𝑻𝑹𝑬𝑺.

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ᴜɴ ʀᴜɪᴅᴏ ʜɪᴢᴏ Qᴜᴇ ᴅᴀꜰɴᴇ abriese sus ojos de golpe, quedando sorprendida al ver como Luke estaba en el suelo de rodillas, intentando no hacer ruido.

-¿Luke?

Su voz hizo que el rubio diese un brinco por el susto, causándole a la chica una incontrolable risa.

-Lo siento, es que vi que no apareciste en la cena y me preocupé.-El chico rascó su nuca incómodo.

Los ojos de Dafne se abrieron como platos y se dio una palmada mental en la frente, estaba tan dolida por su padre que se durmió sin acordarse de la cena.

-Oh dios mío, se me ha olvidado por completo, lo siento de verdad. -Comenzó a hablar rápido y Luke rió.

El chico se acercó hacia la cama y se sentó a su lado, observando sus ojos con fijación.

-No te preocupes, ¿ha pasado algo? -Preguntó delicadamente.

Ella suspiró y negó, intentando quitarle importancia alguna. Él frunció el ceño, haciendo que la chica quitase su mirada de la suya, se sentía intimidada.

-Sé que nos conocemos de hace como mucho una semana, pero si necesitas hablar puedes contar conmigo. - Sonrió.- Estoy siempre ahí.

Señaló su habitación, provocando una pequeña risa en ella. Pocas veces se habían preocupado por ella de esa manera, de hecho, solo su familia lo hacía y no siempre, cosa que hizo que su corazón se derritiera ante el gesto tan tierno que tuvo el rubio hacia ella.

-Gracias ricitos, simplemente que mi vida es complicada a veces. -Hizo una mueca. -Pero no es algo por lo que preocuparse.

Luke miró intensamente a la chica, haciendo que la incomodidad en ella aumentase, pra después reírse y revolverle el cabello.

-Está bien, ¿te apetece dar una vuelta? -El rubio le ofreció.

Dafne miró la hora. 11:30pm.

-Luke, son las once y media de la noche y ni siquiera he cenado.

-¡Es verano! Cena algo y demos una vuelta.-
Suplicó con su mirada.

-Está bien, no tardo nada. -Rió la chica.

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Ambos jóvenes paseaban por Canberra y reían de manera escandalosa por las historias de que contaba Luke de su familia. Llegaron a un parque con un pequeño lago y se sentaron en un banco. Dafne pensó en la infancia tan vacía de cariño que había tenido en comparación con él, solo su madre le daba todo el amor del mundo y se fue sin previo aviso.

-Te toca, cuéntame anécdotas de tu familia.-Sonrió el rubio.

Dafne se encogió de hombros y suspiró, echando la cabeza hacia atrás y mirando al cielo iluminado de estrellas.

-Bah, si te soy sincera, no tengo ninguna.

-¿Cómo es posible eso?

-Mi familia solo se centra en sus negocios y la única con quien disfrutaba era mi madre. -Volvió a enconger sus hombros.

Subió sus piernas al banco y se abrazó a ellas en busca de darse cariño a si misma mientras miraba hacia el lago. Luke sintió como algo se movió dentro de él y se sintió culpable por siempre hacer preguntas dolorosas o incómodas a la gente. Observó como ella se aferraba a sus piernas mientras sus ojos trataban de no soltar ni una sola lagrima, haciendo que el rubio se sintiera peor.  No sabía si le molestaría, pero se acercó a ella y rodeó sus hombros con sus brazos, a lo que Dafne no pudo contener más sus sentimientos y se lanzó a llorar sin control.

𝐇𝐘𝐆𝐆𝐄 |𝐋𝐔𝐊𝐄 𝐇𝐄𝐌𝐌𝐈𝐍𝐆𝐒|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora