Sentía que mi cabeza estaba dando miles de vueltas, sentía que mi alma no estaba en el cuerpo correcto, al ponerme de pie me dolían las piernas, y las muñecas quizás el doble, supuse que solo había sido un sueño bastante raro, así que salí de mi habitación y comprobé que estaba en lo correcto, vi en mi patio trasero mi bicicleta, no supe que hacer con ella al principio, así que llame a Illam, me contó que estaría libre, así que bajé a la sala para conversar con mi mamá, quería convenserla para salir a pasear en bicicleta con Illam, sabía que respondería que no ya que planeaba ir a una heladería que quedaba a unas 10 cuadras de mi casa, ella siempre me autorizaba salir a dar una vuelta por el vecindario pero nunca me dejó salir de éste.
Después de muchos intentos conseguí que dijera que sí, quería ponerme feliz, pero no podía, incluso me costaba sonreír pero no le dí tanta importancia, agarré mi bicicleta, y salí de mi casa, a unos cuantos metros estaba Illam escuchando música con sus audífonos, le di un golpe suave en el brazo y el me lo devolvió, comenzamos a hablar como siempre, mientras dabamos algunas vueltas por el vecindario. Me siento muy afortunado de tener tan buena memoria después de todo lo que pasó:
—Entonces Mase, ¿Ya pudiste viajar en el tiempo?—
—Se puede decir que sí, la verdad, solo pude para el tiempo y retroceder 4 o 5 horas—
—Que bueno que encontré la silla, no estaba tan mal como creía, solo rechina un poco y tiene polvo—
—Entonces podremos viajar a casi cualquier época—
—Espera, ¿Por qué a casi cualquier época?—
—Porque tardaríamos muchísimo tiempo en viajar más de 50 años atrás- inmediatamente le expliqué—Deberíamos movernos muy rápido si queremos viajar más de 50 años atras, si lo hicieramos vomitaríamos, esta vez es enserio—.
—Podríamos probar parar cada cierto tiempo—
—Illi, no podremos medir el tiempo mientras viajamos en el tiempo —
—¿Y si contamos?— dijo riéndose un poco
—No se puede, estamos retrocediendo en el espacio-tiempo, nuestras palabras no podrían salir de nuestras bocas, bueno eso creo—
—¿Y si nos comunicamos por señas?—
—Buena idea, deberíamos usar señales para cuando estemos cansados o mareados—
—¿Por que siempre me tienes que robar las ideas?- dijo riéndose—Siempre que quiero decir algo que suene intelectual o inteligente me robas las frases—
—Pues será mejor que corras porque si no lo haces me robare todas tus ideas— y empecé a acelerar hasta la entrada del vecindario.
Salimos del vecindario y fuimos a la heladería mientras hablabamos de PAX, todavía no sabía como había llegado ese juego ahí, una actitud de sospecha paso por mi cabeza, todo se veía tan extraño.
Llegamos a la heladería, ya había gente esperando pero por suerte no era mucha, así que nos sentamos en unas sillas mientras esperabamos, cuando vi a alguien, su cara de me hacía conocida, pero no recordaba haberla visto antes, pero por alguna razón no podía para de mirarla, tenía algo que me himnotizaba. Se le veía triste, no levantaba la mirada del piso, estaba sola y decidí hablarle, Illam me dijo que no lo hiciera, al igual que él estaba inseguro de hacerlo, pero me atreví.
Se asustó un poco cuando le hablé, me siguió la corriente con una mirada inocente, le pregunté su nombre, tartamudeando dijo se llamaba Emily, es un buen nombre ¿no?, en ese momento Illam me llamó para pedir los helados ya que era nuestro turno, le dije a Emily que me esperara, pero se tuvo que ir, así que me dio un papelito y se despidió de mi con un beso, "¿Por qué un beso?" pensé, me di la vuelta y fui a la barra donde servían los helados mientras guardaba el papelito en mi bolsillo.
Ordené un helado de Oreo con chips de chocolate blanco e Illam pidió uno de Naranja, los comimos mientras volvíamos a casa, desde que salimos de la heladería Illam no paraba de molestarme con la chica, ella se veía muy linda comparada conmigo en ese entonces, yo no sabía lo que sentía en mi, creía que solo se olvidaría en algunos días, pero por suerte no fue así.
Llegamos a mi casa, Illam aprovechó y me trajo la silla, la dejamos en el closet mi cuarto junto a mi bicicleta, no sabíamos que teníamos que hacer para volver en el tiempo unos cuantos años atrás, así que lo dejamos para el día siguiente.
Aquel fue un día muy lindo, uno de los más lindos diría yo, cuando revisé mi chaqueta había un papelito, abrí el papelito mis ojos se agrandaron, era el número de Emily, inmediatamente tomé mi teléfono y guardé su contacto. Illam se quedó a dormir en casa esa noche, estuvimos despiertos hasta las 2:40 de la madrugada, me costó dormir un poco pero por suerte logré conciliar el sueño poco a poco.
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Los 10 Preludios de la Vida
Novela JuvenilEnfrentarse a la muerte por primera vez es difícil, para unos es más y para otros menos, pero para mí fue diferente. Acompáñame a través de mis recuerdos de aquel día de invierno y descubre qué pasó después.