Abrí los ojos, mis antebrazos me dolían un poco, la habitación estaba iluminada por completo, era lindo que se atrevieran a reparar la cortina que impedía que pasara la luz, sentía que en algún momento un ser divino entraría a mi cuarto a llevarme al paraíso, este pensamiento me hizo sonreír por algunos milisegundos, si de verdad estaba emprendiendo mi viaje al paraíso lo haría con total emoción, pero me dió hambre, así supe que solo era el sol dándome los buenos días.
Fui a cepillarme los dientes y de allí a la cocina por algún refrigerio, cuando vi a uno de mis primos en la cocina hablando con mi papá mientras él cocinaba, él es violinista y como regalo de cumpleaños atrasado vino a traerme su piano electrónico ya que se había comprado uno nuevo, de todas formas el piano que me había traído se veía muy moderno, me comentó que me lo había traído porque llevaba muchos años con él y también para que pudiera aprender música con el teclado, ya que traía tutoriales hablados para aprender desde cero. Notaba que insistía mucho en este tema, algo muy raro que me generaba cierto sentimiento de inquietud.
No le presté mucha atención y rellené unos 3 panes con mozzarella, pepperoni y salsa de tomate para pizzas (es la única receta personal que he perfeccionado), comí como pude. Al terminar subí a mi cuarto para escuchar música otra vez cuando llego la motivación para enfocarme en probar el teclado, lo saqué de su estuche, conecté sus cables y lo encendí, tenía varias funciones, las probé una por una.
Me costó al principio, los tutoriales hablados eran aburridos y poco interesantes, las melodías fueron los más fácil, de todas formas, era mi primer día, uno de dos semanas que cambiarían mi vida, pasé casi todo el día en el piano aprendiendo melodías y acordes, no me enfoqué en la teoría, sentía que era lo más complejo y que otro día le dedicaría atención. En la noche salí a verme afuera de mi casa con mis amigos, les comenté lo del teclado:
—Mason Phlips ¿Desde cuándo te gusta la música? —Dijo mi amigo Illam.
—Siempre creí que el atletismo era lo tuyo—agregó Fabrizio, otro amigo de mi vecindario.
—¿Estás seguro? De la música no se vive, quizás puedas probar con la construcción, siendo arquitecto te pagarían mejor que siendo un simple músico.
No les presté mucha atención, y decidí cambiar de tema, me sentía mejor cuando tocaba el piano, o al menos al tocar melodías que me gustaban, me costaban un poco los acordes, pero hacía lo que podía, hacía mucho tiempo que no tenía una noche de diversión con mis amigos, llevaba meses sin hacer tantas locuras con ellos, hablamos de todo, nos divertimos como nunca.
Volví a mi casa un buen rato después de verme con mis amigos, mis hermanos estaban viendo una película en el cuarto de mis padres, limpié mi habitación y encendí mi computadora, en ese momento una idea se me vino a la cabeza como un relámpago: "Si aprendo a producir y a grabar con el teclado podría componer mis propias obras" pensé, así que busqué un lápiz y algunas hojas, empecé a buscar en algún sitio web teoría básica para gente principiante, pase varias horas buscando hasta que encontré a un chico que hacía vlogs de teoría música y tocaba el piano, anoté todo lo que pude, escalas, tonalidades, solfeo etc.
Apagué la luz después de guardar mis apuntes y me acosté en mi cama mirando hacia la ventana que ahora con la cortina reparada y levantada, dejaba entrar un rayo de luz tenue, y a lo lejos la luna llena se levantaba entre las copas de los árboles, me quedé hipnotizado viendo aquel precioso escenario, entonces empecé a pensar..... "¿Será que lo que hago es suficiente?, ¿Algún día seré alguien importante ?", siempre me hacía ese tipo de preguntas antes de dormir mientras poco a poco me quedaba dormido. Pero por alguna extraña razón esa noche me costó dormirme, por más que trataba no podía conciliar el sueño. Me venían demasiadas cosas a la cabeza, traté y traté pero no podía dormir, mi celular marcaba las 11:40pm.
Me levanté para lavarme la cara sin hacer tanto ruido, cuando entré de nuevo a mi cuarto me senté en una esquina de la cama a pensar mientras miraba a un punto fijo de un rincón de la habitación, como si de un drogadicto se tratase me sentía volar, un sentimiento que me alteró un poco, también vinieron muchas ideas a mi cabeza para hacer el día siguiente, decidí mirar al techo hasta que pudiera por fin conciliar el sueño de alguna manera, cuando de un momento a otro mis párpados se empezaron a ser pesados, levanté mi teléfono y vi que eran las 11:59 pm, fue lo último que vi antes de caer en un profundo sueño rodeado de oscuridad pura, donde volví a ver ese destello de luz.
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Los 10 Preludios de la Vida
Teen FictionEnfrentarse a la muerte por primera vez es difícil, para unos es más y para otros menos, pero para mí fue diferente. Acompáñame a través de mis recuerdos de aquel día de invierno y descubre qué pasó después.