De noche, Hinata había terminado de acomodar lo más importante de sus cosas. Pero más o menos tenía algo habitable, su nuevo departamento, cumplía la finalidad que el esperaba, un nuevo refugio. Este último año las cosas estuvieron agitadas. Nuevo trabajo, nuevas obligaciones, la separación, la mudanza. Era momento entre tanto tiempo turbulento, pisar firme de nuevo. Sumergido en esos pensamientos y en las decisiones que lo trajeron hasta acá, suspira lentamente, pero sin pesar, con las expectativas altas. Todo va estar bien, confía en tus decisiones. Se repite con una sonrisa.Pasan las horas. Hinata sale de tomar un baño reparador. Está demasiado cansado, cocinar algo es una mala idea. Mientras termina de vestir algo casual para andar dentro de su apartamento, está con la mirada constante hacia el departamento del vecino, nota que las luces están bajas, eso produce que se vista más rápido de lo normal. Mañana a primera hora voy a tapar todos estos ventanales. Una vista así también es un desperdicio, y no lo digo por el cuerpo de mi vecino. Contrólate por favor te lo pido.
Es curioso pensar que el se puede permitir ese tipo de pensamientos, toca su labio de manera delicada con su dedo índice. Recuerda cada fragmento de ese exquisito cuerpo de su vecino. Las líneas delicadas y groseras de su pelvis, que cubrían la entrada de su ropa interior. Se muerde su labio para darle un fin a estos pensamientos. Hinata se acerca a su notebook, con el fin de pedir algo de comida, para que pueda espantar cualquier tipo de pensamiento obsceno. En ese instante escucha el timbre sonar de su departamento. Asustado por que no esperaba que sonara tan fuerte, se acerca de manera veloz para consultar quién es, no espera ninguna visita a esta hora, solo su jefe sabe sabe su dirección nueva, y su madre, tampoco había llegado pedir su comida como para que llegara tan pronto. Por eso esta de manera cautelosa junto a la puerta.
La voz de Hinata se escucha de manera temblorosa.
-¿Quien es? digo... buenas noches ¿quien es?-
Hinata esta temblando por todas partes.
-Buenas noches vecino!! Me llamo Atsumu Miya soy su vecino y vine a darle la bienvenida a nuestro edificio! Espero no ser una molestia y disculpe el horario!-
Una tranquilidad se apoderó de Hinata. -Hooolaa, si buenas noches, aguarde un momento ya le abro!- Cerca de la puerta de entrada hay un espejo, da un vistazo a su imagen, y abre la puerta para recibir a su vecino que aguarda afuera. Que agradable una bienvenida. Ese último pensamiento fue aplastado por nada menos que la presencia de Atsumu.
Hinata quedó completamente petrificado al abrir su puerta. Su vecino, del lado del frente, del cual había visto hace unas horas, y estuvo hace un momento pensando, está frente a él. No le sale hablar, sus ojos estaban clavados en Atsumu. Esto... esto... esto no puede estar pasando...dios mio. Muy alto es muy alto. Hinata retrocedió unos pasos atrás. Su vecino tiene un porte envidiable, muy seguro. Si hubiese sabido que era el vecino del frente, no le abría su puerta.
-Un gusto! - Atsumu extiende su mano hacia él, en señal de romper un poco la distancia vergonzosa que Hinata había tomado. Este mismo volvió en sí, tomo la mano de el, - El gusto es mio seño...rrr- Hinata noto un levantamiento de una de las cejas de él, en señal de disgusto.
Atsumu rompió a carcajadas, aunque por un segundo, no le gusto escuchar ese honorífico.
- Estoy muy lejos de ser un señor! jajaja el gusto es mío vecino del cual no se su nombre...-dejó continuar la oración con mucha naturaleza, así es el. En momentos donde los demás están en crisis nerviosas, el mantiene un temple seguro, firme.
-Shoyoooo Hinata Shoyooo, perdón por hacerlo esperar en la entrada, pase por favor!-
Atsumu entró de manera inmediata al departamento, dio un vistazo rápido, lo podía haber observado desde la comodidad de su hogar, pero no. El necesita ir siempre más allá. Movido por la curiosidad, satisfecho de ver todos, los gestos, torpes, incómodos, llenos de nerviosismo de este chico de pelo naranja. Hinata le muestra de manera cortés el departamento, con movimientos exagerados y descripciones cortas. Por dentro es un conjunto de nervios, con sentimientos de pena. Su rostro esta con ligero tono rosa, se puede notar con facilidad por que su piel, es blanca. Esto no puede estar pasando, no puede ser real, concéntrate, solo vino a darme la bienvenida, son unos minutos, si él estuviera enojado por lo que pasó diría algo, contrólate. - Atsumu puedo ofrecerte algo para beber?- Hinata caminó hacia su cocina, necesita romper algo de cercanía y contacto visual.- Tengo algo... agua, o agua, cielos no compre absolutamente nada más que eso- Las palabras están acompañadas de puro nerviosismo.