CAPÍTULO 20

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Después de hacer todas las tareas del día, llamé a Jason y le invité a mi casa. Había tomado una malísima decisión. Volver con él no era la mejor opción, sabía que mientras viviera con Tyler, los sentimientos irían a más, aunque no fuera recíproco.

Tyler había salido, comió en casa, pero no en la misma habitación, yo almorcé en la cocina y él, en el salón. Se estaba alejando de mí, y yo lo entendía.

Jason se esmeraba demasiado y yo estaba nerviosa y muy ansiosa, tanto que me puse a limpiar toda la casa. Mientras lo hacía, encontré una caja de color de rojo en un cajón situado bajo el espejo de la entrada, en ella ponía "NO ABRIR". Supuse que era de Tyler, pero la intriga pudo conmigo. Miré a los lados a pesar de estar sola, y abrí la caja.

En ella, Tyler guardó unas fotos de varios tatuajes, yo jamás le vi ningún tatuaje. Es más, por aquel entonces no le había visto desnudo. Aparté esas fotos porque me parecieron irrelevantes. También escondía unas cartas, en total eran cuatro y la fecha estaba puesta en cada una de ellas, 23 de abril. Pensé en abrirlas, pero parecían privadas y no quería hacer algo así, yo también odiaba que se entrometieran en mi vida, y más de esa manera. Por último, agarré unas fotos de él cuando era más joven, parecía otra persona. En las fotos, no le colgaban los rizos, era un delgaducho, delgaducho pero guapo. Vestía con camisa y pantalones chinos de Massimo Dutti, era un pijo de estos que no llamaban mi atención.

Escuché el timbre sonar y me exalté. Recogí todas las cosas de Tyler y las guardé en su sitio. A continuación, fui corriendo a abrir a Jason.

—Hola Jason. —dije después de tragar saliva.

—Hola guapa. —dijo antes de abrazarme. —Gracias por invitarme, ¿vemos una película?

Se quitó las zapatillas, las dejó en la entrada y se dirigió al sofá.

—Espera. —me senté a su lado. —Tenemos que hablar. —repuse.

—¿De qué? —cogió el mando a distancia y encendió el televisor.

—De nosotros, Jason. —seguía mirando al televisor, y yo comencé a sentirme algo frustrada, ya era bastante difícil para mí. —Jason, ¿puedes mirarme a la cara?

Apagó la televisión y se reclinó sobre el sofá.

—Eres un chico fascinante, Jason, lo digo de verdad. No me has juzgado nunca y no has hecho mil preguntas sobre mi pasado. Eso es algo que siempre te agradeceré.

—Estamos juntos, y debo de cuidarte. —agarró mi mano y la envolvió con las suyas. Cada vez era más difícil...

—Gracias...—sonreí falsamente. —Creo que los sentimientos no se pueden controlar, Jason.

—Lo sé, ¿qué quieres decirme con eso? 

—Te aprecio mucho, pero no como algo más que amigo. —y ahí estaba, solté la dichosa bomba, pero no se inmutó.

—¿Cómo? — su expresión seguía siendo la misma, no parecía molesto y me dio hasta miedo.

—Sé que te gusto. Tu a mí también, pero como amigo. —se deshizo de mi mano y se llevó la mano a la frente.

—Siento mucho decírtelo así y ahora.

—Dijiste que me necesitabas.

—Lo sé, te necesitaba esa noche y ahora también, pero como un buen amigo.

—Joder Jess, no sé si podré hacerlo. —espetó. —¿Es por Tyler?

—Por supuesto que no. Es por mí. —mentí, ya que Tyler tenía mucho que ver en mi decisión. —Sé que Tyler y yo jamás tendremos algo, no te preocupes por eso.

—Eso espero. —fruncí el ceño y le dije:

—No entiendo tu egoísmo. —igual no era el mejor momento, pero no podía comedirme más. —Sabías que a Tyler le pasaba algo conmigo, y aún así, le obligaste a mantenerse alejado.

—No te metas en nuestros asuntos. Sé perfectamente que después de estar conmigo, aunque sea dos malditas semanas, Tyler no se va a acercar a ti. —estaba viendo una cara de Jason que no me gustaba nada. Ya no hablaba con ese tono dulce y suave, sino al revés, su tono era brusco.

—No me meto, yo ya estaba metida. Pero ¿sabes qué? Me da igual, no pienso tener nada con Tyler, paso de descentrarme.

—Tú me buscabas.

—Y tu a mí también, no te jode. —espeté. Me estaba enfureciendo y no quería sacar ese lado de mí, así que decidí pedirle que se vaya.

—Necesito estar sola, ¿te puedes ir? —le dije levantándome y señalando la puerta.

—Échame si quieres, pero es el piso de mi mejor amigo, seguiré viniendo. —sonrió con malicia y se fue.

No sé como no pude darme cuenta de que Jason era siempre demasiado amable conmigo. El chico perfecto que siempre estaba a tu lado, una persona demasiado generosa. Lo único que hacía era regalarme los oídos.

De nuevo, otro idiota más apareció en mi vida.

Comencé a dar vueltas por todo el piso, estaba fastidiada y frustrada. ¿Cómo iba a convivir con Tyler después de todo esto? Y para colmo y por desgracia, tenía que seguir viendo la estúpida cara de Jason.

¿Por qué mi vida se complicaba cada vez más?

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