Quiero agradecerles a todas las chicas que se dieron el tiempo de leer la historia, había prometido el epilogo pero por cuestiones personales no había podido subirlo, aunque ya lo tenía de hace tres semanas, al fin tuve el tiempo y pues aquí esta, espero que les guste y de nuevo muchas gracias a quienes leyeron y promocionaron la historia, nos leemos pronto mientras la vida nos lo permita.
Carta de Albert para Terry.
Terry:
Espero que tu retorno a Nueva York haya sido bueno, aunque no dejo de impresionarme el saber que se marcharon de manera repentina de la isla, te lo comente cuando nos vimos en Montreal, si no dices la verdad a tiempo, las cosas pueden salirse de control, no es que sea adivino, pero era algo que se veía venir, no siempre tomas las mejores decisiones y eso provoca todo un caos. Ahora me queda claro que eres el amor de la vida de Candy, el que se haya enamorado de ti dos veces me lo confirma, sé que te alejo de nueva cuenta de su vida, pero debes ser paciente, aunque la paciencia no sea lo tuyo, así que no desesperes.
El motivo de mi carta es porque antes de que tu agenda laboral se vea completamente llena me gustaría que vinieras a visitarme a la mansión de la isla, emprenderé un largo viaje y no sé cuando regrese, espero no me rechaces, además unos días de vacaciones antes de comenzar la temporada teatral no te vendría mal, así que te espero en una semana y por favor, no olvides tu uniforme, señor Clark Eversong.
Atte, Albert.
Carta de Andrew para Terry
Señor Grandchester:
Pensé mucho antes de escribirle esta misiva, sentía que no tenía mucho que decirle, pero al final, eme aquí, sentado en la cama del hospital dándome el valor de escribir estas palabras, usted se dio cuenta de mis sentimientos hacia Candy, los cuales yo sabía nunca serian correspondidos ya que ella lo ama a usted, cuando lo vi en la isla fingiendo ser un empleado me pareció una completa locura, pero al ver como se desvivía por Candy, supe cuánto la amaba y que no me había equivocado en la decisión que tome, cuando usted viajo a Montreal para su reunión con el señor William, yo aproveche la oportunidad para hablar con Candy, sobre su futuro y sobre el mío, le hice saber que mi vida se vería truncada en poco tiempo, y que era mi deseo entregarle lo único que yo podía ofrecerle para ser feliz, ¡mis ojos!, en un principio ella se negó a la idea, se puso muy mal, usted lo recordara, pero al final creo que el amor que le tiene le hizo aceptar mi regalo. Para cuando usted tenga esta carta en sus manos yo... ya no formare parte de este plano terrenal, pero me voy feliz de saber que mi vida valió la pena al regresarle nuevamente a alguien la luz en sus ojos. Cuando estábamos en la guerra lo único que Candy pensaba tener la oportunidad de verlo, aunque fuese solo una vez, no importaba que era a la distancia, ¡ella lo añoraba en todo momento!, es un hombre afortunado de que una mujer como Candy lo ame de la manera en que lo hace, así que no desaproveche el tiempo en celos o en tonterías, ámela como si no hubiera un mañana y sean felices, mientras Dios se los permita.
Atte, Andrew Billard.
Carta de Candy para Terry, escrita en el frente de batalla, nunca fue envidada.
Amor secreto:
Así es como he decidido llamarte desde que nos separamos, intenté por todos los medios olvidarte y hay muchos testigos de ello, pero no pude, te llevo en clavado en mi corazón, creo que esa fue una de las razones junto con la muerte de Stear lo que me hizo enlistarme como enfermera de guerra, ¡quería olvidar!, pero mientras estoy en el frente, dando mi servicio no dejo de pensar en ti, eres la razón por la cual siempre lo doy todo, además por ti trato de cuidar mi integridad física. Cuando vuelva a los Estados Unidos, lo primero que haré al tocar tierra, será ir a buscarte y decirte lo mucho que te amo, mientras tanto, cuídate, estoy segura que pronto nos volveremos a ver.
Atte, Candy.
Mientras leo estas cartas un remolino de emociones invade mi corazón, ha pasado algún tiempo desde aquella vez que las leí, fue cuando me reencontré con Candy, el día que sus ojos volvieron a mirarme, en esta isla, la cual se ha vuelto el mejor lugar para olvidarse del mundo, todo sigue exactamente igual desde la primera vez que vine aquí, este puente frente a la torre vigía se ha vuelto uno de mis lugares preferidos para meditar, además desde aquí puedo apreciar las jardineras llenas de trilios rodeando la mansión, en la época de primavera, aunque... prefiero el invierno, ya que me trae gratas memorias, ¡Ah!, que bien se siente respirar un aire tan limpio, tan puro, hace que mi alma se tranquilice. Guardo las cartas en sus respectivos sobres, empieza a hacer viento y no quiero que me las arrebate de las manos, a la distancia veo a la señora Bellamy caminando junto al señor Green, ¡creo que entre ese par ocurre algo!, me alegro, ambos se merecen ser felices, porque la felicidad es para todos no importando la edad que tengan, al menos eso es lo que creo, la vida siempre te otorga alguna oportunidad más y depende de nosotros si la aprovechamos o no, creo que llego el momento de regresar a la mansión, así que guardo las cartas en el bolsillo de mi saco, mientras me dirigió a la casa por camino empedrado, veo que la distancia alguien viene en mi búsqueda.
- ¡Terry, cariño! – Candy se detiene a medio camino cuando me ve ir hacia ella, me sonríe con peculiar alegría, ¡estoy tan feliz de verla tan plena! – íbamos a buscarte – dijo en cuanto me acerque a ella y le plante un beso en los labios.
- ¡Ya iba con ustedes! – dije mientras la contemplaba anonadado, ¡Dios, se ve tan hermosa con nuestro hijo en brazos y su vientre abultado! – ¿Cómo está mi precioso, Edward? – dije mientras besaba a mi hijo, quien tiene dos años, él se emociona al verme y sonríe – y nuestro futuro bebe ¿cómo está? – acaricié el vientre de Candy.
- ¡Muy bien! – respondió mi esposa – esperando a papi – amo verla así, nunca me aburriré de apreciar la belleza de mi mujer.
- ¡Papi! – detrás de Candy escuche el grito de mi hija mayor, venía corriendo con los brazos extendidos, yo me agache para recibirla y cargarla en vilo.
- ¡Mi pequeña Jane! – dije al tiempo le daba unas cuantas vueltas en el aire. Amo a mis hijos, Edward se parece a Candy, pero tiene mi color de ojos, y mi hija Jane se parece a mí hasta el color de su cabello, a diferencia de que ella tiene los ojos verdes que tenía Candy antes del accidente, me encanta reflejarme en ellos, amo su brillo y su color, están llenos de pureza y magia, la misma que Candy cuando la conocí. Baje a mi hija al suelo y ella me tomo de la mano y me miro con sus grandes y almendrados ojos esmeralda.
- ¡Papi! – me dijo con ternura, yo la mire embelesado – ya es hora del té – me recordó – ¿hoy no lo piensas preparar? – me cuestiono curiosa.
- ¡Claro que sí! – le sonreí – lo hare como todos los días – mire a Candy y le guiñe el ojo– como lo prometí – le aseguré, camine de la mano de mi hija y junto a mi esposa.
- ¡Qué guapo se ve con su uniforme señor Clark! – expreso Candy con una sonrisa – hace mucho que no lo veía así.
- Hoy es un día especial – pase mi brazo libre por su cintura, ella me miro con sus ojos cafés, sabía a lo que me refería, hoy se cumplen ocho años desde la primera vez que llegamos a la isla, desde esa primera vez en que me dispuse a recuperar aquello que le daba felicidad a mi vida. Hoy por hoy puedo decir que soy un hombre pleno, con grandes amigos, con una carrera exitosa, pero sobre todo con una hermosa familia al lado de la única mujer que he amado y amaré el resto de mi vida.
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DESPUÉS DE LA GUERRA.
FanficHistoria escrita para la Guerra Florida 2020. Por azares del destino, Terry tiene un encuentro fortuito con la persona menos esperada, ese encuentro hace que el tome la decisión de hacer un viaje en el cual tiene que ocultar su identidad para poder...