Capitulo 1

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EMMA

Año 2040
Actualidad...

-¡Suéltame! -Grite a todo pulmón- ¡No lo hagas por favor! ¡No lo mates! -Trate de soltarme del agarre que tenían sobre mis brazos- ¡Matame a mi! -Solté sin siquiera pensarlo.

Entonces el hombre sin rostro se volteó a mi. Su risa retumbó por el lugar.

-Tenemos aquí a una valiente -No podía ver su risa, pero sabía que esto lo divertía- Deberías aprender de ella -Se dirigió al hombre que tenía atado en una mesa de metal, listo para ser descuartizado, el hombre al que yo intentaba salvar, y hasta dar mi vida por él tampoco tenía rostro, pero eso era lo más interesante, no le tenía miedo, tenía sentimientos bastante profundos y puros por él.

-Sálvame, Emma, ven y sálvame...

Me desperté de golpe. Mi respiración estaba agitada. Había tenido una pesadilla. Trate de tranquilizar a mi corazón y a mi mente. Sudor caía por mi frente. Que extraño sueño.

Cerré mis ojos. Era primera vez que salía de Estados Unidos y eso me tenía nerviosa. Inhale y exhale unas 3 veces.

Me giré a mi costado mirando por la ventanilla, ignorando a la anciana que roncaba ruidosamente a mi lado. Apenas llevaba 5 horas de vuelo.
Mi vida iba a dar un giro de 180 grados; esta última semana había estado nostálgica porque me tocaba dejar a mi familia, mis amigos y mi amado Gary, un perro Terrier Escocés que era mi mascota desde los 13 años; en estos 6 años había sido mi consuelo, aparte de las atenciones de mis padres y la compañía de mis amigos.
Sufría una enfermedad extraña en mi sangre, era algo genético, a los 6 años me diagnosticaron con leucemia, pero a los 13 años descubrieron algo más.
Ahora a mis 19 años quería algo distinto, quería vivir sin restricciones y experimentar vivir sin medicamentos. Busque a los mejores doctores del mundo, encontré un doctor en Rusia, así que era allí donde iba a empezar mi nueva aventura.
Había convencido a mis padres para que me dejaran venir sola, iba a seguir mi carrera de arquitectura por medio de una beca completa que me ofreció la embajada luego de que mi doctor intercediera por mi.

Mi padre había conocido al doctor antes de mi nacimiento, habían tenido un amigo en común o eran colegas o eso era lo poco que mi madre me había contado y sabía de esa amistad, mi padre no hablaba mucho del doctor más de lo necesario, entonces lo contactaron y el doctor Alexander se ofreció gustosamente. Lo cual me sorprendió bastante, era el mejor doctor que hubiera conocido, ya acumulaba 5 libros a su historial, lo había investigado, y 4 premios Nobel al poder encontrar la cura del cancer de mama, el mal de Alzheimer, cancer de esófago, había ayudado en la guerra del años 2020, no había mucha información sobre eso, pero él había sido un héroe y hace poco había encontrado la cura para la leucemia, y esa cura iba a ser administrada en mi.

Hace 6 meses, el doctor me envió un medicamento que debía tomar e inyectarme antes del tratamiento.
Mi padre, era el hombre más trabajador y bueno, él me había enseñado a ser fuerte.
Admiraba a mi padre, me había enseñado a nunca darme por vencida. Era él mejor. Me trataba como una princesa, siempre me sentía segura a su lado. Era mi roca. Y me partía el alma dejarlo.
Mi madre, por otro lado, era igualmente la mujer más fuerte que había conocido, no se amedrentaba ante cualquier problema, siempre dio su vida por mi, todo este tiempo estuvo al pendiente de mi enfermedad.
Y era primera vez que nos alejábamos de esta manera. Este camino debía de seguirlo sola.

En eso el avión se agitó fuertemente sacándome de mis pensamientos y me aferré al sillón. La señora a mi lado comenzó a gritar. Entonces todo se apagó, y el avión comenzó a caer; rápidamente me abroché el cinturón, trate de guardar la calma, me fijé que la señora estaba histérica, así que me volví a desabrochar el mío e intenté abrochárselo a mi acompañante, fue bastante difícil lograrlo pero algunos minutos después me estaba abrochando de nuevo mi cinturón.
Las mascarillas de oxígeno cayeron en nuestras cabezas. Estábamos cayendo y rápido. Íbamos a morir.

Los 4 VientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora