Los ojos de Reese se oscurecieron levemente mientras miraba los trajes que se probaba el albino, casi podía escuchar los chillidos de la vendedora mientras miraba como el albino se probaba las vestimentas.
Con seis trajes que eran de su agrado, el albino dejó de probarse la ropa y luego instó al pelirrojo a probarse los trajes. La vendedora rápidamente buscó ropa que se le acomodara al pelirrojo y su fornido cuerpo viril.
El azabache frunció el ceño y decidió que también se iba a probar ropa, su instinto competitivo le obligaba a recibir más elogios que el pelirrojo, no quería quedarse atrás por lo que también le pidió ropa a la vendedora la cual aceptó encantada.
Ambrose miró como los dos hombres salían en traje y frunció el ceño negando levemente al ver que no combinaban mucho con sus personalidades ni sus aspectos, por lo que le pidió cosas más específicas a la vendedora la cual aceptó encantada.
Ropa tras ropa iba y venía, ambos fieros caballeros sintieron que la vida se iba de sus cuerpos, nada fue tan agotador como ir de compras, sus cuerpos estaban pesados y cansados, no les gustaba o acomodaba algunas ropas y sin duda estar de aquí y allí con la ropa fue mucho más agotador que sus largos días en la guerra.
Dos hombres agotados y un albino se subieron al carruaje con la nueva ropa temporal que tendrían al menos hasta que recibieran la ropa personal que diseñó el sastre de acuerdo a sus comodidades, mientras tanto, ambos hombres tendrían que aguantarse los recuerdos de ese agotador día y el ir y venir de su ropa.
Al llegar a casa, todos se tomaron una ducha en sus respectivas habitaciones y se fueron a acostar tan pronto como secaron sus cabellos, el próximo día sería un tranquilo y despreocupado día, o al menos para los dos chicos de diecinueve años.
Apenas Ambrose despertó al día siguiente, empezó a buscar el papeleo del territorio del ducado, con solo pasear un poco por el lugar con el ir de las tiendas y llegar a la mansión se dio cuenta rápidamente de las anormalidades que había y revisó el estado financiero de los años que estuvo ausente del hogar y la administración del dinero, con rapidez tomó el sello del duque y lo guardó en su bolcillo.
¿Qué demonios había estado haciendo su madre en esos años? Estaba seguro de que tenía un nuevo amante, ¿Pero acaso se le pudrió el cerebro? ¿Le estaba ocurriendo lo mismo que a la madre de su mejor amiga?
Tendría que llamar a su hermana más tarde a su habitación, porque ni por un demonio él permitiría que escucharan algo a través de su oficina.
Temblando el albino se la pasó todo el día buscando papeles y más papeles, organizando todos los documentos y teniendo en cuenta los gastos, la forma en que vivían, los catastros y demás.
Una semana pasó y su madre volvió a casa tan fresca como una lechuga con una sonrisa descarada y con un escote revelador sosteniendo el brazo de un bastardo que ni a lejos se veía buna persona ni influencia.
Ambrose miró la cara de los viejos criados y suspiró, su madre había sido una estúpida al despedirlos sin más porque su "marido" le dijo que le hiciera, parece que esos años realmente le pudrieron el cerebro a su astuta madre.
Sin piedad, el albino empezó a bombardear a la mujer con los papeles junto con el prepotente marido que, obviamente, la había impulsado a seguir esos desastrosos pasos. Con todas las pruebas e investigaciones, incluso el descarado marido fue tan desengonzado que tuvo la osadía de decir que él era el duque de esa casa y que no debía de faltarle el respeto a sus mayores.
Cruelmente el albino le apuntó con una espada al hombre y a la mujer y los echó del lugar, un mes después la mujer ya no era duquesa y el hombre rápidamente la abandonó con una de sus otras amantes, la preciada piedra y todos sus bienes fueron confiscados por el albino que sin piedad la deshuesó.

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Cambiarlo
RomanceCambiarlo... El pasado, el futuro y su fatídico final. Ambrose no sabe qué es lo que lo hizo estar obsecionado con esa chica, era como si su cerebro se desconectara y la persiguiera frenéticamente cuando él no la amaba. Sus días fueron dificiles, p...