Un año para recordar

Prólogo

Lindsey Rice

Todos alguna vez hemos cometido un error. En el caso de Lindsey Rice todo ocurrió por culpa de sus sentimientos. Por culpa de Theodoro, un joven que cambió todo su mundo desde el primer momento en el que lo conoció.

Y aunque intentó alejarse de él,de una u otra manera el universo conspiraba para mantenerlos juntos.

Aquello fue una sorpresa para Lindsey. No se esperaba algo así. No imaginaba que podía establecer una conexión tan profunda con alguien. Y ahora no podía
imaginar su mundo sin él.

Era impensable.

Sintió una punzada en el pecho. La idea era demasiado dolorosa de soportar.

-Concéntrate-se dijo a sí misma en un intento por controlar sus nervios.

Subió a su motocicleta y arrancó. Los árboles de la carretera le abrían paso, mientras dejaba atrás una vez más su vida.

Pero no le importaba.

Lo único que importaba en ese instante era Theodoro.

Por eso estaba allí, dispuesta a romper todas las reglas con tal de salvarlo del problema en el que ella misma lo había metido.

El viento movía las ramas desnudas de los árboles de tal manera que se podía oír con claridad su crujido. El sol estaba ocultándose detrás de las montañas.

El tiempo se acababa.

Poco después de unos minutos, Lindsey estacionó su motocicleta y se adentró en el denso bosque hasta llegar a una cabaña junto al río. El paisaje resultaba bastante sombrío.

Cuando llegó, pudo observar la silueta de un hombre que se encontraba unos cuantos metros delante de ella. Tenía el ceño fruncido, parecía molesto.

-Comenzaba a pensar que no vendrías-dijo el hombre con un tono de ironía en su voz.

Lindsey le dedicó una fría mirada.

-Ya estoy aquí, Jackson.

Jackson asintió.

Era un hombre alto, de cabello oscuro, de un poco más de cuarenta años pero con aspecto envejecido. Estaba vestido con un elegante traje negro. Tenía una mirada penetrante capaz de intimidar a cualquiera.

Menos a Lindsey.

-¿Dónde está?-preguntó ella con seriedad.

Jackson sonrió descaradamente.

-Socializar nunca ha sido tu fuerte, ¿verdad, preciosa?

-No, así que terminemos con esto de una vez-sentenció.

-Primero, tienes que asegurarme que esto no sucederá de nuevo.

Lindsey asintió.

-Haré cualquier cosa.

-¿Cualquier cosa?-inquirió alzando una ceja.

-Sí, pero necesito verlo.

-¿A cuál de los dos?

-No...

-No puede ser-pensó Linsey-No lo puede tener secuestrado a él también...

Jackson hizo un gesto con la mano, y de inmediato dos hombres de complexión robusta se acercaron empujando a un hombre.

El hombre tenía un aspecto alarmante. Su rostro estaba pálido como la nieve, tenía la nariz rota y ensangrentada, los dientes rotos y los labios partidos. Era evidente que había recibido una paliza.

-¿Qué... le hiciste?-preguntó Lindsey, con la voz temblorosa.

-Esto no es nada, créeme, deberías de ver como está tu querido Theodoro.

En ese instante, los sujetos arrastraron a Theodoro, quién tenía un aspecto de lo más preocupante.

-¡Theodoro!-gritó Lindsey.

Theodoro alzó ligeramente la cabeza, apenas y podía mantenerse en pie.

-Una pequeña advertencia, para que nunca olvides quién soy-dijo Jackson.

Jackson se paró delante del hombre y de Theodoro, y en un solo movimiento sacó un arma que tenía escondida. En menos de un según presionó el gatillo.

Entonces, el ruido ensordecedor del arma se apoderó de todo el bosque.

Lindsey soltó un grito al mismo tiempo que veía como la bala había atravesado el pecho del hombre.

11 meses atrás...

Lindsey se despertó sobresaltada de la cama. Había tenido una pesadilla que no la había dejado dormir durante la noche.

Miró el reloj que colgaba en la pared de su cuarto de hotel. Marcaban las 10:45 de la mañana.

-Maldición-pensó.

Era demasiado tarde.

Escuchó la máquina contestadora de su teléfono,no tenía llamadas ni mensajes, así que se levantó de un salto, se duchó rápidamente y se vistió con lo primero que encontró: una chaqueta de cuero y unos jeans rasgados que se ajustaban a sus caderas.

Salió de casa sin desayunar y compró su paquete habitual de cigarrillos.

Era el último día del verano y aún tenía trabajo pendiente antes de regresar de vacaciones a su hogar.

-No es tan mala idea regresar-pensó- Ya han pasado varios meses... todo estará bien.

Todo estará bien...