Capítulo 5

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-Por favor, despierta... -suplicó al oído de Vegetta. -Te necesito...

-Vayámonos Rubius, no le va a hacer ningún bien que estés hay todo el día.

-No quiero.

Mangel puso los ojos en blanco, no le apetecía aguantar los berrinches de su amigo. Entendía su dolor, el mismo también sentía  un vacío en su corazón, pero Rubius debía seguir adelante. Llevaba una semana pegado a la camilla del hospital, necesitaba airearse. Se dirigió hacia su compañero y lo abrazó mientras él lloraba. Le susurró palabras dulces mientras lo alejaba de la habitación. Estaban de camino a la casa de Rubius cuando de repente se encontraron a Willy y a Fargan cogidos de la mano.

-¡¡¡PUTA RATA!!!-grito Rubius sin poder controlarse. -¡TODO ES TU PUTA CULPA!

Willy frunció el ceño, no quería problemas con el peliblanco. Se dio la vuelta y se llevó Fargan de allí. Avanzo unos pasos cuando una mano le retuvo, atrayendole hacia atrás. Trastabilló, perdiendo el equilibrio. Fargan lo sostuvo, evitando que se cayera, pero no sirvió de mucho pues Rubius le empujó. 

-¿Que mierda haces? Déjanos en paz. -dijo el castaño, poniéndose entre los chicos. 

-No te metas. -dijo Rubius con voz cargada de dolor y odio. 

Aparto a Fargan de un golpe y levanto a Willy del suelo.

-Sabes perfectamente lo que hiciste ¿verdad? -dijo cegado por la ira.

-Yo no hice nada, se tiró el solito -respondió, provocándolo. 

-GILIPOLLAS -grito pegandole una bofetada -No se como tienes toda la cara de decir eso. 

Willy se frotó el moflete, dolorido. Le había herido más el orgullo que la piel. Vio que Rubius alzaba otra vez la mano y agachó la cabeza, asustado.

-Rubius, así no vas a solucionar nada, Vegetta no se va a despertar si le pegas. -Dijo Mangel, sosteniendo su brazo.

-Pero fue él quien lo dejó en el puto hospital. Debería estar en su lugar. -contestó revolviéndose del agarre. 

-Vamonos, no seas imbécil. No me lo pongas más difícil. 

El de gafas tiro con fuerza de su amigo y consiguió sacarlo de allí. Una vez en casa no habló con el de lo sucedido, solo lo acomodó en el sofá y prendió la tele.

-¿Quieres una cerveza? -pregunto para romper el incómodo silencio.

Rubén asintió con la cabeza y Mangel fue a por un par de botellas. Cuando volvió descubrió a su amigo con la cabeza entre las piernas, llorando.

-Oye, no te preocupes. Seguro que se despierta.

-No, no se va a despertar. -dijo entre lágrimas. - Los médicos dicen *snif* que no me haga muchas esperanzas. No quiero perderle Manhe...

Mangel no supo responder a eso, podía intentar animarlo,  diciéndole que todo iba a estar bien, pero sería mentira. Hacía ya unos días que le habían comunicado que Vegetta estaba empeorando, que como mucho le dieran unos días más de vida. Él prometió que se lo comunicaría a Rubius pero no encontraba el momento perfecto, siempre se echaba atrás. Le rompía el corazón ver a su amigo así de destrozado. "Vamos Mangel, díselo ahora, si no, cuando lo vaya a visitar y le digan que ya no esta, le va a doler mucho más." Abrió la boca, dispuesto a darle la mala noticia, cuando Rubius interrumpió su llanto para hablarle:

-Dime que se va recuperar... por favor... -suplicó él temblando. 

El pelinegro lo miró, incapaz de decírselo. "Joder, ¿por que tiene que ser tan difícil?" 

-Si, seguro que pronto volveremos a escuchar su molesta voz diciéndonos que nada de cosas ilegales. -respondió con el labio temblando.

 No podía decirle la verdad, sería demasiado para él. Tampoco podía dejar que otro se lo dijera, tenía que ser él. Abrazó a su amigo y lo consoló hasta que se durmió con la cara lena de marcas de lagrimas. 

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Hasta aquí el capítulo, gente.

El próximo será el final, estar atentxs 🤗 

Una última cosa: ¿es normal llorar con tus propias historias? ¿Soy la única?

Que tengan un buen día :)


Traición/ Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora