CAPÍTULO 13

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Después de estar varias horas jugando, Lisa me recomendó un restaurante mexicano, situado a pocos kilómetros de la bolera.

Ahí, pedimos unas fajitas de pollo, unas quesadillas y unos nachos con guacamole.

Comí más que en toda mi vida, sabía que pasaría una mala noche...

Durante la cena, Lisa me contó de nuevo su historia de amor con Thomas, y lo confundida que se sintió al conocer a Tyler. Me recalcó que sabía que estaba enamorada de Thomas, pero que la aparición de Tyler en su monótona relación hizo que las dudas salieran por si solas. En resumen, todo acabó en una desgracia, ya que antes de que se liara con Tyler, Thomas fue realmente cruel con él y aquel desliz que tuvieron fue la gota que colmó el vaso.

Yo intenté hablarle más sobre mi vida privada. Así era yo, sabía hasta donde y que podía contar.Le dije que no tenía una muy buena relación con mis padres, que era hija única y una joven rodeada de gente dispuesta a complacerla, pero que, a pesar de eso, se sentía vacía. Se mostró muy comprensiva conmigo, y mientras intentaba sincerarme sin echarme a llorar, me agarró de la mano. Me sentí un poco aliviada, contarle una pequeña parte de mí ayudó a que esos monstruos que tenía en la cabeza se callaran por un instante, un solo instante.

—Creo que voy a explotar. —dijo Lisa mientras presionaba sus brazos contra el estómago.

—Voy a vomitar. —a continuación, suspiré y me apoyé en el respaldo de la silla.

—¿Qué hora es? —cogió el móvil, pero no se encendió. —La maldita batería...

—Las 23:00. —los minutos pasaron volando...

—Thomas estará preocupado por mí.

—¿Quieres llamarle por mi móvil?

—No, tranquila. —calló durante unos segundos y después sumó—¿has estado alguna vez enamorada? —esa pregunta me pilló in fraganti...

—No. —repuse.

—Es genial.

—Supongo que sí... pero de momento no tengo gran curiosidad.

—¿Entonces Jason?

—No sé que pasará con él, pero dudo que me enamore... aun es pronto y no estoy para esas cosas.

—¿Por qué? —preguntó mientras arqueaba una ceja.

—Mi relación con los hombres ha sido muy complicada...—miles de recuerdos sacudieron mi cabeza, y mi piel se erizó del terror.

—¿Algún día me lo contarás?

—Espero poder hacerlo. —sonreí y a la vez, mentí. Lisa podía enterarse de mis errores del pasado si esa persona me encontraba.

Tras un corto viaje, llegué al piso, totalmente cansada. Me lancé sobre el sofá y me quedé boca arriba observando el techo.

—¿Qué haces? —la áspera voz de Tyler me asustó.

—Nada. Ya me voy. —cogí el bolso y me propuse irme, pero Tyler agarró mi mano y un escalofrío recorrió mí estómago.

—Siento haber sido tan duro. —intenté retroceder, pero finalmente cedí.

—Déjalo, Tyler. —aparté su mano y coloqué la correa de mi bolso en el hombro.

—Solo quería disculparme.

—Y acepto tus disculpas, pero tus cambios de actitud son demasiado drásticos.

—No necesito iniciar una sesión terapéutica, si aceptas mis disculpas, ya puedes irte.

—¿Lo ves? Ya vuelves a ser el mismo grosero de siempre. —en ese momento, me di cuenta de que Jason era la mejor elección.

—Siento no ser tan dulce como Jason. —soltó con ironía.

—Está bien, Tyler, quédate discutiendo con la pared. —me di media vuelta y me fui.


Cerré la puerta de mi habitación y acto seguido de dejar el bolso sobre la cama, el impulso hizo que llamara a Jason.

—¿Jess? —

—¿Estabas dormido? —pregunté mientras me sentaba en el borde de la cama.

—No tranquila, aun es pronto. ¿Qué pasa?

—No quiero dormir sola. —dije después de callar durante unos pocos segundos.

—¿Te ha ocurrido algo? —por su voz, supe que estaba preocupado por mí.

—He hablado demasiado de mi pasado, te necesito. —sentía que él era mi único protector posible, de alguna manera o otra, Jason había estado ahí. Quizás era muy pronto, pero me daba igual.

—Me... ¿necesitas? —dijo tartamudeando.

—Sí. —oí un largo suspiro que salía de él. —Lo siento, cuando estoy decaída tiendo a buscar un cariño que no tengo.

—Por supuesto que no. Ahora mismo voy.

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