Quinta Página

398 58 9
                                    

Wang Yibo:

Todo esto es real, no es un sueño, ni una pesadilla.

Mi nueva realidad, el tiempo no se detiene a preguntar si me gusta, el destino está tan sonriente al verme caminar, vestir y comer como un plebeyo.

Si me hubieras enseñado a esta simplicidad desde un inicio.... Me hubieras ahorrado todo el trabajo.

Chocolate casi no habla, cada que tiene oportunidad trata de quitarme la hoja de su libro, aún sigo sin entender las palabras escritas en esa página, sin embargo al ver su reacción el otro día, supongo que es algo importante.

Es tan interesante ver como las personas pueden estar tan vacías que leerlas es muy complicado, si es destino o no, al menos hay algo interesante.

Nunca he sido intrometido, pero es un libro que nunca pedí, un libro que vino a mi, una historia que intento leer de inicio  fin... Al parecer sigo perdido en el inicio.

-¡¡Te gané!!! -grito al verla entrar, ella rodea los ojos y se apresura a sentarse en su asiento.

- ¿Te botaron de tu casa? -a veces me gusta su forma de ser, directa, nunca lo piensa dos veces, o tal vez si lo hace, pero es muy rápida.

-Solo digamos que quiero ser como tú, que nadie me note- ella ríe, últimamente es muy común verla así, no se si ella se da cuenta, pero está sonriendo.

-Deja de leer muchos libros- comenta burlona. Otra de las cosas que ha aprendido y no es consciente de ello.

-Ya no lo hago, de hecho, estoy interesado en solo uno- me ignora y saca sus libros, ya no he vuelto a ver su libro Rojo.

-¿Me vas a ignorar? - Trato de llamar su atención, ella sigue sin hacerme caso.

-No me hables, están por llegar.

Simples palabras, observó lo vacío que se encuentra el salón, ha pasado tiempo y me doy cuenta, que estoy sobreviviendo a esto por mucho tiempo, mi abuelo sigue encaprichado en hacer la vida imposible de mi padre, mi mamá pidiéndome que me adapte a esta vida y yo, por un momento estaba olvidando todo.

Extraño las motos que tenia, hacer carreras, comprar ropa, zapatillas exclusivas, desde que fui lanzado de mi palacio, no he vuelto a montar ni una moto.

Es increíble que lo esté haciendo bien, ya no me quejaba, ni hacía berrinches, estaba aquí, llevando una vida normal.

Algo no está bien.

-Wang Yibo - alcé mi mirada y no, las tenía de nuevo, ahí paradas.

-Te gustaría ir el domingo a una fiesta? Celebraremos mi cumpleaños- se le veía avergonzada, había olvidado lo que causaba en las chicas, a este punto me preguntaba si chocolate notaba mi porte y belleza, ahí si había un problema.

-¿El domingo dices?- estaba por rechazar la oferta, sin embargo, pensé, libro en blanco habrá ido a alguna fiesta? Y si no, esto podría ser muy interesante.

-Claro, estaré ahí. - las vi sonreír emocionadas y se fueron, volví a fijar mi mirada en alguien, su concentración era netamente en sus libros, me recordaba un poco a la chica con la que mi abuelo quería comprometerme, en si, no era solo papá el causante de que nos votarán a la calle, yo había rechazado el contrato millonario de mi abuelo, todo porque quería que me case con una nieta de uno de sus amigos, la chica no era mi estilo, a parte casarme no es lo mío. No.

Aunque cada día este siendo parte de este nuevo mundo, hay cosas que no cambiaran, soy Wang Yibo, nieto de una de las personas más importantes de China. El cual fue expulsado de la familia, mi padre tiene un nuevo trabajo, mi madre al fin es ama de casa y yo soy el chico ordinario que debía ser.

Cuando salimos, ella ya me esperaba, no huía.

-Me sorprendes, ya no huyes.

-Si me voy igual me seguirías, te ahorro el trabajo.

-Auch, tus palabras son tan directas, es bueno que lo sepas.

Ella camina a mi lado, no la notan, todas las miradas están en mi, aún así, quiero que la noten, sino, llegaré a pensar que estoy loco.

-Oye chocolate, no quieres hacerte notar? - ella me mira con su clásica mirada.

-No soy "chocolate"

-culpa a tu cabello.

-Olvidalo, y no, no quiero, tampoco necesito la atensión de ellos.

-Acompañame a una fiesta, este domingo.

Se ríe, ríe sin incomodidad, algo en sus ojos brillan.

-Podré acompañarte a todos sitios, a pesar de que no quiera, pero nunca iré a una fiesta.

-¿Razón?

-Siempre me pides una razón, simplemente no puedo no querer?

-Vaya, entonces... Que te parece ir a pasear en moto?

-¿Me estás sugiriendo?
Cuando hace unos días me obligabas a acompañarte a donde quisieras....

Yo tampoco lo entiendo, pero de pronto siento que puedo entenderla.

-Extraño conducir - ella se detiene, lo piensa un momento y entonces dice las palabras que quiero escuchar.

-Nunca me he subido a una moto, pero me da curiosidad.

Curiosidad, apuesto que ella ya no controla sus palabras, simplemente las dice, me gustaría grabarla y hacérselo ver, apuesto que no se reconocería.

Sonrio y sigo caminando.

Ambos estamos a un lado del otro

Hasta cierto punto, recuerdo que soy hijo único  y tengo el anhelo nuevamente de tener una hermana, una cómplice en mi vida, la miro a ella, alguien que está conociendo el mundo, como si fuera una niña curiosa.

En que momento fue que nuestras vidas se cruzaron para descubrir cosas que nunca habíamos descubierto antes.

Un libro que era blanco, camina a mi lado, algunas hojas tienen manchas, los colores son claros y pasteles.

-Soy muy bueno conduciendo.

-Tendré que verlo.

-Y lo verás.

Así es como son nuestros días últimamente, ya no somos extraños, ella ya no es invisible, al menos no para mi.


White [Wang Yibo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora