— ¿Entonces... me estás diciendo... que necesitas... ayuda para... coger unos... papeles...? ¡Buf!
Andrea se quejó y lloriqueó porque la petición de su amiga hubiera llegado en un momento tan inoportuno. Estaba haciendo abdominales mientras Jean le sujetaba los pies en un lado del gimnasio, aburrido. Dejó ir los playeros blancos de la mayor, quien se cayó hacia atrás. La azabache apoyó los codos en el suelo y le dedicó una mirada asesina al chico, quien le devolvió una sonrisa socarrona.
— Vale, me la he ganado. — Declaró Andrea, poniendo cara de circunstancias. Jean se tumbó para cambiar posiciones.
— ¡Chicos, por favor, es importante!
Yvonne parecía especialmente inquieta por ello. Había salido del despacho de Adalia no hacía más de cuarenta y cinco minutos para que le diese tiempo a calmar la adrenalina que le corría por la sangre y para pensar en algo que decirles a sus amigos para que la ayudaran sin revelarles el motivo.
Jean empezó con los abdominales, doblándose un poco hacia Yvonne cada vez que levantaba la espalda del suelo para mirarla mientras contestaba.
— ¿Y qué... ganamos... a cambio?
— ¡Jean! — Le regañó Andrea, frunciendo el ceño. — Que nos está pidiendo un favor. Luego podremos pedírselo de vuelta en otro momento...
Esto último lo dijo con mirada cómplice, entre dientes y con una voz maliciosa que a la pelilila no le gustó nada de nada. Pero no le quedaba otra más que fiarse de esos dos. Parece que al fin habían encontrado una cosa en común, lo que alegró a la chica en parte. Esa mañana parecía que se iban a sacar los ojos, y ahora estaban haciendo tablas de ejercicio juntos.
Vaya dos.
Jean hizo sus repeticiones correspondientes, antes de ponerse de pie junto a sus amigas, rascándose la cabeza de corte ligeramente rapado por la nuca. Andrea habló mientras se dirigían a los vestuarios, hablando desde el femenino al masculino a voces.
— ¡OYE! ¿Y PARA QUÉ DICES QUE NECESITAS ESOS PAPELES?
Preguntó Andrea mientras se cambiaba la camiseta a una que estuviera menos sudada.
— Es complicado.
— ¡TÚ CUENTA!
Jean gritando desde la el otro vestuario. Yvonne bufó, apoyada en la pared que separaba las entradas a ambos vestuarios con cara distraída.
— Bueno... mi madre trabaja para el ayuntamiento. Y unos antiguos alumnos que estudiaban aquí tienen que renovarse el DNI, porque lo perdieron o lo que sea, no sé, y no se acuerdan del número. Así que me pidió que les mirase los expedientes y se los dijera para ahorrarle el viajecito. — Explicó, sacando las fotografías.
— ¿Y no puedes ir sola? — Preguntó Jean, abandonando su vestuario y mirando las cartulinas con los retratos de su mano. Yvonne le miró con cara de pena.
— Es que... me da vergüenza. — Reconoció la pelilila, apartando la mirada al techo y rascándose la nuca con aparente incomodidad en su postura. Andrea salió segundos más tarde, con su sudadera puesta, ya lavada y cambiada, a mirar las cartulinas también. A Yvonne le pareció que estaba guapa, hasta con aquella ropa tan holgada y basta.
— Bueno. A mí me vale.
Jean pareció convencido. Andrea se encogió de hombros, un poco desilusionada, arrebatándole de las manos las fotos para mirarlas más de cerca y echar a andar fuera. Ella se esperaba algo más emocionante, como tener que robarlos o algo. Una aventura de verdad. Pero parecía ser que con aquella chica todo tenía que ser legal.
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CODE LYOKO - El lamento de la máquina
FanficHan pasado muchos años después de que Él dejara de existir. La IA diseñada para el control mundial fue eliminada, bit a bit, por un virus contramedida gracias a la labor de cinco estudiantes de trece años en la academia Kadic. Borrada como si fuera...