de donde finalmente fue expulsado poco antes de graduarse. Se graduó en la escuela nocturna más por su ingenio que por su dedicación. Después de eso se volvió un callejero, ganándose la vida trabajando en las tiendas de un concurrido boulevard, sin tomarse nunca en serio sus puestos de trabajo, andaba libre, no seguía las normas, llegaba tarde, faltaba un día, dos, o simplemente no iba más, hasta que lo corrían.
Mantenía amistad con un hombre entrañable al que llamaban "song by four" por su peculiar parecido al vocalista de esa famosa agrupación de finales de los 90,con éste se instruía en materia de autos, lo que le resultaba un hobbie muy estimulante, vivía en un barrio que Isaac frecuentaba con otros de sus panas: de nombre Tin, apodado care'confley de 17 , que acompañaba a trabajar a Isaac en las tiendas del boulevard, se quedaba en su casa, y eran algo como decir, inseparables, amante de la hierba y la comida chatarra, el otro era Vinnie, de 19, anda en negocios más turbulentos, como el de los billetes falsos, o el menudeo de sustancias. Le gusta el póker y el vodka.
Digamos que a Isaac era asiduo a todo lo mencionado antes, un poco de marihuana, un poco de chatarra, mucho de vodka, algo de póker, mucho de autos, de peleas, algo de negocios ilícitos y muy mujeriego... Mujeres iban y venían, las tenía a raudales, se les presentaba sereno y espontáneo, las conquistaba, las tenía y las dejaba, algunas se iban solas, cosa que no le importaba en lo más mínimo, pasaba la página, como en los trabajos, a él nada ni nadie lo ataba. Casos como el de Luisa González eran comunes, Luisa González fue su compañera de estudio en la nocturna, él solía ayudarla con las tareas, bromear con ella, se mostraba amistoso y atento, ella por su parte sumamente entusiasmada con el muchacho rubio de la cresta, al poco tiempo ya caminaban de la mano como par de enamorados, nunca se mostraba tan serio, todo era como un juego, pero Luisa se hacía la ciega y pretendía que iban en serio, al cabo de pocas semanas un amigo de ella le advierte que deje a ese tipo porque no vale la pena, y ella no quiere creerle, tiene entonces su amigo que decirle que suba a los oscuros pisos de arriba y vea por su propia cuenta que tan cierto es que ese tipo no vale la pena. Luisa sube con el corazón en la mano y el espectáculo que consigue es realmente amargo: Isaac está besándose con Sikiú. Sikiú es una de esas muchachas mala conducta y libertina estilo Mariam Luna a las que suelen llamar perras. Luisa no pidió explicaciones a Isaac y éste tampoco se molestó en dárselas, ella se alejó y él continuó con su vida, mostrándose entonces frío y sarcástico, su verdadera cara. Siguió su amistad con Sikiú porque las chicas como ella solo se divierten, no se involucran, pero muchas Luisas siguieron llegando a su vida, a las que prefería engañar y burlar antes que salir burlado él.
Cada vez que se metía en un lío Isaac iba a pasarse temporadas en casa de su madre, allí permanecía ajeno a todo lo que sucedía, se mantenía al margen, apenas llegaba a dormir en el depósito de trastes que habían acomodado para que fuera su habitación, ya no se jugaba con Hanna, la ignoraba por completo, todo lo que tenía que ver con la traición de su madre y su posterior divorcio le causaban terrible aversión pero lo disimulaba y mantenía en secreto, Isaac no hablaba de eso y mucho menos permitía que ninguna de su gente de confianza lo hiciera, aunque no se llevaba bien con su madre y le guardaba un oscuro resentimiento, la amaba y tenían sus ratos de benevolencia, así como con la hermana, sin embargo la hermanastra solo por el hecho de ser la hija de Hiedra era aborrecida hasta los huesos, y era otra cosa que mantenía en secreto ya que consideraba que ninguna de esa gente merecía ningún tipo de sentimientos de su parte, no era más que un trapo sucio igual que el padre.
Pero fue una de esas mañanas solitarias en las que Hanna se apuraba para ir a la escuela no sin antes preparar su desayuno y dejar la casa limpia, era una rara ocasión en la que Tin no pasaba la noche así que dormía solo en su cuarto, cuando de pronto la aparición borrosa de una mujer se apareció al extremo de su cama intentando agredirlo con un palo largo, no podía distinguir bien, era como un sueño donde él no podía abrir los ojos, no sabía si estaba despierto o dormido, pero ahí estaba ella, furiosa, intentando agredirlo, el borroso rostro colérico, la fisonomía extremadamente delgada, el largo cabello negro, con los dientes apretados y el ceño fruncido lanzaba a azotarlo sin éxito, hasta que pudo abrir los ojos y desapareció. Se despertó aterrado, sudando frío, pero poco a poco fue aceptando que no era más que un sueño, eran las 6 menos cuarto. Salió al patio a respirar aire fresco, y luego subió a la azotea para fumar un cigarro, sentía gran alivio al comprender que solo había sido una pesadilla, sin embargo, muy en el fondo, sentía que había sido real, pero jamás se atrevería a hablar de eso nunca más, fue un sueño, él no estaba loco y esas cosas no suceden en la vida. Se distrajo viendo el sol salir y de pronto la recelosa hermanastra de mirada triste y arisca, se cruzó por su vista haciéndole recordar la imagen fantasmal de hacía unos segundos.
Se detuvo a contemplarla, diligente con su pijamita rosa y sus pantuflas, juiciosa y prudente como la india que a veces iba a limpiar. Llevaba el ondulado cabello suelto como nunca antes se lo había visto, lucía pura y blanca, pero el rostro ojeroso daba la impresión de una paciente mental. Por lo demás todo lucía en su lugar, transformándose lentamente como las crisálidas..
Sólo bastó la mirada de ese momento para que Hanna se hiciera la idea frenética de que la atracción por Isaac era correspondida, pero sabía que era imposible tener algo con él. Le contaba a Mariam y ésta como siempre restaba importancia a su fijación absurda, hasta que un día picada por la curiosidad fue a verlo. Lo conocía ya que en varias oportunidades coincidieron en algunas de las tantas reuniones que solían hacer sus padres, pero al verlo ya de 18 años se sorprendió, Isaac era poco menos que un galán, pero eran sus modos tan desenvueltos, tan discretamente irreverentes, cínicos, que lo hacían increíblemente atractivo, deseable, y apetecible para Mariam, hasta que su mirada desdeñosa la execró, y les impuso una ácida barrera imposible de traspasar, Mariam comprendió entonces que debía olvidarse del asunto y convencer a su frágil prima de que debía hacer lo mismo. Lo intentó en vano. Hanna siguió empeñada en ilusionarse con el joven prohibido.
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Hanna Hater
RomansaLuego de la muerte de su madre, Hanna queda a merced de su nueva madrastra, Regina, quien hace de su vida un infierno sin que su padre haga nada al respecto. Hanna está enamorada sin que jamás se atreva a aceptarlo de Isaac, el hijo mayor de Regina...