《$ιํກøρຮιํຮ》
Naruto, un chico que parece normal, pero que en realidad se comporta como un completo anormal, tiene dieciséis años de edad. Vivía de la vida como una fiesta a pesar de ser huérfano y ser excluido por todos por no ser como los demás. Na...
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Al acabar mi hamburguesa e Izuku las papas y la soda, me levanté dejando la propina en el pequeño platito de madera de la mesa para luego agarrar la mano de Izuku y salir de allí. No tengo tiempo... Bueno, sí tengo todo el tiempo del mundo, pero estar apurado es y siempre será mi pasión —además que sirve de pretexto para agarrar la mano de Izuku—. Mientras salía corriendo, miré a Izuku quien estaba bastante confundido y distraído con la imagen de nuestras manos entrelazadas. Esa expresión se quedó grabada en mi mente. ¡Quiero tomarle una foto! Esa carita es demasiado linda.
—N-Naruto, ¿Hacia a dónde vamos? — preguntó mientras inspeccionaba su alrededor para ubicarse.
—¡Cierto! No sé dónde vives. ¿Me das tu dirección? — Le dije dando saltitos como un niño hiperactivo a lo que él me miró raro.
Él desvió la mirada y señaló a la derecha.
Bueno, nada más me queda ser guiado por Izuku y ¡No puedo esperar para conocer a mi futura suegra! Debo dar una buena impresión, pero ¿Para qué? Pensará que Izuku y yo solo somos amigos, entonces tampoco sé si su mamá es tan homofóbica y correcta como la mía. ¡Ay! ¡Por favor! Lo que en verdad debo preocuparme en no hacer, es meter la pata. Solo tengo que ser yo mismo y caerle bien a la señora Midoriya. Es todo.
Pasaron unos minutos caminando junto a Izuku en silencio mientras pensaba en cómo actuar frente a su mamá. No sé si seré capaz de tener todo bajo control y bueno, Izuku al parecer no le agrada la idea; Está más nervioso que yo y hasta se puso a murmurar. Al principio me dio ternura, pero después me incomodó lo concentrado que estaba él en susurrar sus pensamientos sin sentido.
En definitiva, tengo que abrir un tema de conversación para estimular los nervios de este chico o si no me va a pegar lo asustado y voy a estar como un estúpido quedando seguramente como un patán para su madre. No quiero eso y por eso mejor evito posibles consecuencias.
—Eu, Izuku. ¿Todo va bien contigo? Te ves alterado ¿Estás bien? — cuestioné poniendo mi mano en su espalda.
Izuku, por su parte, reaccionó mal; Dio un grito y me pegó sin querer en la cara. En ese momento, algo me hizo pensar que me lo merecía por ser tan hijo de puta.
—¡L-lo siento! ¡Fue sin querer queriendo! — exclamó haciendo una reverencia como si yo fuera un anciano de noventa años con necesidad de respeto.
—Estoy bien. — Sonreí como un tonto viendo la profanable boca de Izuku.
—¿Qué puedo hacer para que me perdones?
Estaba a punto de decir que no hay nada de qué preocuparse viendo como él se ponía histérico al punto de llorar, pero sonreí socarronamente por el solo pensar en aprovecharme de la situación y pedir lo que quiera para poder perdonarlo. De esa forma accedería tener una cita conmigo... ¡ESA ES LA MEJOR PUTA IDEA QUE NUNCA SE ME HA OCURRIDO EN AÑOS!
