O4. Apocalipsis.

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El señor se fue tras acabar su dichosa dona de chocolate. Sigrid había igualmente acabado su dona y estaba dispuesta a tomar su café, más el sonido de la campanita de la entrada la alertó, iba a voltear a ver de quienes se trataba cuando sintió un metal frío en la nuca.

— Pensé que tendría más tiempo —dijo Cinco.

— Hagamos esto rápido, ella quiere hablar contigo. No quiero irme a casa con la muerte de dos niños en la conciencia —dijo la voz de un hombre tras Sigrid.

— No tienes porque preocuparte, no irás a casa —declaró Cinco tomando con discreción un cuchillo que se encontraba en la barra.

Fue un movimiento tan rápido en qué Cinco se teletransportó y empezó a asesinar a las personas en el lugar, Sigrid se volvió invisible y ayudo al ojiverde a dar golpes a más de uno. Logró robarle un arma a uno de los desconocidos y les disparó en la cabeza y pecho antes de volverse visible, una vez que Cinco le rompió el cuello al último que quedaba con vida.

— ¿Estás bien? —preguntó la chica acercándose al contrario, al haberse vuelto invisible para pelear había logrado salir ilesa de la situación.

— Sí, sólo déjame hacer algo —pidio Cinco tomando un cuchillo y dejando su brazo en la barra. Hizo un corte largo y lo suficientemente profundo para sacar un pequeño rastreador GPS que se encontraba en su brazo.

— Tu corbata —dijo Sigrid extendiendole la misma al azabache.

— Gracias —agradecio el azabache atando su corbata— ven, daremos un paseo.

— ¿A dónde iremos? —preguntó Sigrid saliendo del lugar junto a Cinco, quién tiró el chip GPS a un charco.

Cinco tomó la mano de la rubia para abrazarla y transportarse al apartamento de Vanya, los ojos de Cero recorrieron el lugar mientras ella se aferraba a los hombros del azabache.

— ¿Qué hacemos aquí? —dijo Sigrid en un tono suave y adormilado.

— Tengo que contarles algo a ti y a Vanya y realmente no quiero tener que repetirlo dos veces —habló Cinco separandose para revisar la casa y controlar sus sentimientos.

— Yo diría que es práctico.

Cero miró a su hermano moverse por el departamento como si fuera su casa, siempre había sido unida a él y conocía la buena relación de Cinco y Vanya aunque no podía evitar llegar a sentir pequeños celos por ello.

— Siéntate, acabas de literalmente pelear por tu vida y tienes una herida en el brazo —dijo la muchacha.

— ¿Tú estás bien? —interrogó Cinco tomando asiento.

Sigrid se miró a sí misma, palmeando su cuerpo en busca de sentir dolor pero no encontró nada. Asintió.

— Me alegro —confesó el ojiverde.

— ¿Tan malo era? —habló la rubia después de un momento de silencio.

— ¿Qué? —preguntó Cinco saliendo de sus pensamientos.

— El futuro, ¿tan malo era?

Las imágenes del apocalipsis inundaron la memoria de Cinco, la soledad y las imágenes de sus hermanos muertos en aquel escenario envuelto en llamas, lo devastado que se encontraba el mundo.

— Sí... era horrible.

Sigrid se acercó al contrario para darle un abrazo con cuidado y tratar de animarlo. La puerta principal se abrió y Sigrid se separó al tiempo que Cinco encendía una lámpara cerca de ellos.

- ̗̀Lover of mine ⸙ ꒰ Five Hargreeves ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora