Ｔｅａｒｓ ｏｆ ｈａｐｐｉｎｅｓｓ【Ｆｉｎａｌｉｚａｄａ】

Ne fais pas confiance au signe

¿Ahora donde estaba?

Era difícil decirlo con certeza, pues lo único que podía destacar de aquel lugar eran aquella luz azul en las paredes como una especie de pasadizo hecho de puro acero, reconocía el material, como no iba a olvidar el lugar en el que perdió a su ser más querido, el solo pensarlo le daba escalofríos, quien sabe que le esperaba ahí.

Conforme más avanzaba, sentía que su temor se volvía notorio, el ambiente no era de mucha ayuda, parecía que todo estaba congelado en el pasado, como si fuera la primera persona pisando un lugar recién construido, pero eso sería imposible, era como si estuviera en un recuerdo quizás suyo o de alguien más, un sueño que era la representación de sus miedos e inseguridades los cuales su propia mente se negaba a enfrentar por sí misma. 

Podía sentir como la temperatura iba bajando notablemente, eso no era buena señal, algo malo iba a suceder, el no saber con certeza que decir o hacer era frustrante, literalmente estaba totalmente indefenso que en cualquier momento le podrían atacar y sin embargo nada ocurrió, tampoco sabía si aquella persona que vio antes estaba presente en el lugar, al parecer no, ya que la estructura del lugar era diferente a las demás, cualquier sonido fuerte incluso sus pasos hacían eco no importa que tan silencioso fuera.

Tenía miles de preguntas en mente en las cuales cuestionaba su propia realidad, pero estaba tan aterrado, frustrado y confundido lo que no le permitía pensar con claridad, ni siquiera analizar sus opciones, le ha causado tanto daño a los demás que incluso creía que si dejara de existir todo se solucionaría, cosa que era absurdo ya que no haría ningún cambio y lo sabía, solo se negaba a creer que podía lidiar con la culpa para toda su vida sin nadie que pudiera apoyarle.

"Donde sea que ella este, siempre estará cerca de mí..."

Esa voz, es la misma que escuchó las anteriores veces, pero esta vez podía sentir esa tristeza y esperanza detrás de aquellas palabras, no percibía odio o crueldad, como si el que estuviera hablando fuera un niño que aún no sabe que sus días están contados, eso lo motivo a acercarse cada vez más rápido hasta dar con lo que parecía el centro del lugar con otros tres pasadizos, cada uno diferente al otro, uno era rosa, otro rojo y el último era verde, decidió ir por el último con la esperanza de que lograra encontrar a la persona que dijo aquellas palabras.

El lugar parecía un laberinto raro, nada tenía sentido desde su perspectiva, bajo unas escaleras mientras pensaba en que clase de lugar se había metido aunque eso era lo de menos en el momento, abrió una puerta y ahí lo vio.

Era la misma persona que vio aquella última noche en la que escapó de Carnival

El atuendo, la apariencia a plena vista, incluso era un cerdo, definitivamente era él, tenía en un principio la intención de hacerle miles de preguntas, pero cuando se acercó lentamente pudo ver que habían unas cuantas lágrimas cayendo por sus mejillas, tenía los ojos cerrados, como si estuviera esperando que viniera lo peor.

No lo entendía

Antes de que dijera algo para llamar la atención de aquel ser extraño, notó que ya no era necesario pues lo vio abrir los ojos, pudo notar en ellos el cansancio y falta de esperanza, como si le estuviera pidiendo débilmente ayuda, además de el hecho de que no eran turquesas parecían los de alguien no infectado.

La posibilidad de que había un sobreviviente que pudiera salvar antes de que fuera demasiado tarde lo animó de alguna manera, finalmente podría hacer algo bueno por primera vez luego de tantos meses, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de goteo.

Miró hacia arriba, apreció como un líquido rosa y espeso empezaba a formar una enorme gota en el techo, antes de que pudiera reaccionar vio como una gran cantidad de esa sustancia cayó justo sobre aquel extraño de traje amarillo, lo último que vio fue su expresión de terror antes de que el daño estuviera hecho.

La extraño tanto...