El sonido de la música que retumbaba en sus oídos era más que abrumadora, ni siquiera aquellas melodías relajantes podían sacarla de su tormento; odiaba esta rutina, sentía como su mundo se había desmoronado desde que perdió a su hermano. No dejaba de culpar día y noche; si tan solo no hubiera aceptado aquel trato. Si tan solo hubiera sido más rápida, si tan solo...
—Café helado para ti con extra crema batida. —abrió la puerta Richard del auto entrando para extenderle la bebida sin recibir respuesta logrando una mueca de pena en el castaño. —¿Ellie? ¡¿Ellie?!
Bufo y retiro un audífono con cuidado para conseguir atención de esta quien le sonrió recibiendo la bebida. Su corazón se entristeció al reconocer aquella mirada más sin embargo no iba a preguntar, conocía cómo se podía la más baja una vez hablaban del tema y le partía el alma verla colapsar en llantos hasta quedar totalmente drenada de dolor. Dolor en su corazón que débilmente se mantenía en pie gracias a él.
—Lo siento, estaba perdida. —rio tomando de esta emitiendo un gruñido de satisfacción. Amaba esta bebida.
—Últimamente lo estas. —suspiro mirándola más de cerca.— Cielo si es eso yo...
—Está bien Dick, no, no habemos de eso. —aclaró su voz antes de que esta se rompiera.
—Lo entiendo, sabes más que nadie que lo hago. —tomó su mano entrelazándolas.
—¿Podemos irnos de Gótica?
—Di el destino, nos iremos hoy mismo si eso deseas. —le sonrió con ternura haciendo que esta la mire con ojos de amor.
Nuevamente escapando y esta vez fueron a parar a Cuidad Central donde ambos decidieron empezar de cero, era un lugar inspirador, lleno de sorpresas y una de ellas eran aquellos metahumanos con habilidades únicas, muchos las usaban para un bien propio pero habían otros que las usaban para salvar a la chisas sin esperar nada a cambio. Cada metahumano era una sorpresa aterradora para la ciudad pero ella no era una heroina ni Dick era un héroe; este había dejado el manto de Robin hace años atrás y no lo iba a retomar por ningún motivo, una vez cayó enamorado por la castaña dejó su antiguo trabajo para sentarse en una vida normal con la dueña de su corazón, sólo simples civiles con simples trabajos y un hermoso hogar.