Cambiarlo

[01]: Novela

El final de un villano siempre será miserable, no importa cuantas tretas y escusas invente siempre terminará en el mismo desenlace.

Todo por codiciar algo que no le pertenece.

La historia comienza con una bella chica que era hija de un conde, ella era una chica bella y carismática, cualquiera que la viera se enamoraría irremediablemente de ella. Unos deslumbrantes ojos verde azulados que resplandecían como el bosque del rey hada, unos labios finos y suaves los cuales parecían preciosos pétalos de rosas, una pequeña y respingona nariz que le daba la gracia de un noble y la ternura de un infante.

Esa joven chica poseía un largo cabello azul marino que ondeaba con el viento dando la ilusión de estar frente a un bello mar en la soledad nocturna que contrastaba hermosamente con su piel pálida cual muñeca de porcelana, pareciendo tan frágil y bella.

Su hermosa apariencia atraía sin duda alguna a las personas, pero su personalidad era lo que los enamoraba, viendo esos inocentes y grandes ojos resplandecer cuando te miraban o el merodear de su dulce voz, el ritmo de sus suaves pasos y el cantar de sus movimientos harían que cualquiera se rindiera a sus pies.

Como toda protagonista, ella tenía poderes especiales los cuales brillaron como una luz de esperanza en la atronadora guerra desatada entre humanos y orcos, ella fue coronada como una santa al sanar a todo aquel hombre en el campo de batalla que resultase herido, dándoles fuerzas para continuar y seguir avanzando hasta alcanzar la victoria.

Ella inevitablemente cayó enamorada del príncipe heredero, el cual también se enamoró de la osadía y la humildad de la chica la cual dio un paso para que ganaran la batalla. Ellos se enamoraron, se convirtieron en pareja y se casaron dándole un final feliz a su novela.

Pero para conseguir esto, ¿Qué tuvieron que afrontar? La protagonista era codiciada por el malvado duque Ambrose Evans el cual se había enamorado de ella antes de que fueran a la guerra, conociéndose en el jardín real en una fiesta organizada por su majestad para celebrar los quince años de su amado y adorado príncipe heredero.

Él se había obsesionó con la pequeña protagonista, primero la persiguió suavemente como lo haría cualquier tímido enamorada y después empezó a perseguirla activamente al ver como ella no lo rechazaba y siempre mostraba esa dulce sonrisa a la hora de recibir sus costosos regalos.

En la guerra él había sido conocido como un Dios de la Destrucción, con solo un movimiento de su ilustre espada el campo enemigo se vería en una ruina sin final, era conocido por los enemigos como un demonio y por los aliados como un Dios, solo gracias a su presencia los enemigos se retiraban con la cola entre las patas, temiendo porque esos crueles ojos azules se fijaran en sus cuerpos y terminaban brutalmente asesinados.

Su cabello blanco como la nieve siempre estaba cubierto de carmesí por las vidas de sus enemigos las cuales derramaban su espesa sangre oscura al momento de morir.

Ambrose no detuvo su búsqueda ni siquiera en la guerra, dándole pequeños artefactos a la chica los cuales lucían hermosamente relucientes, pero ella estaba ocupada sanando a los heridos y no le preocupaba este Duque. Él lo entendió, no podía estar mucho tiempo con ella por las responsabilidades de cada uno, pero ¿Quién le diría que su Majestad, el príncipe heredero, se colaba todas las noches para hablar con su bella Kaira?

En las oscuras noches formaron sentimientos, el villano quedó devastado y cuando volvieron de la guerra se metió en todo tipo de conflictos para poder separar a esa no pareja de enamorados, quería que se olvidaran el uno del otro y que la chica solo le perteneciera.

Lastimosamente no importaba que clase de rumor, astucia o engaño utilizara, parecía que todo estaba hecho para que el príncipe y la santa estuvieran juntos. Entonces él conoció a otra chica, que también parecía ser la villana de esa historia para que ellos se amaran, ambos estaban obsesionados con los protagonistas, por lo que se llevaron especialmente bien y se unieron el uno al otro para crear problemas a la pareja.