The Boy Who Lived - | TOMARRY |

004 - Lord Voldehot

—¿Qué hace una dama de su alcurnia acompañada de tales ogros en esta noche estrellada?—fueron las primeras palabras que soltó Harry Potter al acercarse al grupo de herederos sangrepura en donde se encontraba Altair Black.

Ignorando el 'le diré a mi padre sobre esto' que Draco soltó ante el insulto de Harry, Altair se reprimió de poner los ojos en blanco y respondió con su voz más aguda y falsa, una mano en su frente: —Oh, poderosísimo Harold, le suplico que me salve de estas desagradables bestias.

A su lado, Theodore Nott hizo una expresión desconcertada tras el abrupto cambio en la actitud de Altair, quien al momento llevaba una conversación sobre Encantamientos con él.

El amo de la muerte le dio a Altair una mirada que decía: '¿Harold? Disculpa pero mi genialidad no admite la validez de ese nombre' Y la niña no pudo contenerse de rodar los ojos, una sonrisa extendiéndose por su rostro anteriormente estoico.

Altair notó que la expresión plácida de Harry se estaba endureciendo en sus bordes, las manos enredadas en su espalda baja y el pequeño pellizco en sus cejas. Su sonrisa, no obstante, se mantenía amplia y cálida en su lugar.

El resto del grupo permanecía confundido, pero Altair solo hizo las respectivas inclinaciones de despedida enseñadas por su padre junto a las tradiciones de las sociedad sangrepura y tomó la mano de Harry, alejándolos del lugar.

Su amigo por alguna razón estaba de mal humor, y era mejor que los otros niños no tuvieran que enfrentarse a él en ese estado.

—Descubrí algo—le dijo a él, mientras lo guiaba por los pasillos hacia la habitación de invitados que la familia Malfoy les había asignado más temprano ese día.

—¿Qué podría hacer de un caballero asombroso para tu princesa?

—Por favor, tú eres un villano de cuento. Pero no. Descubrí que Remus Lupin está casado con Lucius Malfoy.

Ante la caída de la máscara de su amigo, y sabiendo que alejaría sus pensamientos de la razón de su molestia, Altair empezó a relatar la historia de amor entre el hombre lobo y Lord Malfoy.

Todo un drama digno de telenovela.

*

Más tarde esa noche, Harry estaba sopesando el plan de aparecer ante Tom Riddle y tal vez asesinarle un poco.

No es como si el Elegido de la Vida pudiera morir, de todas maneras.

Unos cortes por aquí y por allá. Nada extraordinario.

—¿Qué, exactamente, está haciendo, Maestro?—la Muerte cuestionó, sus dedos oscuros acariciando su guadaña mientras el cuerpo infantil se desplomaba a un lado, ojos abiertos y piel pálida por la pérdida del alma que la habitaba.

El Amo de la Muerte esperó que nadie llegara a su dormitorio y encontrara el cuerpo sin vida del pequeño Harry Potter. Iba a ser muy malo arreglar las mentes traumadas de los niños de doce años. Además, haría una terrible publicidad para su marca del "Niño que vivió".

—Le voy a hacer una visita a Tom Riddle—explicó Harry, su cuerpo real, el de un adulto a inicios de sus veinte, intentando la forzosa tarea de arreglar el cabello en algo menos parecido al nido de un ave y sus crías—. Una simple visita de viejos conocidos, ya sabes. ¿Debería usar el mismo traje con el que fui a esa cosecha de almas en Canadá? A las chicas canadienses les gusta, y estoy seguro de que a Riddle le desagrada todo lo que tenga que ver con chicas de Canadá. Tiene sentido—Harry acarició su barba, lo único en su rostro que transformaba su eterna cara de bebe en algo más parecido a su edad física. Su ojos se posaron en la forma de Muerte a través de reflejo en el espejo, quien llevaba una apariencia más humana a la de su esqueleto andante habitual—. ¿Tiene sentido?