Seokjin no entendió porque cuando se encontró frente a la puerta del jardín de niños sus piernas temblaron, el día anterior tenía la emoción desbordando su cuerpo, se había pasado el día entero admirando su mochila, su pequeña lonchera de superhéroes, sus libros de cuentos y los libros para colorear también los bonitos crayones que sus padres le habían comprado, todo para que el pequeño niño de 4 años iniciara la vida de estudiante. Pero la vida de estudiante conlleva a tener responsabilidades y una que otra libertad, así que, bajo ese argumento, Seokjin juraba y perjuraba que era ya un niño grande, un niño grande con un anhelo estratosférico de tener amiguitos con los que podría compartir sus juguetes, pero también quería ser como su padre, un hombre respetuoso de profesión que se la vivía trabajando sin descanso, Seokjin quería ser como él.
Pudo ser un hermoso inicio escolar, pues incluso el pequeño niño se había levantado antes de que el despertador sonara, cuando su madre subió a su habitación después de prepararle el desayuno encontró al pequeño dando saltitos en la lucha por alcanzar el uniforme que prendía de su armario, la ternura invadió a su madre que no dudó en ayudar a su pequeño. Pero la idea de un buen inicio, se vio afectada cuando la brisa abrazó el pequeño cuerpo de Kim Seokjin, la primavera se había hecho presente después de que el inverno tomará sus maletas y le diera el testigo a la primavera, la más hermosa estación relevó al invierno, las flores comenzaban a observarse en los jardines aledaños. Un pequeño estornudo le indicó que la brisa suave llevaba consigo polen, Seokjin era alérgico, durante todo el camino su nariz no dejo de escurrir y su cuerpo no dejó de temblar.
—¿Estas listo Jinie? — su madre dio un apretón en la manita del pequeño, el niño sorbió su nariz y elevó su mirar, tembloroso asintió.
Su madre le llevó a la puerta del salón donde un par de niños ya se encontraban acomodados en las mesitas, Kim Seokjin solo atino a acomodar sus gruesas gafas y tímido asomó la cabeza dentro del colorido salón de clases.
—Maestra buenos días, este es mi hijo Kim Seokjin — la mujer apretó los hombros del niño con orgullo.
—Hola pequeño, puedes pasar y elegir el lugar que sea de tu agrado, yo tengo que hablar de algunas cosas con tu mami — la mujer de mediana edad le sonrió al pequeño, en respuesta aún con nervios Seokjin le sonrió, se despidió de su madre y entró por cuenta propia.
El niño sorbio una vez más su nariz, pero aquella acción inocente solo conmovió a uno de los niños que esperaba sentado en una de las sillas del frente, Kim Seokjin se sorprendió por el llanto que el niño ajeno soltó, y es que el menor confundió la alergia de Seokjin con un llanto, el niño creyó que Seokjin lloraba, eso provocó que el niño llorara también por la intensa necesidad de querer a su mamá. Jinie se asustó ante aquella reacción por ello, a pesar de querer sentarse en el frente, prefirió elegir un lugar en el fondo del salón, además en el fondo había un niño, así que Seokjin no perdería la oportunidad de conseguir su primer amiguito.
—Hola, mi nombre es Kim Seokjin — Jinie dejó su mochila sobre la mesita e hizo una pequeña reverencia.
—¿Te vas a sentar conmigo? — el niño preguntó curioso, en su mesa estaba un carrito rojo, su pequeña mano lo había dejado en cuanto se percató de la presencia de Seokjin — Soy Kim Namjoon.
—¿Me prestas tu carrito? — Jin solo se sentó entusiasmado, tomó en sus manos el pequeño auto rojo y con una enorme sonrisa comenzó a jugar con él, Namjoon por su parte se emocionó así que dibujó en su pequeño cuaderno un circuito para que Seokjin tuviese un camino por el cual conducir, aunque su dibujo era imperfecto, Jin se desplazó gustoso.
Tras el pasar los minutos y al ver que el grupo estaba completo, la maestra se postró en medio del salón y saludó con una enorme sonrisa al grupo de niños que no le prestaron atención, la mujer en un intento por atraer la atención de su grupo dio una serie de indicaciones que a los niños les parecieron llamativas.
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El Recuerdo del Olvido
FanfictionLos dientes de león son mágicos, si cierras lo ojos y soplas con fuerza un deseo va a cumplirse. Si los dientes de león son tan mágicos como se dice, ¿podría desear que nunca me hayas olvidado? Historia corta con mención de la enfermedad DSTA La pre...