RESUMEN: Crystal y Marcel estaban casados pero al híbrido original le gustaba la chica por lo que provoca una escena. Y el rey de Nueva Orleans no pudo evitar ponerse celoso.
Crystal era la reina de Nueva Orleans. Había sido la reina por más de cien años. Bueno, desde el dia que contrajo matrimonio con Marcel Gerad. Lo conoció justo antes de que los Mikaelson huyeran de la ciudad, dejándolo ardiendo.
Ella no había conocido a ninguno de los originales, todo lo que sabía era por la boca de Marcel. Pero todo eso cambio cuando Niklaus Mikaelson llegó a la ciudad. Fue el primer original que conoció, pero no fue el último. Entonces conoció al noble Elijah y finalmente a la celosa Rebekah.
Sabía que Klaus se había enamorado de ella, desde la tercera vez que la vio, eso hizo que Marcel fuera mas protector que nunca.
Esa noche los Gerard estaban dando la fiesta anual de disfraces, que curiosamente fue el día de Halloween. Llevaba uno de sus vestidos sexys, se maquillo más de lo habitual y para terminar se coloco un antifaz.
Cuando termino de prepararse, la fiesta ya había comenzado. Bajó lentamente las escaleras, Marcel apareció frente a ella, tendiéndole su mano.
— Gracias por finalmente unirte a nosotros. — Crystal tomo la mano de su esposo entre la suya, le dio una sonrisa coqueta. Marcel inclinó su cabeza ligeramente hacia ella y la atrajo hacia el justo cuando la chica termino de bajar todos los escalones. --- Señora Gerard.
— Vamos a saludar a nuestros invitados. — Le sonrió a su marido.
Marcel y Crystal caminaron y hablaron con algunos amigo. Todo iba bien hasta que aparecieron los Mikaelson. Los dos vampiros los miraban antes de que una de las amigas de Crystal se acercara para decirte que fueras con las demás.
— Ve y disfruta.— Dijo el moreno al ver la duda en los ojos de su amada. El se inclinó y la beso en la esquina de su boca, para luego soltar su agarre de la cintura de la fémina.
Caminó junto a sus amigos y empezaron a hablar un rato, Crystal se lo pasaba bien, reía de los chistes y de algunas insinuaciones de sus amigas.
Klaus se encontraba de pie en el bar admirandola mientras se reía, admiraba como el cabello le caía sobre su espalda con gracia y se movía mientras sacudía la cabeza.
Nik termino su bebida y puso una sonrisa en su rostro mientras se acercaba más a la vampiro. Estaba lleno de arrogancia y de seguridad. Klaus toco el desnudo hombro de la mujer y esta se giro para ver de quien se trataba. Cuando se dio cuenta de quien era su resplandeciente sonrisa cayo.
— ¿En qué puedo ayudarte? — Le preguntó
— Sí, ¿te importaría concederme este baile? — Cuando termino sus palabras la canción acabo para empezar una más lenta.
— Sí me importa. — Dijo y se volvió hacia sus amigos que estaban viendo incómodamente la escena que se desarrollaba frente a ellos.
— Vamos amor, solo un baile. — Klaus insistió y se movió para quedar otra vez frente a ella. La muchacha soltó un resoplido y volvió a negarse a la petición del original para encaminarse hacia el bar.
— ¿Es por Marcellus? Estoy seguro de que no le importaría que bailes conmigo. — Klaus seguía insistiendo.
— 1. A Marcel no le gustaría, 2. Incluso si lo hiciera, no quiero bailar contigo, 3. No me gustas, así que vete. — Empezó a enumerar con sus dedos mientras de decía al camarero que le diese un trago
— No me conoces amor. — Crystal suspiró por su insistencia, era molesto.
— Sé lo suficiente. —
— Bueno, eso no lo sé, así que dime ¿cuántos años tienes? —Nik se inclinó por la barra del bar para mirarla.
— Más mayor de lo que parezco. — Le dio una sonrisa y bebió el contenido del vaso de una vez, lo colocó sobre la barra y se dio la vuelta para dejar al mitad vampiro solo, pero antes de que pudiera dar otro paso, el la detuvo, La cabeza de Crystal se volvió a verlo y lo fulmino con su gélida mirada, el se quedo un un poco sorprendido por aquello. Crystal tenía esa mirada que hacía que la gente se encogiera de miedo.
— Sueltame ahora mismo. — Siseó tomando un respiro entre cada palabra. La música se detuvo de repente y ellos fueron el centro de atención, todos los vampiros de Nueva Orleans se acercaron para defenderla en caso de que fuese necesario.
— Ya la escuchaste Klaus, suéltala. — La voz de Marcel resonó entre el silencio. Rebekah y Elijah se colocaron al lado de su hermano.
— Niklaus déjala ir. — Elijah fue el que hablo ahora, pero no miraba a su hermano, si no a todos los vampiros que los rodeaban.
— ¿Por qué? Solo son unos bebes vampiros comparados con nosotros, hermano. — Klaus no quitaba los ojos de la morena. — Y Marcel no la merece.
Crystal soltó un gruñido haciendo que las venas apareciesen debajo de sus azulados ojos.
— ¡Nik! Ella es su reina, harán cualquier cosa por protegerla. — Rebekah le dijo al idiota de su hermano.— Y deja ya de molestar a todos.
— Klaus, suelta a mi esposa. — La voz de Marcel sonó más intensa que nunca mientras daba un paso cerca de su amada. El híbrido la soltó lentamente y en un abrir y cerrar de ojos, él ya no estaba allí.
— Lamento lo que ha hecho mi hermano.— Elijah se dirigió a la reina de Nueva Orleans. — No sabe cuando parar.
— No es tu culpa Elijah, pero gracias. — Hablo hacia el más noble de la familia Mikaelson, se volvió hacia todo el mundo y hablo. — Ahora, ¿ por qué se detuvo la música?
Cuando la música volvió a sonar ella tomo la mano de Marcel y lo llevo a la pista de baile. Le rodeo el cuello con sus manos y lo acercó a ella. Las manos de el rodearon su cintura en un instante, fue como un reflejo.
— Estoy bien Marcel. — Le dijo a su esposo que la miraba de arriba a bajo por si tuviese algún rasguño.
— Simplemente no quiero que te pase nada. — Marcel la acerco más a su cuerpo.
— Y nada me pasará. — La mano de Crystal acaricio la mejilla de el. — Te amo a ti y solo a ti, lo sabes, ¿verdad? Y nadie será tan bueno para mí como lo eres tú.
— Yo también te amo. — Acerco su rostro al de ella.
— Imposible. — Exhaló, mientras la mano de Marcel recorría su espalda lentamente.
— Tienes razón, te amo más de lo que tu me amas. — Soltaron una leve risa y cerraron la distancia entre ellos. Sus labios se encontraron en una sincronía apasionada. Ha Crystal no le importaba quién estuviese mirando, declaraban el amor que se tenían. Aunque todos ya sabían cuanto se amaban, y que el uno no podría vivir sin el otro. Su amor era verdadero y puro.
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𝓘 𝔀𝓪𝓼 𝓯𝓮𝓮𝓵𝓲𝓷𝓰 𝓮𝓹𝓲𝓬 || One Shot TVD & TO
Rastgele❝ 𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚑𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚍𝚘 𝚝ú, 𝚂𝚝𝚎𝚏𝚊𝚗. 𝙰𝚜í 𝚚𝚞𝚎, 𝚙𝚘𝚛 ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚟𝚎𝚣, 𝚝𝚎 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚘𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛𝚖𝚎 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚘𝚢. 𝚃𝚎 𝚊𝚋𝚜𝚞𝚎𝚕𝚟𝚘 𝚍𝚎 𝚝𝚘𝚍𝚊 𝚕𝚊 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚢 𝚍𝚎𝚜𝚝𝚛𝚞𝚌𝚌𝚒ó𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚑𝚎 𝚌�...