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Vivir con Raquel el mejor regalo que la vida dio, atrás de esa mujer misteriosa, seria y un poco hija de puta, esta la mujer más linda, carismática, graciosa, amorosa, vamos que les digo que tiene en el bote completamente. 

Después de una larga noche de sexo Raquel amaneció abrazada a mi como siempre, tenerla entre mis brazos era la mejor sensación que podía experimentar. Ver la cara que hace cuando despierta y como su sonrisa ilumina su rostro cuando me mira a los ojos.

Sergio: Buenos días amor- le nos besamos lentamente.

Raquel: Hola por dos- nos echamos a reír.

Sergio: Cuando volvamos a New York nos dicen el sexo de nuestro bebé, estoy emocionado amor.

Raquel: Yo igual, pero...para volver a New York falta un poco- río con un poco de malicia.

Sergio: ¿Qué tienes en mente Raquel?

Raquel: Un viaje, los a Palawan, Filipinas- le doy un pico, nos vamos mañana.

Sergio: ¿Y el desfile!?

Raquel: Es faltan 5 días, y bueno si estoy contigo, ya te digo yo que no me importa perdérmelo.

Sergio: Te amo, lo sabes verdad!

Raquel: Lógicamente, ¿Quién no me ama a mi?- se levanta de la cama- No me respondas. Has prepara algo ropa para dos días en Palawan, tu, la playa, la cama y yo.

Sergio: Y nuestro bebé- Aclara.

Raquel: Hijo de la gran...! No espera, que no va si, no me conviene esa frase.

Sergio: El padre que lo hizo, después dice que Alicia tiene frases vamos que no te quedas atrás- nos echamos a reír.

Dos días en Palawan, con Raquel, la verdad es un paraíso. Despertar junto al amanecer, hacer el amor al anochecer, la verdad es que yo nunca fui un adicto al sexo, pero Raquel me ha llevado a eso. Y a decir verdad con ella es como tocar el cielo con los dedos.

Después de unas largas horas de viaje llegamos a nuestro destino. Raquel tenía reservado una cabaña junto al mar, con un decoración precisa, cortinas blancas y objetos de bambú.

Después de dejar nuestras cosas en el cuarto la vi junto al mar, con sus pies en el agua, la brisa despeinaba sus cabellos dorados. Silenciosamente me acerqué a ella y la abracé por detrás, sonrió como una niña pequeña al sentir mis brazos rodear su cintura más ancha de lo normal.

Sergio: ¿Te imaginas vivir aquí? Con nuestros hijos corriendo por la arena, haciendo castillos en ella.

Raquel: ¿Quieres tener más hijos?- lo miro riendo- bueno tampoco es que vamos a tener más.

Sergio: Paula para mi es como una hija- Raquel sonrie- y bueno si te pude embarazar una vez, quien dice que pueda dos veces.

Raquel: No es mala idea, unos pequeños Marquinas corriendo por la arena, y gritando "Papá ven a jugar con nosotros" 

Sergio: Claro porque mamá es otra niña, que ya va estar jugando con ellos- Raquel reí y le besa.

Raquel: Pero claro, no sabes lo entretenido que es jugar a las muñecas con Paula- dice en tono irónico.

Sergio: Es divertido, tu hija tiene una gran imaginación- Raquel vira los ojos- oye que una niña de 4 años haga las cosas que hace Paula, ya te digo yo que son pocas.

Raquel: Es muy lista.

Sergio: Y linda, como su madre, una tal Raquel Murillo ¿la conoces? 

Raquel: Creo que si, ¿no esa que te está esperando en la cama?- Sergio me sube en brazos.

𝓒𝓸𝓷𝓽𝓻𝓪𝓽𝓸 𝓭𝓮 𝓒𝓪𝓼𝓪𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora