LUAR

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"El pasado es algo que podía ver, pero no tocar, como un rayo de luna"

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El otoño había avanzado, el ambiente se podía sentir un poco más fresco y Wang Yibo desde aquel día en el parque había tomado notas de cada uno de sus sueños, o al menos de los que lograba recordar. Estaba seguro que seguían ahí, es sólo que necesitaba más tiempo para asimilarlo y reconocer personas y lugares.

*llamada entrante*

—¿Hola, Yibo?, ¿en dónde te has metido? Llevo días buscándote pero no respondes, ¿Estás bien? —el tono preocupado de su amigo era más que evidente.

—He estado un poco ocupado, ya sabes, practicando trucos con la tabla, y también algo de free style, —improvisó su excusa.

—¿Es en serio?, siempre te acompaño aunque yo no sepa hacerlo, —su amigo no se tragaba el cuento.

—Eso es cierto —interrumpió otra voz a lo lejos.

—¿Quién...quién está contigo? —preguntó pero casi seguro de la respuesta.

—Soy yo, Meng Ziyi, ¿ya no me reconoces la voz, BOBO? —dijo con un tono burlón, a lo que Yibo no pudo evitar emitir una sonrisa de lado.

—No..., no me he olvidado de ti. ¿En dónde están?

—Asómate~ —le invitó la voz femenina.

Yibo se aproximo a su ventana y vio al par de amigos saludarle desde sus bicicletas, siguió hablando a través del celular.

—¿Qué hacen aquí? Esperen, ya bajo.

—Date prisa, iremos de paseo —la voz ahora era la de su amigo.

—si, si, ya voy —colgó para luego ponerse una gorra, tomar su patineta y mochila. —Mamá, saldré un momento con mis amigos —se dirigió a ella casi desde la salida.

—Está bien, ten cuidado no vengas tan tarde. Llámame si necesitas algo, cariño —el tono dulce de su madre le invitó a sonreír.

Desde aquella vez en el parque se había vuelto más cercano a su madre. Despertaba seguido exaltado a mitad de la noche, a veces tenía ataques de ansiedad y ella era quien le ayudaba a tranquilizarse. Tenerla a su lado era reconfortante. En aquella ocasión ella lo había seguido hasta el parque, claro tuvo que dar la vuelta al trayecto pero le preocupaba tanto ver así a su hijo que condujo lo más rápido posible. Lo encontró sentado en una banca con rastros de lágrimas en su rostro. Él no había querido contarle lo que había sucedido, pero cualquier cosa que necesitara ella solo estaría para apoyarle. Esa noche, Yibo al verla corrió a abrazarla y no pudo evitar volver a derramar pequeñas lágrimas. Después de tranquilizarse se quedó a su lado, observando la bella aurora de luces en el cielo.

Ese hecho fue tan notorio en toda la ciudad que por días la gente habló de ello, por todos lados se escuchaban rumores sobre cómo se habían alineado planetas y constelaciones y que seguramente algún hecho extraño estaría por suceder. Yibo también estaba seguro de ello, pues había recuperado sus recuerdos pasados debido al sueño que tuvo esa tarde en el coche. Era como si las estrellas se hubieran alineado para decirle la verdad. Se sentía un poco extraño en su cuerpo, es decir durante dieciocho años había sido Wang Yibo y al mismo tiempo otro Yibo del pasado, era algo difícil de entender y todavía mas de contar, por ello había decidido esperar hasta tener más información sobre las demás personas que había visto en todas esas imágenes y situaciones que escasamente recordaba, y mientras llegaba el momento también debía de vivir su vida. Es decir el pasado era el pasado, pero ahora estaba más que dispuesto a escribir una nueva historia con la persona que él amaba.

Huellas Cósmicas (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora