Narración
Su estadía estaba durando si no, unas cinco horas desde que entró al lugar donde su blanquiano permanecía encerrado. Tuvo miedo al principio, no era lo mismo cuando no habían barrotes de por medio, y cuando un ser mucho más alto que él le imponía respeto y cuidado.
Aunque acababa de adaptarse, y poder tener una compañía agradable, no asimilaba el hecho de tener a un ser no humano a tan solo dos metros de ti. Habían momentos incómodos en los que, no sabia que decir, hasta que el blanquiano dió un paso enfrente, la distancia entre los dos disminuía.
Le observó detallamente sus rasgos faciales mientras que estaba tan sumido en sus pensamientos, que tardó en percatarse de la cercanía del alienígena, él pretendía...¿Besarlo? Peter lo descartó, pues soltó un suspiro de alivio, se había quedado plasmado en su sitio sin siquiera reaccionar. Kilius vió su oportunidad para finalmente juntar ambas frentes y rezar por su unión; el humano podía sentir sus respiraciones pausadas y a la vez desesperadas.
La tranquilidad del moreno no duró demasiado, de un momento a otro su cabeza comenzaba a vibrar y a doler a horrores; las venas de ésta palpitaban, ¿Qué le estaba haciendo? ¿Quería hacerle daño? Su primer instinto fue apartarse al momento, a causa de esto cayó de espaldas contra el suelo, alertando rápidamente al blanquiano cuando el moreno soltaba quejidos de dolor. Algo le había hecho a su cerebro humano que no fue capaz de soportar, y con ello se desmayó.
—"¡¿Peter?!"— Desesperadamente el alienígena se alertó y habló en su idioma. No tuvo ni idea de lo que había pasado, incluso llegó a pensar que lo había matado. Todo esto se comprobó cuando acercó su cabeza en la parte del pecho del humano y aún seguía respirando.
Lo había estropeado todo, pero no llegó a pensar que aquella cabeza suya fuera tan exageradamente frágil, no le quedó otra que cuidarlo hasta que despertara. Sólo esperaba que no lo odiase por lo que había hecho.
🪐✨🪐
La autopsia que estaba realizando el doctor fue interrumpida por Kevin, quien no le importó cuando el más viejo refunfuñó por la recién visita inesperada de éste.
—Dios, ¡Qué asco!—
—Kevin... ¿Qué quieres?— Dijo sin dirigirle la mirada, restándole importancia. Al doctor estaba acostumbrado a realizar ese tipo de experimentos, por lo que no conocía el "asco".— Estoy ocupado.
—Deja de remover los sesos a ese puto alien y ven conmigo.— Dijo con suma autoridad e imponiéndose. Jonathan sabia que lo mejor era no cabrearlo, pues los científicos siempre tenían las de perder. Y eso que se dejaban la piel por el trabajo y el descubrimiento; entonces, ¿Porqué se dejaban tratar así? Ellos ya estaban viejos, no les serviría de nada exigir un trato mejor.— Es ese Peter.
Se llevó un suspiro por su parte, le obedeció sin remedio, pues aquel militar de pacotilla no se andaba con tonterías cuando amenazaba, y siempre lo decía en serio.
Se fueron juntos y al rato, llegaron donde las jaulas de los seres se postraban ante ellos. Inmediatamente el par de humanos recibieron gritos desaprovadores por sus presencias. Kevin tuvo que contenerse para no acabar con cada uno de ellos; los odiaba demasiado.
—¿Pero qué...— Jonathan no pudo evitar sorprenderse cuando vió al joven científico tirado al suelo, aparentemente inconsciente, y con un blanquiano que no se despegaba de su lado.— ¡¿Qué ha pasado?!
—Y a mi que me cuentas, pero no te preocupes, no esta muerto. Sabes de sobra que ese estúpido alien tiene un poder psíquico muy fuerte, yo que sé.
—¡Oh, por Einstein! Eso puede ser muy grave.— El más viejo se acercó al par ignorando los quejidos de los demás, incluso los de Kilius, quién notó esas presencias nada más entrar.
—Espera viejo, no lo saques. Es parte del plan del jefe ver lo que ocurre.— La mano fuerte de Kevin se ceñía sobre el hombro del contrario, invitándolo a que se apartara.— Recuerda que tu estuvistes de acuerdo con esto.
—¡Pero puede haberle dado un shock cerebral!
—En ningún te has preocupado por ese idiota, ahora vuelve y vigila por las cámaras.— Kevin apartó de una sentada al mayor, enviándolo dirección a la puerta de salida.
Una vez solo, miró a Peter con una sonrisa lasciva y de asquerosidad. Para el hombre, esperaría la oportunidad de hacerse con el muchacho sin la presencia de ese estúpido blanquiano.
Aunque para su desgracia, aquel "estúpido" sabía leer las mentes cuando y donde quisiera, provocando que efectivamente Kilius gruñiese hacia su dirección, en pose de cuatro y encima de Peter; intentaba protegerlo a toda costa. Todo el grupo de seres que se hayaban encerrados allí miraban atónitos la escena y el mal ambiente que se había creado. Estaban seguros que si no los separase una gran puerta de barrotes, el blanquiano atacaría a ese humano sin dudar.
—Khg, maldita sea. El día en que te derriben estaré yo ahí, disfrutando de tu sufrimiento.— Una vez dicho esto, se alejó con el rabo entre las patas. Tenía miedo de que Kilius volviera a atormentar su cerebro, pero se vengaría, estaba muy seguro de ello.
Se encontró con Jonathan, ignorándolo al momento y acelerando el paso por si se atrevía a rechistarle algo. Le restó importancia y fue a verificar el estado de Peter.
El plan era macabro para el joven, no obstante, era un bien común para la ciencia y el futuro de este planeta. Almenos eso era lo que Jonathan trataba de convencerse a si mismo.
¿Cuánto valía una vida humana entonces?
Kilius se alertó enseguida por la nueva presencia humana, pero a diferencia de los militares, los científicos no eran tan malos y no habían motivos para defenderse. Aun así, permaneció alerta en todo momento.
—¿Qué le has hecho, eh?— Suspiró. No podía sacarlo de allí, pero le tranquilizaba el hecho de que el pecho del moreno subiese y bajase en señal de que aún siguiese vivo.
✨✨✨
—¡AH!
El grito que provocó hizo saltar a los allí presentes, incluido Kilius.
Peter había despertado después de cinco horas seguidas de inconsciencia. No se podía decir que se encontraba "como una rosa", pues la cabeza le seguía doliendo horrores después de la secuela que Kilius dejó en él. No recordaba nada de lo que habia pasado. Nadie supo del porqué del grito, quizás alguna mala pesadilla.
—¿Qué... qué ha pasado...?— Enfocó su vista al ser blanquiano quien se alegraba de verlo.
—“Peter... Menos mal que estas bien”.— Trató de acercarse, no obstante el moreno se echó hacia atrás, asustado.
—“Kilius... ¿Q—Qué has hecho? No recuerdo nada...”.
—“Yo... Intenté juntar nuestras frentes”— Aquel gesto de Peter de alejarse, y aquella expresión de miedo, le hizo estremecerse de la rabia que sentía ahora consigo mismo. Como si mil estacas atravesaran su corazón.
No sabía que decir, solo mera confusión.
El blanquiano recordó que tal vez no le explicó nada sobre uniones. A lo que le llevó a pensar: ¿Cómo lo hacian los humanos?
—“Oh, pues debes controlar ese poder mental que tienes. M—Me hiciste daño”.— Se frotó la cabeza en un intento de quitarse la mala molestia que tenía, sin éxito. Seguidamente miró al ser frente a él, estaba triste y arrepentido; como un cachorro cuando ha roto algo y le han regañado.
Vaya, ahora se sentía mal por haberle hablado así.
—“Lo siento”.— Dijo, suspirando y volviendose a incorporar correctamente.
—“Oh no, la culpa ha sido mía, sigo sin acostumbrarme a ese cerebro humano, no tan evolutivos”.— No cayó en cuenta qué, lo había estropeado un poco.
—“Ya veo. ¿Me estas llamando débil”.— Se cruzó de brazos Peter mientras alzaba una ceja perplejo.
—“Por todos los dioses, claro que no”.— Aun que ciertamente, Kilius veía al de lentes un ser para proteger y cuidar para siempre, claro que no dudaba que fuese valiente o hábil; pero en su genes evolutivos estaba el cuidado y la protección de su pareja.
El moreno relajó su compostura y volvió a suspirar, restándole importancia al asunto.
Su barriga rugió, señal de que tenía hambre como para comerse una vaca entera de una. Miró hacia fuera de los barrotes, las luces estaban apagadas y apenas se podía oír los diferentes sonidos tenues de los no humanos, también encerrados.
—¿Qué hora es? ¡¿Hola?! ¿Hay alguien?— Dijo en voz alta, esperando a una respuesta en sus idiomas.
Rechistó. No había absolutamente nadie.
¿Porqué le dejarían ahí tirado y no intentaron despertarle?
—¿Qué diablos les pasa?— Peter mentiría si no dijera que estaba asustado. Y no precisamente por estar encerrado con Kilius, si no por los de su propia especie. Le estaban ocultando cosas, ahora lo usaban como carnada sin importar como se sintiese en aquel momento o siquiera poder negarse en según que órdenes.
Ni tuvieron la osadía de dejarle la llave para por lo menos, ir al baño o comer algo. Y después volvería a encerrarse si hiciese falta, pero privarle de aquella manera... No era en lo absoluto nada humano.
¿Hasta que punto la comunidad científica era capaz de llegar?
¿Descubrir cosas nuevas y fascinantes a cambio de la libertad?
Su barriga hizo eco de nuevo en la sala cubierta de paredes metálicas, resonando en estas, viéndose avergonzado por la situación.
En cambio Kilius, optó por no decir nada de su situación. Olvidaría el hecho de emparejarse a través de las frentes si aquello conllevaba hacerle daño de nuevo, cosa que no se lo perdonaría jamás. Dejaría que fuese Peter quien lo decidiera si así quisiese, sin presiones.
Vió como el pequeño le miraba, y lo que parecía segundos de silencio, acabó acercándose a su lado de donde se encontraba, a escasos centímetros, y se tumbó en el suelo. El Blanquiano entendió enseguida lo que había pasado y que Peter quería dormir.
—“Parece que eres el único que me acepta con sinceridad... Gracias Kilius”.— Susurró con tristeza.—“¿Podrias darme uno de esos sueños? Como el del otro día...”.
—“Claro que si. Esta vez lo vivirás mejor puesto que estás a mi lado hoy.”— Se tumbó detrás del moreno, y acarició con la yema de los dedos los mechones de su cabello y bajó hasta su cintura.
De seguida, los efectos hicieron presencia en Peter. Sus párpados pesaban, su respiración se relantizaba cada vez más, y los sueños lúcidos no tardaron en aparecer.****
Volvi! Espero que os guste ✨ y no olvideis darme apoyo para seguir adelante 💕 se os quiere :3
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El amor de un alienígena (Yaoi)
ФанфикPeter Woods es un licenciado en microbiología desde muy joven, debido a su gran inteligencia. Un dia recibe la visita de unos agentes interesados en sus conocimientos, le ofrecían un puesto de trabajo de alto secreto, el Area 51. Dudoso Peter acepta...