No fue mi intención amarte [FDT]

03 | Secreto

03 | Secreto

El ambiente había quedado tenso por la escena que había hecho Francesca, la hija mayor de Fabio. Valentina por supuesto no abrió la boca en ningún momento, se limitó a esperar a que su nuevo jefe le indicara cuándo ir al escritorio para terminar de organizarse.

Finalmente Fabio, en compañía de Agustina, Fernanda y Valentina, se dirigió a su oficina personal. Tomó asiento en la silla giratoria que estaba detrás del escritorio y les indicó a las tres mujeres que se sentaran también. Sacó una carpeta verde de uno de los cajones de su escritorio y se la extendió a Val.

Anoche, luego de haber decidido quién cuidaría a sus hermanos, Fabio le pidió a Agustina que lo ayudase a preparar una carpeta con todos los horarios y las tareas de los chicos. Esperaba que Valentina lograra adaptarse lo mejor posible a las reglas de la casa y que no huyera despavorida al primer problema que le presentaran sus hijos.

Valentina le echó un vistazo a cada hoja de la carpeta. Le sorprendió la cantidad de detalles anotados, de cada horario fríamente pensado, de las reglas que su jefe tenía. Se preguntó cómo hacían aquellos niños para soportar tanta organización.

—Ahí están escritos los horarios de mis hijos. —Fabio se puso de pie y caminó hasta la silla de Valentina, se detuvo detrás de ella y se acercó para poder mirar la carpeta también—. A la 13:30 podés pasarlos a buscar al colegio, acá tenés anotada la dirección; cuando vuelvan a casa, almuerzan y estudian, tienen que terminar todas las tareas. A las 16:00 las gemelas tienen clase de danza y Felipe clase de guitarra. Francesca va a clases particulares de inglés de 15:30 a 16:45 y...

— ¿Y cuándo respiran? —Fabio la miró con el ceño fruncido—. Disculpe.

—Cuando terminen todas las tares vuelven para casa, yo regreso del trabajo alrededor de las 20:00, cuando esté en casa te podrás ir. ¿Alguna duda?

Valentina negó lentamente sin decir nada. Fabio volteó la cabeza quedando frente a ella generando otro momento incómodo. Agustina los miró seriamente y carraspeó para que el hombre se alejara de la otra chica. Este rápidamente se enderezó y caminó hacia la puerta del escritorio.

—Vamos, tenés que conocer al personal de la casa.

Valentina se puso de pie y lo siguió. Fernanda, que hasta ese momento no había emitido palabra alguna, se acercó a Agustina y la detuvo antes de que esta siguiera a los otros dos.

— ¿De dónde salió? —Preguntó Fernanda.

—No sé, era una de las candidatas. —Agustina entrelazó su brazo con el de su amiga—. Igual no te preocupes, no va a durar mucho. Deja que tenga que aguantar a la insoportable de Francesca, renuncia en una semana.

—Estás hablando de mi sobrina, tené cuidado con lo que decís.

Fernanda y Agustina se miraron por un momento y soltaron una risita maliciosa. No era secreto para ellas que ninguna de las dos soportaba a los hijos de Fabio. Fernanda había hecho todo lo posible por tenerles paciencia, sobre todo después de la muerte de Florencia, pero los chicos cada vez se volvieron más insoportables. Y Agustina nunca había hecho el intento de entablar una relación, delante de Fabio se comportaba de una forma atenta y cuando él no estaba no les prestaba atención.