𝑫𝑶𝑺.

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ᴜɴᴀ ᴅᴜʟᴄᴇ ᴠᴏᴢ hizo que los ojos de Luke se abrieran poco a poco, se incorporó en la cama y fijó su vista en el balcón de la habitación contigua. La rubia limpiaba con esmero cada rincón de su habitación mientras cantaba a todo pulmón y saltaba de un lado a otro, a lo que el rubio sonrió y se dirigió a su baño para bañarse y bajar a desayunar.

-Buenos días, chicas.- Saludó Luke entrando en la cocina.

-¿Quién eres tú y que has hecho con mi hermano?- Delia puso cara de espanto, haciendo que el chico rodase sus ojos.

-Delia, deja a tu hermano.- Liz regañó a la pequeña.

-Parece que no voy a poder levantarme de buen humor nunca.- Luke dijo y su hermana sacó la lengua.

Desayunaron entre risas y anécdotas del trabajo de Liz, haciendo que sus dos hijos soltaran carcajadas sin parar. Luke ayudó a recoger los platos y comenzó a fregarlos para así quitarle trabajo a su madre.

-¿Habéis visto que alguien se ha mudado en la casa de al lado?- Habló Delia.

-Si, aunque solo vi salir a un hombre ayer y no he visto a nadie más.- Liz encogió sus hombros.

-Yo he visto que vive una chica, supongo que el hombre sería su padre.- El rubio habló.

-¿Porqué no vas a saludarle? Quizás no conoce a nadie y podéis ser buenos amigos.- Delia subió sus cejas y miró con picardía a su hermano. 

Las antiguas amistades de Luke volvieron a su cabeza, haciendo que todo buen humor se esfumase como si de polvo se tratase. Sus ojos se oscurecieron a la vez que se llenaron de agua, poniendo a su madre y hermana en alerta.

-Luke, lo siento yo no quería...- El rubio cortó a su hermana.

-Está bien, Del.- Suspiró.- Voy a ordenar mi cuarto.


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Dafne observó por última vez su reluciente habitación y sonrió orgullosa de haber aprovechado su mañana. Su padre había venido a desayunar y se fue a los diez minutos, volviendo a dejar una soledad ensordecedora a su pequeña hija.

El cuerpo de la chica era abrazado por cada gota de agua que desprendía su ducha, relajando su cuerpo pero no su mente. Pensaba en todo el cariño que le faltaba desde que su madre se fue cuando ella era tan solo una niña de 9 años, ella siempre la había dado todo el amor que su padre nunca le dio, ahora no le queda nada. Sacudió su cabeza, intentando que esos pensamientos se alejaran de ella y salió de la ducha para vestirse. Peinó su cabello frente al espejo y se sentó en su pequeño balcón con un álbum de fotos de su preciosa infancia.

-Ojalá pudiera dar marcha atrás en el tiempo para volver a abrazarte.- Susurró acariciando la cara de su madre en la foto.- Daría mi vida por un solo minuto a tu lado, me haces muchísima falta.

Los ojos de la rubia comenzaron a expulsar lágrimas sin pudor ninguno, mientras abrazaba ese álbum con todas sus fuerzas y deseando que todo volviese a ser como antes, como si eso fuera a hacerlo realidad.

-Hola, ¿estás bien?- Una voz hizo que Dafne parase su llanto y levantase su cabeza.

Su mandíbula casi se desmonta al ver al chico del museo justo en el balcón de enfrente, esperando a que la chica le diese una respuesta.

-Eh, si.- Se levantó del suelo rápidamente.

-No suenas muy convencida.- El rubio frunció su ceño.- Por cierto, soy Luke.

-Dafne.- Sonrió al ver como él también sonreía.

-Eres nueva en el barrio, ¿no?

-Si bueno, soy nueva en Australia.

-Wow, eso es genial.- Suspiró Luke, deseando irse de ese país.

-No conozco a nadie, así que tan genial no lo veo.- La rubia resopló, haciendo reír al chico.

-Ahora me conoces a mí.- Sonrió.- Oye, ¿vives sola?

-Vivo con mi padre pero se pasa el día trabajando, básicamente es como si viviera sola.- Hizo una mueca.

-¿Y tu madre?- Luke preguntó y se arrepintió.

-Ella murió cuando era una niña.- El rostro y la mirada de la chica se convirtieron en lo más triste que el chico había podido ver.- Debo irme, hasta otra.

-¡Dafne!- Gritó Luke.

La rubia se giró, fijando su mirada en la del rizado.

-Si necesitas algo, puedes acudir aquí en cualquier momento.- Sonrió, haciendo que ella imitase su gesto.

-Gracias, Luke.- Cerró la ventana, despidiéndose de su nuevo vecino.


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Pasaron varios días desde aquella pequeña charla con Dafne, varios días en los que Luke no podía quitarse a su vecina de la cabeza por mucho que lo intentase. Se veían por el balcón, intercambiaban alguna que otra sonrisa y cada uno volvía a seguir con su vida. Había hablado con su madre sobre aquella chica, a lo que Liz le recomendó invitarla a cenar junto a su padre en esta semana. En un principio a Luke le pareció mala idea, ya que el gran muro que había construido a su alrededor durante dos años no le dejaba pensar nada bueno de cualquier persona que no fuesen su hermana o su madre, aunque después cambió de idea.

-¡Dafne!- El rubio llamó a la chica desde su ventana.

Ella asomó su cabeza y sonrió nerviosa.

-Hola.

-¿Os apetecería a tu padre y a ti venir a casa a cenar esta noche?- Apoyó su mentón en sus manos, esperando por una respuesta.

Dafne hizo una mueca ya que seguramente su padre no iría una vez más a dormir a casa, dejando a la chica plantada en la cena.

-No sé si es buena idea Luke, mi padre trabaja mucho y...- El rubio no dejó terminar a la chica.

-Si él no puede, ven tú.- Mostró sus dientes en una sonrisa, haciendo que las mejillas de ella se tornaran rojas.

-Está bien, en un rato te aviso.

Ambos jóvenes se sonrieron y se adentraron en sus habitaciones.


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-Lo siento, hoy tengo demasiado trabajo en la oficina.- David informaba a su hija sobre su noche.- Ve tú a la cena y demuestra de la buena familia que vienes, cariño.

Y sin previo aviso, colgó el teléfono. Dafne se quedó observando aquella pantalla por lo que pareció una eternidad y pensaba si ir a aquella cena o no. Quería ir para tener un poco más cerca al rubio de ojos azules que le robaba el aliento y para conocer a más personas en Canberra, pero no quería ir porque sabía que su padre quedaría mal y tendrían lástima de ella por no tener una familia entera y feliz. 

Así que optó por tumbarse en su cama, mientras sus ojos se cerraban y expulsaban todo el dolor que contenía su corazón. 


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Después de casi dos semanas desaparecida, he vuelto jejeje. No me odiéis pero entre que he estado de vacaciones y mi ordenador no quería encender, no he podido subir ni un solo capítulo de nada y me quiero matarrrrr.

Dafne es un bebé pero Luke lo es más, sns. Mañana más y mejor! 

Si os gustan los capítulos, dejad un voto. ¡A nadie nos gustan los lectores fantasmas!

Os quiero mucho xxx ♡

𝐇𝐘𝐆𝐆𝐄 |𝐋𝐔𝐊𝐄 𝐇𝐄𝐌𝐌𝐈𝐍𝐆𝐒|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora