Falsos dioses [hardlee]

576 67 101
                                    

Título: Falsos dioses

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Título: Falsos dioses

Personajes principales: Ben Hardy & Gwilym Lee.

Género: ¿Romance?

Ambiente: Ubicado en la década de los 60s

Situación: Secuestro

━━━━━━━━※━━━━━━━━

Once de la noche, octubre 23, 1964. Michael Jones caminaba por la solitaria calle de uno de los barrios alejados del centro de Camden Town. Para ser otoño, el clima estaba bastante frío y Mike tenía que meter las manos en los bolsillos de su desgastada chaqueta mirando por sobre sus hombros cada cuanto, asustado del silencio de la noche. Su sombra era larga y se plasmaba sobre el desgastado pavimento pues el chico caminaba a media calle con pasos tambaleantes producto de una larga jornada en sus dos empleos. Bostezó. Lo único que quería ahora era llegar a casa, cenar y dormir.

Camden Town es un lugar concurrido y amado por los mercaderes, colorido, vivo. Pero a esas horas en específico lo único que parecía cobrar vida eran las bolsas apiladas de basura que formaban sombras entre los estrechos callejones. Era un miedo bastante infantil, pero a sus veinticinco años Michael prefería ser prevenido.

Cuando giró la esquina para adentrarse a su calle respiró con mayor tranquilidad, aunque esa sensación duró poco al percatarse que su casa tenía todas las luces apagadas.

Michael trabaja como repartidor por las mañanas y es despachador en una gasolinera por las tardes, su hermano menor Benjamin trabaja en un almacén de la zona y es él quien llega primero a casa y tiene la cena lista. Pero ahora, parándose frente a su casa, Mike puede ver como todas las luces se encuentran apagadas y las ventanas cerradas.

—¿Benjamin? —. Llama una vez que entra. Cierra la puerta y enciende las luces.

Mike parpadea acostumbrándose a la claridad del foco iluminando las paredes con papel tapiz amarillo con verde que tanto odia pero que aún no puede cambiar. El chico deja su mochila en el suelo y vuelve a llamar a su hermano.

—¿Ben? Estoy en casa.

Habla. Pero tampoco tiene contestación.

Observa la sala y gira hasta la cocina, enciende las luces y ve en el fregadero los platos sucios del desayuno que tomaron juntos y sobre la mesa la leche que Ben olvidó meter al refrigerador.

—Siempre es lo mismo, Ben —. Murmura con un cansino fastidio tirando el líquido por el fregadero, arrojando después el bote a la basura.

Talla su rostro y vuelve a la sala, sus ojos se posan sobre la mesa del centro, el periódico estaba ahí marcando la hoja de empleos y a lado el bolígrafo. Justo en la misma posición donde su hermano la dejó la noche anterior. Michael entonces dio por hecho que Ben se encontraba dormido, y con una necesidad enorme de convencerse que era así caminó por el angosto pasillo hasta la puerta de la recámara de su hermano menor, tomando el pomo de la puerta y deseando por cortos segundos que fuera así.

De todo lo que pasó cuando lo imaginaste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora