Capítulo 12

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Limpio

"Dichosos todos los que  temen al Señor, los que van por sus caminos.. En el ceno de tu hogar, tu esposa será como vid llena se uvas; alrededor  de tu mesa, tus hijos serán como vástagos  de olivo. Tales son las bendiciones de los que temen al Señor" 
Salmo 128: 1,3-4

Por la misma puerta que salió Julia, salió Roberto y Siguifredo. El señor Wells estaba furioso con ellos también, por haber solapado y sido cómplices de que esa mujer se viera con su hijo Aldo.

Aldo siempre había sido un pícaro, pero de ahí a una aventura, nunca había pasado.  Pero Roberto y su compañero Siguifredo servian de mensajeros para Julia y de murmuradores en contra de Richard.

Eso les ganó favores de Julia y la paga de esa "diversión" les costó su trabajo y algo más..

Siguifredo terminó divorciado y Roberto separado de su esposa. Sus malos instintos los llevaron a desear lo prohibido y cegados por su  concupiscencia no vieron el daño que podian hacer y el que se hicieron a sí mismos.

Para Aldo la ayuda de su padre fue un alivio. Su esposa Ana lo perdonó y él le prometió no volver a engañarla. Algo de lo que su padre el señor Wells se aseguraría. 

Si la engañas de nuevo Aldo, ¡te desheredo! - le dijo su padre. - Aldo sabía que una amenaza de su padre era un ¡sí o sí!  Así que era mejor obedecerlo.. 

Gracias a la indiscreción de Roberto, un capítulo de verguenza y humillación terminaba en la vida de Richard..En su oficina él caminaba completamente, libre sin la presencia de Julia.

El señor Wells se garantizó no volver a tener problemas en la compañía al  contratar como asistente y secretaria,  a una mujer adulta y casada..

Dos compañeros nuevos tomaron el lugar de Roberto y Siguifredo.  Dos hombres de la iglesia a la que iba Francisco con su esposa Celia. Dos hombres de confianza y testimonio.

Su ambiente laboral era por fin un lugar tranquilo y sereno. Donde el trabajo eficiente era la tónica y no las murmuraciones y las burlas. Dónde el coqueteo y la seducción ya no enfermaban la atmósfera del lugar y donde el señor Wells se sentía tranquilo y complacido con su personal.

La casa de Richard se llenó de dicha al saber que su esposa Ruth esperaba un bebé..

Agradecido, Richard veía  la oportunidad que le daba Dios de reiniciar su vida con fuerzas  nuevas.  Amando aún más a la mujer que era su fuerza y una enorme bendición en su vida..

Sus hijos adolescentes, estaban más que ilusionados con su hermanita.  La pequeña que les nació recibió el nombre de "Alma"

Alma, tenía la mirada de su madre y el cabello lacio de Richard. Francisco y su esposa vinieron a verla al hospital cuando  Alma nació.  Regalos y risas adornaban el momento.

Todo había quedado atrás. Su vida era nueva, gracias a la misericordia de Dios. No podia agradecerle a Dios, hijos tan buenos y que no le daban problemas y amigos tan cercanos y confiables como Francisco y su nuevo amigo Esteban. El hombre que ocupó el lugar de Roberto.

Una tarde de domingo después de salir del culto un hombre se le acercó a Richard y le dijo: ¡Richard, perdóname! Fui un mal hombre y lo estoy pagando.. Me casé con Julia. Y ella me abandonó por otro.

Siempre te creí un tonto por no aprovechar lo que Julia te ofrecía y hoy.. hoy me doy cuenta que el gran tonto fui yo.. Perdí a mi esposa y a mi familia por una mujer que no valía la pena. Ahora estoy denuevo en la iglesia, buscando la ayuda y la restauración de Dios.

Me alegro por ti Siguifredo.  Y estoy seguro que Dios te ayudara, si lo buscas de todo corazón.  Y no te preocupes. No te guardo rencor y si eso te ayuda.. Te perdono Siguifredo..

A Punto De CaerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora