Capítulo 7

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Cuando se dio por concluido el desayuno, Armes terminó dejándose atender en su habitación por sus nuevos sirvientes, quienes le estaban haciendo tratamientos en el cabello. Nathaniel se encontró a sí mismo en el estudio de Lucifer, quien estaba acostado leyendo. Después de obtener su permiso, comenzó a vagar por la biblioteca del estudio. Leyó un libro y apartó dos más; recordó el libro que había visto durante el juicio y regresó para tomarlo.

Lucifer apareció a su lado mientras tenía el libro en la mano. Este frunció el ceño al ver el libro, pero no dijo nada.

Es hora de cenar. Luego puedes seguir leyendo e incluso puedes llevarlos a tu habitación.

Lucifer desapareció. Nathaniel dejó el libro sobre los otros dos y luego bajó, encontrando a Lucifer esperándole.

Nathaniel llamó a Hash para que dejara los libros en su habitación.

Entraron en un salón en el primer piso. En el salón había una mesa para 16 personas. La mayoría ya estaba sentada; faltaban Armes, Lean, Matthew y Liaan.

Rowan estaba sentado al comienzo de la mesa, a su lado estaba su esposo Kyle, luego Alexander, Kera y Danleth; en el lado contrario estaban Klauss, Andras y Kallis.

Estaba mirando la puerta negra, la puerta del castillo de Lucifer. Apoyó su barbilla en su palma y suspiró.

Danleth venía bajando las escaleras y alzó las cejas al verlo sentado en los escalones.

¿Qué haces allí?

Lucifer dijo que pasamos la noche aquí, pero realmente necesito salir.

Sal...

Pero...

Él nunca dijo que no saliéramos.

Klaus comenzó a bajar las escaleras, vestido con un traje.

¿Ya estás listo?

Sí.

¿Qué haces sentado allí?

Estoy pensando en si debo salir o no a rascarme la picazón.

Ahhh, qué coincidencia, nosotros también íbamos a rascar la picazón. ¿A dónde pensabas ir?

Nathaniel se levantó y meditó su respuesta.

A un club humano que conozco en Nueva York.

Nosotros íbamos a Las Vegas; se consiguen buenas mujeres con hermosos culos.

Mmm... Yo conozco un buen club en Nueva York; también es para humanos, pero van frecuentemente inmortales.

Murmuró Danleth, pensativo.

Entonces vamos a ese.

Contestó Klaus emocionado. Lo miró bajar las escaleras y luego se detuvo.

¿Y dónde queda...?

Danleth suspiró y terminó de bajar las escaleras.

¿Realmente eres el mayor?

Klaus solo encogió de hombros y le siguió hasta la puerta, despreocupado.

¿Quién invita hoy?

Danleth puso los ojos en blanco.

Obvio que mi hermano mayor.

Nathaniel se quedó completamente confundido tras el comportamiento de todos; realmente había pasado tanto tiempo entre los humanos que ahora sus tíos le parecían raros. Matthew apareció en medio del vestíbulo, vistiendo una camiseta blanca y un traje azul oscuro.

Liaan apareció a su lado, pisándole el zapato con el tacón, y este empujó a la mayor.

Y ella lo miró mal.

¿Por qué carajos siempre estás en medio?

Matthew levantó la mano, ignorándola. Ella solo negó y acomodó su vestido, el cual era del mismo color que el de Matthew.

¿No están un poco grandes para vestirse en pareja? ¿Y por qué ella viene? No me gusta la idea de que mi hermanita ande por ahí.

Preguntó Klaus con una mirada extraña en la cara.

Liaan los ignoró y siguió a Danleth, quien había abierto la puerta. Ahora la puerta no mostraba el jardín, sino el cielo nocturno de Nueva York; al otro lado solo se veía el tejado de un edificio.

Danleth salió por las puertas y su cabello rojo se revolvió por el viento. El cabello de Liaan se quedó en su posición, al igual que el vestido que apenas le llegaba a los muslos.

Nathaniel se preguntó cuántos hombres terminarían con la nariz rota.

Klaus seguía quejándose de no querer llevarla cuando apareció Kera, con un vestido similar.

¿No me jodas, ella también? ¡¿No se supone que tiene un prometido?! ¿Dónde está Alexander?

¿Y a ti qué coño te pasa?

Preguntó Kera, mirando a Klaus con el ceño fruncido. Su mirada pasó por todos en la entrada y en el tejado, antes de ser derribada por Alexander, quien tenía la boca en su cuello. Kera ahora reía antes de volver a desaparecer. El aura asesina en el vestíbulo aumentó. Alexander miró confundido hacia lo alto de la escalera y luego la entrada; su cara se tornó blanca antes de desaparecer.

Nathaniel miró atrás y notó que todos estaban serios o, mejor dicho, molestos.

No entiendo por qué carajos no se usan las mismas reglas que en la realeza humana: casarse vírgenes y después de cumplir la mayoría de edad.

Se quejó Klaus.

¿Dices que si hubieras nacido mujer habrías sido virgen hasta los 100?

Preguntó riendo Matthew. Klaus se puso pálido.

¡Joder, no!

Ustedes piensan quedarse toda la noche en el vestíbulo.

Dijo Danleth, tratando de mantener su cabello en su lugar.

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