SoulSilver: Alma Virtual ©

Capítulo 3: Conociendo el interior

Al finalizar las clases, James siempre sale sin hacer el mínimo ruido, consiguiendo pasar desapercibido entre los chicos. Poder sentir y diferenciar la energía vital en un radio de 400 metros, además de tener una visión de casi 360° grados, le permiten saber si alguien lo observa o lo sigue, y en esta ocasión, antes de poder llegar a verlo, James logra sentir la mirada de alguien, o algo, y se detiene en la parada de bus para poder averiguar de que se trata, pero en ese instante, siente unas manos empujándolo fuera de la acera, apenas teniendo tiempo para hacer un movimiento rápido y enviar a su atacante al suelo en su lugar. James lo reconoce sin dificultad, se trata de Christian, el segundo al mando del grupo de deportistas, y mejor amigo de César, quien recupera el equilibrio antes de caer al pavimento, voltea y mira a James con furia, durante su ataque, no estaba seguro de que ese fuera el chico del que tanto hablaban, pero ahora, que había conseguido esquivar su embestida, siendo el atleta más rápido en la secundaria, tenía la certeza de que era el famoso James, piensa en dar una segunda embestida pero antes siquiera de que tome impulso, llega a oír el sonido de un claxon y siente un fuerte golpe en el pecho que lo deja sin respiración, lo siguiente que puede oír son gritos que parecen distantes, siente que está perdiendo la conciencia.

James estaba pensando en las posibilidades por las cuales Christian habría querido atacarlo, aún no entendía del todo el comportamiento humano, antes de llegar a una conclusión percibió un auto acercándose a gran velocidad, al parecer el conductor estaba mirando la pantalla de su móvil, y no iba a tener tiempo de frenar antes de dejar a Christian hecho pedazos en el pavimento, debido a que solo tenía una fracción de segundo, James solo vio una opción para salvar al chico de una muerte segura, así que saltó hacia él y le asestó una patada en el pecho que lo mandó hasta la otra acera, quedando suspendido en el aire y recibiendo todo el impacto del auto.

Hay gritos, algunas personas intentan ver que sucedió, y las que lo han visto no pueden reaccionar, el chico al que Christian intentó golpear, había sido atropellado por salvarlo, como el auto no se detuvo en el momento del impacto, el cuerpo de James se elevó por los aires mientras giraba hasta caer al suelo boca abajo. Grande fue la sorpresa de todos, al ver que James se levantó luego de unos instantes, muy despacio al principio, hasta que estuvo de pie completamente, se acercó a Christian que estaba recobrando la consciencia, y lo ayudó a levantarse, le dijo algo que solo él escuchó, y luego se fue, nuevamente todos empezaron a olvidar su rostro.

Cuando James ya ha recorrido la mitad del camino que hay entre la secundaria y su casa, empieza a adentrarse a lo que ahora se conoce como la zona más peligrosa de la provincia constitucional del Callao, cerca al puerto que lleva el mismo nombre. Él siempre está alerta, pero cuando está ahí lo está aún más, en esta ocasión sabe que alguien se está acercando a él, pero no hace nada para evitarlo, es un tipo que lo ha observado desde hace unas calles y ha pensado que sería una buena víctima para terminar el día, se acerca a James hasta estar a su costado y rodea su hombro con el brazo.

—Ya perdiste pendejo, dame el móvil si no quieres un corte en la cara.

—... —James se mantiene callado.

—¿Que no me has oído? ¡Que me des el móvil imbécil!

—¿Por que me hablas como si tuvieras el control de la situación? —le dijo James con una voz muy serena.

Dentro de la mente de James, ocurre un evento muy peculiar, que nadie más que él conoce, pero que ocurre siempre, hay siete presencias que se encargan del comportamiento de James, en conjunto son su personalidad y quienes deciden las acciones que el cuerpo realiza, ellos son a quienes todos conocen como James, entrar en detalles sobre quienes son sería relatar el origen de toda existencia en el universo, y explicar que hacen en el cuerpo de un chico de 12 años por ahora no es relevante, lo que importa es que en ese instante las siete presencias debaten sobre su siguiente acción:

—Sabemos que nuestro atacante es una mezcla, por ende debemos eliminarlo.

—Es cierto que es una mezcla, pero puedo asegurar que ha vivido creyendo que es humano.

—¿Sugieres que debemos explicarle su origen antes de encargarnos de él? No me parece lógico.

—No es necesario, las probabilidades de que lo comprenda son nulas, y el tipo de mezcla es de las más ruines, mientras más se acerca podemos observar sus recuerdos y todo el daño que ha causado.

—Yo creo que podemos intentar dividir su esencia del cuerpo, hay posibilidades de que quede algo humano luego del proceso.

—Las almas humanas son torturadas durante el tiempo que conviven con la esencia externa y quedan dañadas permanentemente, todos sabemos eso, tomar esa opción sería aún más perjudicial.

En ese momento, una presencia más se unió a los otros siete, que se definían por los colores del arcoiris, esta presencia era blanca y antes de que se comunicara todos guardaron silencio en respeto a su guía.

—Conocemos nuestro deber, que es limpiar a la humanidad de las mezclas que corrompen a las almas inocentes, pero no seremos influenciados por la crueldad, procederemos como siempre lo hemos hecho, de la manera más breve y sencilla.

—de acuerdo —dijeron todos al unísono.

Antes de que el delincuente supiera lo que ocurría, la mano de James apretaba su cuello, con su pie derecho hacía presión en el brazo izquierdo del malhechor, y su rodilla izquierda hacía lo mismo en el otro brazo, esta vez James lleva puestos los guantes que diseñó, y no tiene pensado desmayar al tipo, la presión que ejerce se intensificaba a cada instante, llegando a romper la tráquea, luego desliza la mano libre por la nuca del hombre y con un movimiento rápido le rompe el cuello, todo sucedió de manera tan breve que no hubo resistencia. James se asegura que no hay nadie en las calles cercanas, como dedujo este tipo trabajaba solo, lo lleva hasta un callejón y saca su collar con el anillo, un collar de plata con pequeñas incrustaciones de oro y un anillo que está hecho de un metal muy raro y pulido, con un grabado en su interior, James lo sostiene por la cadenilla sobre el cuerpo del individuo y sus ojos cambian de color azul a verde antes de empezar a hablar.

—Libera la esencia heredada, que no pertenece a este mundo, que su parte humana descanse hasta el final de los tiempos, y encierra el poder oculto que alberga este cuerpo.

Mientras James pronunciaba estas palabras, una especie de energía era producida por todo el cuerpo y se acumulaba a unos centímetros por encima del abdomen, era una pequeña esfera blanca, muy brillante, iba creciendo hasta llegar a ser del tamaño de una pelota de béisbol, y recubierta por una voluta de humo verde, como un gas muy espeso, se elevó y mientras más se acercaba al anillo, la energía verde iba desprendiéndose de la esfera blanca, el anillo brillaba y pequeñas rayas con los colores del arcoiris aparecían, titilando alrededor, mientras que los símbolos grabados en el interior del anillo se encendían con un color blanco, la esfera blanca, que era el alma, entonaba una melodía con notas muy melancólicas, y se elevó como un rayo al cielo, mientras la esencia verde emitía unos sonidos guturales y violentos, y era absorbida por el anillo. El cuerpo se transformó en ceniza y un sello brilló en el centro antes de que se desmoronara, James había terminado su trabajo, el cuál había empezado desde el día después de su cumpleaños, tenía que ser discreto porque sabía los riesgos que involucraba hacer lo que hacía, se quedó quieto un momento, a unas calles de donde estaba, alguien se acercaba, su energía le parecía familiar pero no sabía quien era, pudo percibir que después de unos instantes regresó por donde había venido, James dedujo que lo siguió y al perderlo de vista desistió en su búsqueda. A la distancia, lejos del área de detección de James, alguien, o algo, lo observa, por lo que ha visto, muy pronto deberá intervenir.