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Una sonrisa nerviosa adornó los labios del menor al reconocer aquel llamativo uniforme azul, apretando con fuerza los mismos mientras apresuraba su caminar, dispuesto a llamar la atención de la persona que sus ojos enfocaban.

—¡Hoseok hyung! —Alzó la voz llamándole.

Había pasado al menos una semana desde la última vez que lo había visto en su departamento compartido, no sabía en qué estaba trabajando para que consumiera su tiempo por completo, si bien no había creado un lazo con él como con el resto de los miembros, la pequeña esperanza aún brillaba en su interior, después de todo es su ídolo de quién estamos hablando. El sentimiento de culpa y preocupación aún permanecía en el, en más de una ocasión se había cuestionado si todas esas palabras confusas de parte del mayor iban directamente dirigidas a él y no iba a saberlo hasta que enfrentara sus problemas, si bien su mayor preocupación era quién solía ser su jefe, sabía que había gente de por medio que podría haber salido herida por sus acciones, sabía que debía arreglar las cosas e iba a empezar poco a poco.

—Hoseok hyung. —Repitió su llamado, esta vez logrando que el contrario parara en seco sus movimientos, quedándose completamente quieto a unos cuantos pasos frente a él. Un suspiro abandonó los labios del menor, terminando por acercarse y adornar sus lindas facciones con una sonrisa inocente. —Estás de vuelta, uhm... —Se aclaró la garganta, con pasos firmes para posarse frente al mayor. —Me alegra mucho que al fin podamos pasar tiempo juntos, quisiera hablar contigo y saber si... —Completo silencio cubrió el lugar, la mirada del menor conectada con aquellos ojos difíciles de olvidar, notables signos de cansancio adornando los mismos, mientras su voz se apagaba poco a poco hasta quedar completamente callado, reflejando completa sorpresa. —¿Hyung? —Un hilo de voz salió de sus labios, casi en un susurro inaudible pero que llenó por completo los sentidos de la persona frente a él, sacándolo de su trance después de unos cuantos minutos en silencio. La mirada perdida del contrario lo hizo sentir pequeño, juzgado e inferior en todos los sentidos. —Hyung. —Repitió esta vez con seguridad, respirando ondo antes de apartar los ojos de su figura, bajando la mirada al piso en claro arrepentimiento.

—Taehyung. —Su voz firme fue remplazada por un tembloroso susurro, provocando que se aclarase la garganta y enderezara su postura. El solo escucharlo pronunciar su nombre hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza, los recuerdos de la última vez que intercambiaron palabras llenaron su memoria.

Había planeado este momento en las últimas semanas, sabía lo que tenía que hacer, era sencillo, solo debía aclarar los malentendidos, ¿pero por qué sentía un nudo formándose en su garganta impidiéndole hablar? El miedo se había apoderado completamente de su cuerpo. Miedo a que sus palabras terminaran mal interpretándose otra vez, miedo a no ser escuchado, miedo a perderlo nuevamente.

—¿Vas a quedarte callado otra vez? —Una risa burlona lo hizo salir de su trance, al estar completamente perdido en sus pensamientos ni siquiera notó cómo una tercera persona se unió a ellos, provocando que su mirada se alzara con sorpresa hacia la misma. —Ah, Kim Taehyung... —Negó con la cabeza, chasqueando la lengua y provocando que la piel del menor se erizara. —Es gracioso porque realmente nunca espero nada de ti y al final siempre encuentras la manera de decepcionarme.

—Hoseok. —Aquella voz autoritaria que tanto había extrañado se hizo presente, pero como deseaba que fuera en otra situación.

—Lo siento hyung, lo intenté, ¿de acuerdo? —Estableció, alzando ambas manos en signo de inocencia. —Pero, ¿por fin puedes darte cuenta? —Su tono burlón permaneció, cada palabra que salía de su boca atravesando el cuerpo del menor como si de fuego se tratara, grabándose por completo en su memoria. —A estas alturas una disculpa no estaría nada mal, aclarar algún mal entendido... Pero su silencio habló por sí mismo desde el primer día.

—Hoseok-

—¿Seokjin hyung qué haces aquí? Te dije que estaba en el ba- ¿Hoseok? —La ya reconocida voz del pelimenta despertó por completo sus sentidos, interrumpiendo su conversación, el ardor en las palmas de sus manos se hizo presente al haber cerrado los puños con fuerza, incrustando sus uñas en su propia piel, siluetas borrosas se posaban frente a él debido a las lágrimas estancándose en sus ojos. —¿Taehyungie?

—Lo siento, lo siento mucho. —Logró murmurar con rapidez en cuanto escucho su llamado, conectando su mirada instintivamente con la del mayor antes de darse la vuelta por completo y hacer lo que mejor le salía: huir de sus problemas.

—¡Taehyung!

Ni siquiera reconoció la voz que le llamó con histeria una última vez, demasiado sumergido en sus pensamientos para prestar atención a lo que pasaba a su alrededor, torturándose a sí mismo al recordar lo que había sucedido.

Después de todo sus sospechas se habían confirmado, era una decepción para las personas que más le importaban.

¿Qué hice? (Taegi/Yoontae AU) SEGUNDA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora