12 | Acercamiento

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12 | Acercamiento

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12 | Acercamiento

El lunes por la mañana Val se sentía diferente. Se había levantado casi a las diez de la mañana, encontrándose el apartamento vacío puesto que sus dos compañeras se habían ido ya a sus respectivos trabajos. Se había aprontado una taza de chocolatada e incluso, mientras dejaba que la taza se calentara en el microondas, corrió hacia el almacén que estaba frente al edificio para comprarse un paquete de sus galletitas favoritas.

Había salido a la calle en pijama y ni siquiera le había importado porque no tuvo tiempo de pensar en eso. Su mente había sido invadida por un par de ojos claros desde el sábado por la noche y Valentina no había hecho el intento de apartarlos de su cabeza. Al contrario, buscaba cualquier mínimo recuerdo de su presentación en el restaurante para acordarse de cómo aquellos ojos azules la habían mirado toda la noche.

Recordaba perfectamente cómo Fabio se había ofrecido para llevarla a casa y cómo ella había tenido que rechazar la propuesta para no sentirse culpable de dejar a las chicas solas. A pesar de que tanto Rocío como Sofía le habían insistido en que no se hiciera problema por ellas, Val no dio el brazo a torcer. Además estaba muerta de nervios, no quería quedarse a solas con su jefe después del espectáculo que había dado.

Cuando terminó de desayunar, se dirigió hacia el baño para lavarse los dientes y hacer sus necesidades. Estuvo pronta quince minutos después, de pie frente a su armario buscando algo cómodo para vestir mientras tarareaba una canción. Se decidió por un pantalón de mezclilla y un bucito de manga larga color crema. Ya estaban entrando al mes de Abril y el aire fresco comenzaba a hacerse más presente.

Pasó lo que quedaba del tiempo planchándose el cabello con la planchita de Sofía y le había sacado un pinta de labios rosa a Rocío. Se miró en el espejo de la cómoda y sonrió. No estaba segura de qué le pasaba pero podía imaginarse por dónde iba la mano.

Agarró la campera de jean que se encontraba sobre el sofá y su cartera, y salió del apartamento cerrando la puerta con llave. Caminó hacia el ascensor donde se encontró con el vecino del piso de arriba y lo saludó con una sonrisa de oreja a oreja. El anciano le devolvió el saludo curioso, Valentina era buena vecina sí, pero siempre iba tan ensimismada con sus cosas que pocas veces notaba a la gente a su alrededor.

Salió del ascensor y vio a través del ventanal de la puerta el auto de la familia Di Tomaso. Se despidió del portero y caminó hacia el vehículo con pasos apresurados. Manuel la miró con una ceja levantada y no pudo evitar preguntarle si esta noche también tenía que cantar en el restaurante y por eso es que estaba tan feliz. Valentina soltó una carcajada que lo hizo sonreír y negó con la cabeza.

—Hoy me levanté feliz, nada más. —Respondió encogiéndose de hombros.

Manuel condujo en silencio hacia el colegio de los chicos. Valentina sacó de su cartera chupetines que les había comprado cuando había ido al almacén y se paró a un lado del portón del instituto para esperar a que salgan. El timbre sonó unos minutos después y una marea de niños se hizo visible, Val buscó con la mirada a sus pequeños y cuando los vio alzó la mano para saludarlos.

No fue mi intención amarte [FDT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora