201.-

3.7K 180 15
                                    

Puedes hacerlo.

No puedo hacerlo.

Solo sal del baño y ya está. Deséale un feliz cumpleaños.

Se va a burlar de mi. ¿Y si esta enojado?

No lo sabrás si no sales.

Un suspiro abandonó sus labios antes de que su mano girara el picaporte de la puerta, abriéndola enseguida para poder salir del baño después de intercambiar aquellos últimos mensajes con su jefe. Había perdido la noción del tiempo, no sabía cuánto llevaba ahí dentro pero algo de lo que si estaba seguro era que no había empezado su trabajo, algo que nunca antes había hecho. Después de que Hoseok abandonara la habitación y tuviera su pequeño colapso en el piso, se había dedicado a guardar el pastel que le había comprado a su hyung en el pequeño refrigerador que el mismo tenía en su oficina donde mantenía snacks y bebidas para pasar el rato, dejando la bolsa con el regalo en uno de los cajones de su escritorio antes de meterse al baño a mensajearse con sus amigos. Así había sido hace al menos cinco horas.

Su intención no era pasar ahí más de diez minutos, pues sólo quería refrescarse y despejar sus pensamientos, para poder concentrarse en su trabajo, pero las cosas no habían resultado como quería, la conversación con Jimin y Jeongguk solo lo había hecho derramar mas lagrimas entre risas y la anécdota de lo que había pasado, se había sentado en el piso del baño para más comodidad, pero cuando había caído en cuenta, su hyung estaba mandándole mensajes haciéndole saber que ya había llegado al trabajo, cosa que no debía hacer hasta medio día como le había dicho el día anterior, lo que significaba que había desperdiciado medio turno de su trabajo hablando con sus amigos, eso no era profesional.

Así que no lo culpen si esta nervioso, saliendo del baño a paso apresurado y entre tropezones, ignorando la pesada mirada de su jefe, dirigiéndose al refrigerador para poder sacar el ya antes mencionado pastel que le había comprado al cumpleañero, inmediatamente encendiendo las pequeñas velas que lo adornaban, antes de girarse de nueva cuenta hacia el escritorio del contrario, donde este tomaba asiento sobre su silla, para comenzar a recitarle en voz baja la canción del feliz cumpleaños mientras se acercaba cuidadosamente para dejar el postre sobre la superficie del escritorio.

—Lo recordaste... —Fue lo primero que salió de los labios del mayor en cuanto terminó de cantar, borrando cualquier rastro de irritabilidad de su rostro y adornando el mismo con una mueca de sorpresa, tiñiendo sus mejillas de un tono rojizo, paseando su mirada entre el menor y el pastel.

—Por su puesto que lo recordé. —Murmuró sonriente. —Feliz cumpleaños, hyung. Ahora sopla las velas y pide un deseo. —El mayor asintió frenético con la cabeza, sonriendo de igual manera antes de cerrar los ojos con fuerza mientras juntaba ambas manos frente a él, soplando sutilmente sobre las brillantes llamas hasta apagar cada una. —¡Espera! No abras los ojos aún...

—¿Por qué? No vayas a meterte al baño de nuevo y me vayas a dejar solo aquí. Es mi cumpleaños.

—Hyung... —El menor se quejó, alargando la palabra, cubriendo sus labios con un puchero que aunque el mayor no pudiera ver, sabía que lo estaba haciendo. —Solo espera un poco, ¿si? —Pidió antes de alejarse hasta su propio escritorio, abriendo el cajón de dónde sacó la bolsa con el regalo que le había comprado, regresando al lugar anterior en cuanto la tuvo entre sus manos, dejándola con cuidado a un costado del pastel. —Ya puedes abrirlos. —La reacción del contrario lo hizo soltar una risita, pues sus ojos se abrieron con asombro, adornados con un característico brillo que solo lo hacía ver más inocente y emocionado por lo que estaba pasando.

—¿Un regalo? Me compraste un regalo y un pastel... Taehyungie no debiste.

—Es tu cumpleaños, hyung. No digas esas cosas, no es nada. Pidió con una sonrisa, tomando asiento frente al pelinegro, mirándolo con ansias mientras hacía un ademán apuntando hacia la bolsa frente a ellos. —Ábrelo. Jeonggukie me ayudó a escogerlo, esperamos que te guste.

—Oww, ¿tu novio? —Preguntó en tono burlón y sonriente, provocando que rodara los ojos con fingida irritación, pues aquel era un chiste que el mayor había adoptado desde la vez que escucho que su amigo le hablaba tan cariñoso, pero lo ignoró por completo al ver cómo acataba su petición, viéndolo tomar cuidadosamente la colorida bolsa que contenía el regalo que sacó en cuanto la abrió, soltando un bajo respiro en asombro al ver el contenido. —Taehyungie... Me encanta.

—¿Si? —Preguntó mordiéndose el labio inferior para evitar sonreír, viendo como se probaba por encima del traje el lindo suéter de color negro con letras en tono morado brillante a un costado. —Me alegra que te guste.

—Me lo pondré ahora.

—Qué. —Exclamó en sorpresa ante el anuncio del mayor, viéndolo ponerse de pie antes de que pudiera decir algo más, terminando por adentrarse en la pequeña habitación dentro de su oficina en la cual anteriormente había pasado más de cinco horas encerrado dentro. —¿Hyung?

—¿Qué te parece Taehyungie? —Preguntó en cuanto salió del baño, dándose media vuelta y poniendo sus manos en su propia cintura, su cara adornada con una sonrisa, siéndole imposible el no contagiarse del buen humor del mayor, imitando sus actos y sonriendo por su cuenta.

—Te ves muy bien, hyung. —Lo halagó, dirigiendo casi de inmediato la mirada a una de las mangas del suéter, viendo cómo un pequeño papel blanco se balanceaba de un hilo, haciéndolo soltar una risita, comenzando a acercarse al contrario. —Pero creo que te ves mejor sin esto. —Bromeó en cuanto arrancó la etiqueta de la prenda, sosteniéndola entre su dedo índice y pulgar, alzándolo a la altura de la cara del mayor.

—Es la moda. —Rodó los ojos juguetón, para proceder a dejar la camisa que se había quitado sobre su escritorio, tomando el pastel y volviéndolo a poner dentro de la nevera. —Vamos a comer.

—Pero... —Su ceño se frunció, apuntando involuntariamente a la nevera donde momentos antes el pelinegro había estado. —¿No vas a comerte eso?

—Claro que si, pero primero tenemos que comer.

—Pero apenas son las 2 de la tarde.

—Me acabo de levantar y no he desayunado, a parte es mi cumpleaños y soy el jefe, okay? —Respondió dirigiéndose con paso seguro hacia la puerta, deteniéndose un momento para darse media vuelta y conectar la mirada con la del menor. —Vamos Taehyungie, ¿qué esperas?

¿Qué hice? (Taegi/Yoontae AU) SEGUNDA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora