El último día.

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Savannah estaba inquieta, en unas pocas horas tenían que estar en el aeropuerto. Tony debía tomar un avión hacía Atlanta, Georgia, junto con su novia Rosalie. Ambos empezaban una nueva etapa de sus vidas, la convivencia en pareja.

La castaña no podía pensar que su hermano se iba ya, en el fondo lo sabía y ella estaba feliz por él, pero... aquello suponía que Agosto se estaba acabando, que faltaba pocos días para que septiembre comenzase y con ello un nuevo curso.

¿Por qué el tiempo pasaba tan rápido? Tan solo unos días atrás acaba de terminar el curso y ahora estaba por comenzar otro. ¿Y su verano? ¿Por qué había pasado tan rápido? 

Tras insistir y resoplar varias veces, por fin Tony estaba listo. Las maletas estaban guardadas en el coche y los tres subieron al coche rumbo hacía el aeropuerto. Su madre puso música durante el camino mientras Savannah movía su pie nerviosamente. 

Acompañaron a Tony dentro del aeropuerto todo lo pudieron, no tardaron en reconocer cierta cabellera rubia y a cierto chico grande. Rosalie y Emmett los esperaban. 

Tony se despidió de su madre abrazándola, la mujer no pudo evitar sentir las lágrimas acumularse en sus ojos aunque no iba a derramar ninguna. Su marido se hubiera sentido muy feliz y orgulloso de verlo partir a la universidad. 

Después del abrazo, Tony se giró hacía su hermana que estaba junto a Emmett. 

-Espero que no la lies mucho -bromeó.

-Pero si soy un angel -protestó ella.

Él la abrazó nervioso, no le gustaba dejarla sola, menos cuando se supone que aún hacía dos vampiros nómadas en paradero desconocido que podrían volver a Forks. Si sus pensamientos iban por ahí acabaría agobiándose de nuevo.

Cuando se separó miró a Emmett serio.

-Más te vale cuidarla y que no le ocurra nada malo. 

-Esta en buenas manos -dijo Emmett con un sonrisa divertida en el rostro. 

Savannah le dio un ligero golpe con el codo que no pasó desapercibido para Rosalie quien tuvo que morderse el labio para no reír. 

Tony no tuvo nada más que decir, no era bueno despidiéndose así que solo agito su mano mientras avanzaba hacía el avión con sus maletas. 

Cuando Savannah perdió de vista a la pareja, se giró sobre sus pies hacía Emmett.  Se enganchó en su brazo mientras ambos caminaban a la salida.

Sin duda, el tiempo se acababa y no deseaba dar gimnasia de nuevo, ni volver al instituto. Pero tenía que aceptar la realidad, ya estaban en septiembre. 



Es cortito lo sé, con este capítulo termina las vacaciones de Savannah y ahora voy a continuar con Quimera, con los hechos que se desarrollan en Luna Nueva. Espero que les guste mucho. 

El verano de SavannahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora