Ya habían pasado algunos días desde que fui al bar con los chicos. Isaza sigue muy molesto con Villa y Martín, ellos han intentado obtener su perdón, pero él no parece querer perdonarlos.
El día de hoy no trabajaba. Cuando desperté Nath ya no estaba, pues fue a dejar a Leo al aeropuerto. Me levante para ir a la cocina y al entrar vi en la mesa del comedor un plato con unos hotcakes junto con algo de fruta. También justo a lado había una nota, la tomé y la leí.
—"Buenos Días, precioso. Disfruta el desayuno. Te amo."
Sonreí al leer la nota. Tal vez si no hubiera conocido a Sofía, Nath y yo seríamos felices juntos. Arrugue la nota y la tire a la basura, tenía que dejar de pensar en los "hubiera" con Nathalia.
Me senté a desayunar mientras veía un poco de televisión. Al terminar mi teléfono comenzó a timbrar, lo tomé y atendí la llamada. Era mi novia.
—*Hola, amor.*— la oí decir.
—*Hola, preciosa. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?*
—*Estoy bien, aunque te extraño mucho. ¿Vendrás esta noche?*
Escuche un pequeño ruido fuera de la cocina pero lo ignoré. Ahorita solo me importaba oír su dulce voz del otro lado de la línea.
—*Sí, amor. Te veo en la noche. Ya te extraño, preciosa.*
Volteé a la entrada de la cocina y la vi allí parada, Nath había escuchado lo que dije. Me quede inmóvil al verla ahí con su mirada llena de decepción.
—*Sí, señor. Le marco luego para ver los resultados de la puebra.*— dije y colgué.
Gran excusa para ocultar que la cagaste, Simón.
Nath soltó una risa irónica por eso último que dije. No entendía porque me molestaba en fingir si ya era muy evidente lo que ocurría.
Le pregunté acerca de su ida al aeropuerto con Leo y después de que asintiera, enojada comenzó a reclamar por la llamada que anteriormente había escuchado y aunque intenté negárselo no quiso creer mis mentiras. Comenzamos una pequeña discusión y pasamos de la cocina a su habitación; ambos estábamos enojados y fastidiados, pero Nath no pudo contenerse más.
—¿Qué nos pasó Simón?— preguntó con lágrimas en los ojos.
No mentiría, me dolía verla así. Comenzó a decir que antes extrañarme no le costaba tanto como ahora, habló de como éramos una pareja envidiable en redes sociales, pero que después de nuestro matrimonio todo se volvió una mierda. Y tenía razón.
—Tal vez fue un error habernos casado— dije sin dudarlo.
Sabía que esas palabras habían roto aún más su corazón. Ella intentaba arreglar las cosas, yo intentaba terminarlas.
—¿Eso crees? ¿Crees que fue un error casarte conmigo?
Tal vez si había sido un error. Pensábamos que seriamos una pareja feliz para siempre pero no fue así. Comencé a dejar de amarla poco a poco cuando Sofía apareció en mi vida.
Le revelé el nombre de mi amante y Nath explotó, comenzó a insultarla y eso no lo iba a permitir. En un instante estampé mi mano contra la mejilla de Nath y logré callarla.
—¡No vuelvas a hablar así de ella! ¡¿Me oíste?!
Después de ese show, Nathalia me corrió del departamento, no quería verme. Empaqué algunas prendas y mientras lo hacía la escuché llorar, pero no iba ir a consolarla. Tome mi maleta, la puse sobre mi hombro y me dirigí a tomar mis llaves para salir del departamento. Antes de salir volteé a verla, rogándome en silencio que me quedara con ella.
—Ve consiguiendo un abogado, quiero el divorcio.
Y con estas palabras me fui. Subí a mi coche y comencé a conducir, al mismo tiempo recordaba el momento en que Nathalia se enteró que tenía una amante.
"Estaba con Sofía caminando por el bosque de Chapultepec tomados de la mano. Fuimos a ahí después de una larga jornada de trabajo en la universidad; queríamos relajarnos y disfrutar de este bello lugar en la Ciudad de México. Ya éramos una pareja y nos tratábamos como tal, yo le daba besos en su mejilla, besaba sus manos, ella me abrazaba como si nunca quisiera soltarme.
Las personas que nos veían pensarían que éramos una feliz pareja disfrutando de su tiempo juntos, y así lo era.
Lo que esas personas no sabían era que yo estaba casado y mucho menos tenían en mente que yo al darle un beso a Sofía en sus dulces labios, mi esposa me estaba viendo a los lejos ser feliz con alguien más."
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¿Qué nos pasó?
Teen Fiction-¿Tú aún me amas, Simón? -Claro que te amo, mi niña. No tienes porque dudarlo. Era una mentira, pero aún no encontraba la manera de decirle la verdad y aclararle que había dejado de amarla cuando alguien más apareció.