Ｔｅａｒｓ ｏｆ ｈａｐｐｉｎｅｓｓ【Ｆｉｎａｌｉｚａｄａ】

18

"Espera un minuto..."

Se levantó de golpe mirando su entorno rápidamente asegurándose de que el payaso no estuviera ahí, no había nadie.

Quería creer de que todo lo que pasó durante la noche no fue más que un simple sueño, se sintió tan real que solo logró dudar hasta de sus propios pensamientos, todo era tan confuso que ni podría explicar lo que estaba sintiendo.

Melancolía 

Extrañaba aquellos momentos en los que era feliz, hasta parecía una obsesión, algo contradictorio pues terminó alejando a las personas que le causaron ese sentimiento. Incluso ahora estaba haciendo lo mismo, aunque ahora se podría decir que si tenia una razón concreta para hacerlo.

Una dulce melodía lo sacó de sus pensamientos, extrañamente le sonaba familiar pero no recordaba de donde, levantó la mirada y lo primero que vio fue una pequeña caja musical en las manos de Clowny, ni siquiera lo escuchó llegar.

"¿Como lo sabias...?"

El solo ver aquel objeto lo llenó de algunos buenos recuerdos, tenía dificultades para poder dormir, tuvo que ir probando diferentes métodos para conciliar el sueño, hasta que consideró usar las cajas musicales, esas suaves melodías lo ayudaban a relajarse y despejar su mente, ahora tenía una frente suyo.

Esto tenia que parar

Si seguía a este paso terminaría apegándose a alguien que podría matarlo en cualquier momento. Lo peor es que lo estaba considerando. ¿Que clase de trastorno mental tenia?

Suspiró y negó con la cabeza mientras pensaba en las palabras correctas si no quería morir en el intento, sabia que esto le iba a doler en el alma pero prefirió no pensar en eso.

"Realmente aprecio lo que haces por mi pero favores son favores. Eso es todo lo que hay entre nosotros. No lo confundas con nada más"

Clowny pudo sentir cómo su corazón fue repentinamente perforado por miles de agujas, dolía mucho, como si estuviera pidiendo a gritos piedad cuando escuchó esas desgarradoras palabras.

"Lo lamento..."

El payaso se levantó abruptamente dejando la caja musical en el suelo. Sorprendido por la salida repentina, Pony solo pudo ver como Clowny se dirigía apresuradamente hacia la dirección donde se encontraba el cuarto de los espejos.

Por mucho que le hubiera gustado aceptar la amistad del payaso, sabía que no resultaría más que problemas y muchas complicaciones. Podría ser capaz de manejar asuntos muy desafiantes, pero estaba inmensamente preocupado de lo que pasaría si permanecía demasiado cerca de Clowny. 

Sintió como si hubiera lo abofeteado con la propia linea que trataba de mantener, pero también se había lastimado a si mismo y aún le dolía.