CAPÍTULO 4

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Habiéndome tranquilizado un poco, volví a sostener la hoja de papel en mis manos, la desdoblé y comencé a leer para saber de una vez por todas, si podía haber alguna pista en ella o algo que me aclaré todas las dudas.

Carta:

Valentina, estoy enamorada de ti. Sé que lo nuestro jamás será posible, pues mis padres no lo aceptarían. He vivido engañándolos a todos, me alejé de ti para que no notaras lo que sentía, que era más que solo una amistad. Y al mismo tiempo, no quería lastimarme a mí misma al dejar que mi amor por ti sea cada vez más fuerte.

No eres la primera chica de la que me enamoro. Hace algunos años sentíalgo parecido por una compañera de la primaria, pero nunca fue una posibilidad aceptarme como lesbiana.

Cuando conocí a Raúl, le conté mi situación, lo que había sentido alguna vez por una mujer y lo que comencé a sentir por ti. Eso estuvo bien al principio, me encariñé con él, nos hicimos novios y en un punto pensé que podría llegar a amarlo, porque me comprendía, aunque sabía que sería dificil borrar por completo lo que sentía hacia ti, la sensación de tenerte y todo eso. Me decía que me entendía y que estaba bien. Pero siendo sincera, sabía que me estaba engañando al creer eso, y con el tiempo me di cuenta que en realidad no me entendía y se frustraba mucho al ver que por más que intentara echarle ganas a nuestra relación, no podía corresponderle como él quería.

En los últimos meses tuvimos muchas discusiones porque él notaba que por más que me esforzara por darle todo mi amor, era obvio que tu seguías siendo la reina de mis sentimientos. Y en un punto, decidíescribirte una carta, dártela y dejar que seas tú quien decida si habría oportunidad para nosotras o debía alejarme para siempre.

Esto lo escribo la noche anterior a tu primer día de clases de segundo ciclo, así que si estas leyéndola, ya sabrás que, por los motivos antes mencionados, no me inscribiré este semestre. Solo iré a darte la carta, lo haré en un lugar donde nadie pueda vernos, porque sea cual sea tu decisión, quisiera tener un momento a solas contigo y abrirte mi corazón para dejar de vivir este tormento al reprimirme cada día por no poder decirte lo que siento cara a cara y, a la vez, pedirte perdón por haberme alejado de esa forma. Se que lo habrías comprendido y hubieras hecho de todo por no lastimarme. Es algo que debo hacer antes de que todo cambie.

Te escribiré un mensaje y eso nos traerá hasta aquí, en donde estas leyendo esto frente a mí.

Pero hay algo que debes de saber, (Ya no había más mensaje).

¿Qué? ¿Eso es todo? (puse cara seria y algo confundida) No podía ser todo. Estaba claro que faltaba una parte. ¿Se habría arrepentido de lo que quería decir? Me sentía aún más confundida.

Doble la carta y la sostuve en mis manos, giré la cabeza mirando a los papás de Miranda fijamente. Tenía que entregársela para que "aclararan" un poco las dudas que podían tener, pero a también, porque sabía que aquí habia algo más. Ella no explicaba ni mencionaba nada sobre el deseo de quitarse la vida.

Ana se me acercó y se sentó junto a mí. Por un momento solo hubo silencio, pero solo un breve momento.

Ana: ¿Y bien?

Yo: (La miré con fastidio) ¿Qué quieres que te diga? ¿A caso tu ya lo sabías?

Ana: No. (respondió rápidamente). Bueno la verdad sí, pero me pidió no decirte nada. (Su voz estaba cada vez más temblorosa).

Yo: (Esta vez la miré con cara de enojo, indignación, y no dije nada ya que no esperaba esa respuesta).

Ana: Lo siento...

Yo: ¿Lo sientes? ¿En serio? ¿Es todo lo que vas a decir?

Ana: (No podía ni mirarme a la cara).

Yo: (Resoplé intentando calmarme un poco para no perder la cordura) En la carta falta un pedazo. ¿Sabes algo de eso?

Ana: Eso ya no es importante. (Se levanto e intentó irse, pero la detuve levantándome frente a ella, para impedir su pase).

Yo: ¡¿Sabes algo de eso?! ¡Dímelo ya!

Ana: Ella y yo éramos amantes. (Me soltó esa respuesta y me tomó desprevenida).

Yo: ¿Qué?

Ana: Eso decía... Que ella y yo éramos amantes... No quería que Raúl se entere. Eso ya no importa realmente, por eso corté esa parte. No quiero que me relacionen con su muerte, así que no digas nada, no tienes pruebas y será mejor que no compliques más las cosas. Ya no está, acéptalo.

AL LÍMITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora