»En un habitad donde reinaba la tiranía, la venganza y el odio. La pequeña lechuza Izuku, junto a su familia soñaban con qué los guardianes que tanto hablaban, vinieran a su rescate lo más rápido posible, pero este sueño tonto se fue desvaneciendo p...
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Ambos se resguardaron en un árbol lleno de ramas enormes sin decir ni una sola palabra sobre lo que acababa de acontecer. Aunque sus pensamientos están dirigidos a las lechuzas que habían captado su atención y atracción.
A Denki le revolvía el estómago con tan solo tenerlo en su mente, pero debía admitir que le atraía demasiado.
Ni hablemos de Izuku, estaba en plena introspección sobre qué le transmitía aquella lechuza blanca con pinchitos de tono cenizo.
—Oye Izuku, porque mejor no nos vamos a dormir...—Tocándole con su ala derecha.
—¿E-h? E-stá bien, vamos a dormir..—Gira por última vez hacia atrás y vuelve a mirarlo.—¿Tú dices que sean los guardianes?
Suspira.—Lo dudo mucho, no creo que los guardianes sean capaces de rebelarse tan fácilmente, además, nos tendrían que haber llevado al calabozo.—Rascándose su ala derecha.
—De igual forma, ¡Me gustaría volver a verlo!—Sonríe moviendo un poco sus plumas de atrás.
Se ríe ya que le parecía cómico verlo de esa manera, se veía como un polluelo que apenas estaba experimentando el tan conocido “Amor”.
—Ya lo verás en algún momento, mejor vayamos a dormir.—Acurrucándose debajo de sus alas para no tener frío y estar mucho más calentito. Eran enormes y similares a un acolchado.
—Tienes razón, ya lo veré..—Empieza a cerrar sus ojos levemente, apoyando su cabeza contra el árbol.
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Los otros dos habían quedadotildados, sintiendo un fuerte rubor en sus pómulos de una manera increíble.
